La profesora Manuela Sáez González experta mundial en la Casa de Lemos condecorada por el Gobierno italiano con la Orden de la Estrella Fecha de Publicación: 13/11/2025 . Manuela Sáez González es una de las mayores expertas mundiales en la Casa de Lemos y amiga muy cercana de esta Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, asociación que en septiembre de 2023 elevó un expediente solicitando fuese nombrada Hija Predilecta de Monforte de Lemos, su ciudad natal Alcázar de San Juan, 12 de junio de 2025.- En la mañana del miércoles 11 de junio, el embajador de Italia en España, Excmo. Sr. Giuseppe Buccino Grimaldi condecoraba a Manuela Sáez González con la insignia de la Orden de la Estrella (Ordine della Stella) con el grado de Comendadora. La Orden de la Estrella es una orden de caballería italiana que fue reformada en 2011 a partir de la Orden de la Estrella de la Solidaridad Italiana de 1947. Fue instituida para reconocer a personas que hayan contribuido de manera destacada a la promoción de las relaciones amistosas y de cooperación entre Italia y otros países. La orden de concesión de esta alta distinción honorífica está firmada por el presidente de la República Excmo. Sr. Sergio Mattarella. El acto tuvo lugar en la embajada de Italia en España y reconocía la carrera de la profesora Sáez González que ha profundizado en las relaciones italo-españolas a lo largo de los últimos años en los que ha colaborado muy estrechamente con universidades y asociaciones culturales italianas, en particular por sus investigaciones sobre el virrey don Pedro Fernández de Castro, VII conde de Lemos y sobre las relaciones entre el reino de España y el de Nápoles en el siglo XVII. La profesora Sáez González ha pasado largas temporadas en Nápoles estudiando sus archivos en colaboración estrecha con la Fondazione Real Monte Manso di Scala, una histórica y benemérita fundación napolitana que mantiene una pinacoteca y un archivo de altísimo interés histórico (con documentos que se remontan a 1610) en el que Manuela ha encontrado documentos imprescindibles para conocer con mayor exactitud la vida del VII conde de Lemos. Especialmente ha profundizado en la época de la creación de la Academia Napolitana de los Ociosos, junto con Giovanni Battista Manso marqués de Villalago, con el objetivo de reunir a los intelectuales de la época tanto italianos como españoles. Manuela es muy querida en Alcázar de San Juan, ciudad que ha visitado en varias ocasiones, tanto invitada a los “Almuerzos de don Quijote” el 26 de octubre de 2019, así como para impartir la conferencia “El conde de Lemos, mecenas de escritores” el 21 de septiembre de 2023, dentro del ciclo de conferencias Universo Quijote. Su vitalidad es contagiosa y sus ganas de trabajar y de investigar son inagotables. Al propio tiempo es una persona muy cercana y que se deja querer a pesar de su enorme prestigio internacional como investigadora y organizadora de congresos y desde la Sociedad Cervantina de Alcázar le tienen un grandísimo aprecio que le demostraron acompañándola en Madrid, en el palacio de Liria en la presentación de su libro “Vida y obra del VII conde de Lemos, don Pedro Fernández de Castro”, para el que fue recibida en la casa ducal de Alba por el actual duque, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, evento que tuvo lugar el 27 de septiembre de 2023. Los cervantistas alcazareños felicitan a Manuela Sáez González de todo corazón y están muy satisfechos porque le sean reconocidos sus enormes méritos gracias a su trabajo callado, meticuloso, profesional y sobre todo gracias a su rigor a lo largo de toda su carrera como investigadora. También en esta ocasión se cumple el dicho de que «nadie es profeta en su tierra» y que el reconocimiento haya venido desde el país hermano es una prueba más del aprecio que le tributan las instituciones italianas, donde ella se siente como en su propia casa. La información oficial ha sido obtenida en la Embajada de Italia en España: https://ambmadrid.esteri.it/es/news/dall_ambasciata/2025/06/tre-onorificenze-osi/ Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Un proyecto educativo singular en la provincia de Toledo: la Universidad Andante de la Mancha Fecha de Publicación: 26/08/2025 La expresión «la universidad andante de la Mancha» pudiera hacer referencia a la lectura de libros de caballerías por Alonso Quijano, que lo impulsó a convertirse en Don Quijote de la Mancha, a la sazón caballero andante, que le permitiría soñar con una vida más auténtica y aventurera, alejada de la rutina provinciana en la que vivía. Hasta aquí podría tener explicación este enunciado, si no fuera porque esta definición emana de la famosa Inteligencia Artificial. Pero la historia que nos ocupa es otra y se gesta en la segunda mitad del siglo pasado, en 1966, cuando tuvieron lugar en Nueva York la Convención de la Modern Language Association (Asociación de Lenguas Modernas) y la American Association of Teachers of Spanish and Portuguese (Asociación Americana de Profesores de Español y Portugués) a las que asistieron numerosas personalidades hispanas, unas afincadas en la ciudad estadounidense y otras venidas de España. Entre las primeras se encontraba José García-Mazas (Ilustración 2), Decano de la Spanish Language School, Inc. en Nueva York y pionero de los cursos de doctorado español, que se había forjado una gran carrera en la Universidad Neoyorkina de Columbia (CUNY) y cuyo propósito siempre fue el de dar al español su lugar en la sociedad de EE.UU, para lo que tuvo un gran amigo y valedor en la persona de Archer Huntington, gran hispanista y creador de la Hispanic Society of America. Por la parte hispana coincidió en el acto con Don Ramón Bela y Armada del Instituto de cultura Hispánica, que contaba con una Sección en Estados Unidos, donde ejercía funciones de Jefe de Negociado en los Departamentos de Intercambio e Información; también coincidieron con Enrique Thomas de Carranza, gobernador civil de la provincia de Toledo entre 1965 y 1969. Así, García-Mazas les propuso la creación de una “UNIVERSIDAD ANDANTE DE LA MANCHA”1 para estudiantes de español en EE.UU, cuyo principal fin era el de construir una serie de molinos de vientos en la “Ruta del Quijote”, que sirvieran como residencia a estos estudiantes de español, que se desplazasen hasta nuestro país. Promediaba que en cada molino podrían vivir diez estudiantes y su construcción se haría con su puesta en venta entre los “clubs” de español de las universidades norteamericanas, a razón de 2.000 dólares (unas 120.000 pts. del momento), a lo que también tendrían que colaborar las Diputaciones Provinciales o el Gobierno Español. Así los estudiantes de los Clubs alternarían su estancia en los molinos de distintos pueblos, conminando a estos a dedicar un edificio del municipio a biblioteca Cervantina y de los Clásicos españoles. Las lecciones impartidas serían las mismas que los profesores de las universidades madrileñas daban en sus clases o cursos de verano, serían videograbadas y proyectadas a los estudiantes americanos2 a los que se les retransmitirían por circuito cerrado de televisión –sufragado por el empresario neoyorquino Oscar Roy Chalk, propietario de numerosas empresa y de los periódicos en español de Nueva York El Diario de Nueva York y La Prensa-, que tendría su base en Almagro, población con antecedentes universitarios desde 1825, a los distintos “centros”, en los que los estudiantes tomarían las lecciones, independientemente del lugar donde se encontraran alojados. Además, se realizarán los exámenes correspondientes, que, suministrados por televisión, serían recogidos por el instructor de cada lugar y enviado a Almagro para su evaluación. Este proyecto, tildado de “caballeresco” por el propio ideólogo del mismo –García Mazas- reclamará la ayuda de viejos amigos suyos como: el Presidente de la Diputación de Ciudad Real (D. José Mª Aparicio y Arce) y el Director del Instituto de Estudios Manchegos (Sr. D. José Mª Martínez Val), así como del Rector Magnífico de la Universidad de Madrid, puesto que las poblaciones donde se establecería pertenecían a su distrito universitario, a la facultad de Filosofía y letras (Decano D. José Camón Aznar), a los Ministerios de Cultura y Asuntos Exteriores (Director de Relaciones Culturales) y al Instituto de Cultura Hispánica (Dr. Gregorio Marañón Moya). Los interesados van contestando a la propuesta con otras opciones, como la de en vez de construir molinos, construir ventas al estilo de las del siglo XVI (Ilustración 1) como residencias estudiantiles o, en su defecto, aprovechar algún edificio de los que queda inhabitado en estos pueblos como consecuencia del éxodo rural, claro precedente de la “España vaciada de hoy”, que, por desgracia, ya existía. Así la llamada “Ruta del Quijote” se vería plagada de estudiantes americanos ansiosos de aprender nuestra lengua, literatura e historia y así comprendernos mejor –anhelaba García-Mazas-. Los municipios en los que originalmente se pensó que podía funcionar la idea fueron: Ocaña, Esquivias, El Toboso, Madridejos, Consuegra, Quintanar de la Orden, Tembleque, Almagro, Argamasilla de Alba, Ruidera, Campo de Criptana, Tomelloso, Huete, Belmonte, Montiel y Alcázar de San Juan, y otros tantos candidatos a establecer en ellos las residencias en forma de ventas, pero siempre primando aquellos lugares en los que existiesen mejores condiciones económicas para comenzar el proyecto y todo ellos a criterio de la Diputaciones Provinciales, Gobiernos Civiles y Dirección General de Información y Turismo (con Manuel Fraga Iribarne a la cabeza), a las que se les pone en conocimiento a través de carta3. A mediados del mes de febrero de 1967, García Mazas pregunta a los interesados qué pasó con la idea que les propuso (Ilustración 3) y de la que aún está esperando respuesta. Así pues, definido ya el proyecto, comunicado a las autoridades provinciales, sólo quedaba preguntar por carta a las poblaciones que inicialmente mejor podían acogerlo y que tenían que cumplir con los siguientes requisitos: tener una casona de propiedad municipal para convertirla en venta/residencia de unas 25 o 30 plazas, contar con un aula para los residentes, poseer dormitorios con acceso independiente para chicos y chicas, estar dotados de comedor, sala de estar, biblioteca, duchas, piscina y aire acondicionado; también estarían dotadas de un equipo de video-magnetófono donde se proyectarían las cintas con las conferencias, que se grabarían en Madrid y se distribuirían por todas las poblaciones, desechando así la idea inicial de la retransmisión desde Almagro. El 28 de febrero, desde los Gobiernos Civiles se cursa una carta a distintos municipios, de las que sólo tenemos constancia de los municipios toledanos4 de: Ocaña, Esquivias, El Toboso, Madridejos, Consuegra, Tembleque y Quintanar de la Orden, aunque hemos buscado en los archivos municipales de Alcázar de San Juan, Tomelloso, Campo de Criptana y Argamasilla de Alba sin encontrar ninguna referencia a este interesante proyecto. En ellas se informa al alcalde correspondiente del proyecto “Universidad Andante de la Mancha” con las condiciones ya comentadas y se pregunta si existe algún inmueble en la localidad, que se pueda adaptar a las exigencias solicitadas y lo transmitan cuanto antes a las autoridades provinciales indicando su precio y la cantidad que aportaría el municipio5 Los distintos municipios de los que tenemos constancia documental respondieron de la siguiente forma: el alcalde de Quintanar de la Orden, D. Enrique López-Brea Fernández, comunica6 (Ilustración 4), “que existe un edificio dedicado a “Mesón” desde tiempo inmemorial, cuyo propietario parece ser que estaría dispuesto a vender por el precio de 800.000 pts. Caso de adquisición del mismo para adaptarlo a “Venta”, este Ayuntamiento contribuiría a las obras con la aportación a pie de obra de la piedra necesaria para las mismas”. Sin duda alguna que el edifico del que se habla pudiera pertenecer a algún inmueble de las antiguas posadas que aún pervivían en la población: la de Trabuco (en Avda. Calvo Sotelo hoy San Fernando), la de Blanco (en c/José Antonio, hoy Grande), o alguna otra. El alcalde de Consuegra pregunta primero7, si el inmueble debe estar dentro o fuera del casco urbano y cuando se le dice que es preferible que esté dentro del casco8, responde que está dispuesto a colaborar, pero sería conveniente que se desplazase hasta allí alguna delegación del Gobierno Civil o de los responsables del proyecto para la elección del inmueble más adecuado9. El alcalde de Madridejos responde en su carta que no hay edificios disponibles en su localidad10. El alcalde de El Toboso aprovecha la contestación11 para posicionar a la población junto con Almagro, ya que la había visitado el Sr. García Mazas y quedó prendado de su ambiente “cervantino y manchego”, considerándola como punto intermedio para acceder a las otras sedes proyectadas. Pero también se queja de “la desidia y el abandonismo” que sufre una localidad que ha sido abanderada del “cervantinismo manchego” a nivel Internacional, para acabar contestando que “existen casas –una seguramente única-” (¿quizás se refiere a la de Dulcinea?), pero su contribución sería simbólica, aun cuando es consciente de no dejar pasar la oportunidad al amparo de la ayuda de los Ministerios de Educación y Turismo. El alcalde de Ocaña responde12, que no posee ningún inmueble de esas características y que habría que comprarlo a particulares con un coste estimado de 500.000 pts., aunque informa de la existencia del antiguo Asilo, propiedad de la Junta Provincia de Beneficencia, que podría servir para esos fines y la aportación económica del Ayuntamiento la cifra en el tanto por ciento que le corresponda. El alcalde de Esquivias contesta13, que hay tres edificios de propiedad privada, que pudieran servir para tal fin, uno de ellas sería la llamada casa de “Alonso Quijano”, que es la actual Casa-Museo Miguel de Cervantes; económicamente podría contribuir con 100.000 pts. si las anticipa la Diputación Provincial. La “quijotil idea” de crear la Universidad Andante de la Mancha no llegó a materializarse, aunque no hay que negar el interés que suscitó en numerosos pueblos de La Mancha, que vieron en ella la posibilidad de evolución en su entorno rural, que ya se “vaciaba” como lo demuestran algunas de las respuestas consultadas de algunos Ayuntamientos y el hecho de disponer de un patrimonio (ventas, molinos, casonas, etc.), que ya estaba en desuso por el “imparable progreso”, que traería consigo los estudios de bachillerato en numerosas poblaciones (Quintanar de la Orden, Alcázar de San Juan o Campo de Criptana) y, algo más tarde, los estudios a distancia. ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO en la revista “La Encina. Revista Cultural y de Actualidad”, año XLV, nº 249, pp. 14-15, abril 2025. ZACARÍAS LÓPEZ-BARRAJÓN BARRIOS -Académico Correspondiente por Quintanar de la Orden de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo -Miembro de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Notas: 1 Carta fechada el 3 de enero de 1967, AHPTO, Negociado R. Interm, Signatura-5.8- 2 Carta fechada el 1 de febrero de 1967, AHPTO, Negociado R. Interm, Signatura-5.8- 3 Carta fechada el 2 de febrero de 1967, AHPTO, Negociado R. Interm, Signatura-5.8- 4 Agradecemos al Archivo Histórico Provincial de Toledo (AHPTO) su atención en la facilidad para la consulta del expediente que contiene la información que ha servido de base para este trabajo, del que fue pionero en su web: LA UNIVERSIDAD ANDANTE DE LA MANCHA | AHPTO. 5 Cartas fechada el 28 de febrero de 1967, AHPTO, Negociado R. Interm, Signatura-5.8- 6 Carta fechada el 9 de marzo de 1967, AHPTO, Negociado R. Interm, Signatura-5.8- 7 Cartas fechada el 10 de marzo de 1967, AHPTO, Negociado R. Interm, Signatura-5.8- 8 Cartas fechada el 13 de marzo de 1967, AHPTO, Negociado R. Interm, Signatura-5.8- 9 Cartas fechada el 17 de marzo de 1967, AHPTO, Negociado R. Interm, Signatura-5.8- 10 Cartas fechada el 29 de marzo de 1967, AHPTO, Negociado R. Interm, Signatura-5.8- 11 Cartas fechada el 30 de marzo de 1967, AHPTO, Negociado R. Interm, Signatura-5.8- 12 Cartas fechada el 14 de abril de 1967, AHPTO, Negociado R. Interm, Signatura-5.8- 13 Ibidem.
El gran monumento nacional al Quijote... Que pudo ser Fecha de Publicación: 25/08/2025 Recreación virtual de un hipotético monumento al Quijote . Corría el año 1964 y a rebufo de la celebración del 350 aniversario de la publicación de la segunda parte del Quijote, don Antonio Irureta, en carta enviada a don Torcuato Luca de Tena, director del diario ABC, lanzaba la idea de erigir un colosal monumento, que fuese orgullo nacional, en honor de don Quijote y Sancho. En su misiva, don Antonio Irureta solo proponía erigir un gran monumento, cuya construcción se financiaría con aportaciones particulares, pero no se pronunciaba ni por su posible ubicación, ni por la composición del mismo. La carta enviada a ABC, que a continuación reproducimos, fue publicada por este diario el 18 de noviembre, bajo el titular: Iniciativa muy digna de ser estudiada Grandioso monumento a Don Quijote de la Mancha Señor director de ABC: Como ABC siempre se ha distinguido por promover o difundir todo cuanto de exaltación de los valores nacionales pueda darse, tengo el gusto de dirigirle estas líneas en la certeza de que sabrá darles la acogida que puedan merecer. Encuentro… que en España se ha prestado muy poca atención a uno de los más altos valores que poseemos, me refiero a Don Quijote de la Mancha y a su inseparable acompañante. No es necesario extenderse mucho sobre lo que él significa en nuestra idiosincrasia y, sobre todo, en la extraordinaria amplitud que su figura y simbolismo han alcanzado en casi todo el mundo. Don Quijote ha sido durante siglos el mejor embajador que nuestra nación ha tenido cuando ante otros pueblos se ha presentado la imagen de la espiritualidad e hidalguía españolas. Pero los españoles no hemos sido muy generosos cuando de plasmar públicamente su figura se ha tratado. Apenas el monumento de la plaza de España, en Madrid, y quizá alguna que otra escultura de escasa importancia. Creo que no hemos sabido corresponder a todo lo que la genial creación de Cervantes ha hecho por la buena fama de España. Por todo ello, he pensado si no sería una buena y justa idea la creación de un grandioso grupo escultórico de nuestro héroe y su fiel escudero, y que fuera emplazado –lógicamente- “en un lugar de la Mancha”. Pero con objeto de que todo esto no quedase en una simple forma conmemorativa más, convendría que el monumento tuviera destacadísimas medidas: ¿Veinte, veinticinco, treinta metros de altura?, que por sí solas ya supongan fama y notoriedad extraordinarias. Podría construirse en medio de la llanura manchega, situado sobre bajo y sencillo pedestal; sería visible desde muchos kilómetros de distancia… En la noche, iluminado convenientemente, es fácil imaginarse el maravilloso efecto de plasticidad y emotiva hermosura que produciría… Es indudable que este excepcional grupo escultórico, que en sus líneas generales podría tener la misma sencilla y humana belleza del de la citada plaza de España, pronto produciría beneficios de diversa índole España y, sobre todo, a la casi olvidada Mancha… Muchos países han creado modernamente gigantescas obras con el fin de manifestar ante el mundo sus peculiares méritos o sus inclinaciones. Tales la torre Eiffel, o el Empire Estate, o la Universidad de Moscú, etc., pero un Don Quijote de la Mancha, con todo lo que contiene de altos y humanos valores universales, solo España puede crearlo y erigirlo, y esto, ciertamente, es un privilegio. El coste de tan magna obra se elevaría, indudablemente, a algunos millones, pero no creo que su financiación suponga dificultades invencibles. Por constituir este monumento la más genuina imagen y representación de España, supongo que la mayoría de los españoles acogerán la iniciativa como cosa propia, y las contribuciones particulares serían abundantes… y así mismo no creo que faltarían importantes ayudas oficiales. Me imagino que no sería difícil crear un ambiente nacional en pro de este grandioso monumento español y hacer ver a todos la honra que supondrá contribuir a perpetuar tan destacadamente la figura del caballero que siempre nos honró. Lanzada, pues, la idea, a los españoles todos y a los amantes de nuestro país, corresponde la palabra. Agradeciéndole, señor director, su amable atención… atentamente. Antonio Irureta. La propuesta fue acogida de inmediato con enorme entusiasmo y total unanimidad; distintas entidades e incalculables ciudadanos se hicieron eco de la idea y la apoyaron por aclamación. Fueron cientos los editoriales, artículos de opinión y cartas al director que se publicaron por toda España defendiendo la magnífica idea y, principalmente, argumentando sobre la posible ubicación del monumento. Salieron a los distintos medios todos aquellos lugares que se creyeron con derecho a optar a su emplazamiento; la gran mayoría de ellos argumentando este derecho con episodios, pasajes, frases o escenarios sacados de la inmortal obra, por muy pequeños y discutibles que fuesen algunos de esos argumentos. Es importante destacar que no se trataba de un monumento Cervantes, sino a don Quijote de la Mancha y a su inseparable acompañante, por lo que infinidad de pueblos y ciudades de la geografía manchega, precisamente por el solo hecho de ser manchegos, se sintieron legitimados a reivindicar su emplazamiento, y, precisamente, ahí estuvo el principal debate que se suscitó, su posible ubicación. El periódico que rápidamente se puso al frente de la idea, recogiendo y canalizando las múltiples opiniones que empezaron a surgir, fue ABC, que de inmediato abrió una sección fija titulada “El Monumento a don Quijote”. En ella, cada pocos días, publicaba las principales opiniones que le llegaban. También, el diario provincial Lanza acogió con entusiasmo la idea y participó activamente en su divulgación. Fue Alcázar de San Juan la primera ciudad que, aprovechando el canal abierto por ABC, se posicionó como candidata a la deseada ubicación. Así, en carta publicada el 25 de noviembre, su alcalde, don Eugenio Molina Muñoz, escribía: La carta de don Antonio Irureta ha venido a colmar una antigua y legítima ambición de esta ciudad, toda vez que aquí, sobre el proyecto que se expone de levantar un colosal monumento a Don Quijote, se viene laborando desde hace bastante tiempo, hasta el punto de tener abierta una suscripción, con el fin de allegar fondos para que en la Mancha, y concretamente en Alcázar de San Juan, tenga Don Quijote la figura que merece. Claro está que las ambiciones de esta ciudad eran más modestas que las expuestas por el señor Irureta, pues estaban ceñidas a los solos medios nuestros y las de él tienen carácter nacional. Pero también habíamos pensado que era preciso llevar a las inmediaciones de ese monumento a Don Quijote, un magno festival internacional anual de teatro cervantino celebrado en un gran anfiteatro natural. La idea, convertida en proyecto, estaba empezando a concretarse cuando ha sonado ese aldabonazo nacional. Ese pequeño pedestal de que habla el señor Irureta podría muy bien ser una de las pequeñas alturas que rodean Alcázar de San Juan. Hombres de relieve se unirán al proyecto y determinarán con justeza el lugar de su emplazamiento, pero a través de estas líneas debe quedar constancia de que Alcázar de San Juan se incorpora al mismo, con el deseo de merecer el emplazamiento del monumento por su situación geográfica, por su tradición cervantina y por su gran escenario natural. Seguidamente proponía celebrar, junto al monumento, un magno festival internacional anual de teatro cervantino. Un artículo publicado por el vespertino Pueblo, el 27 de noviembre, comentaba: Ya existía en Alcázar de San Juan la idea de un monumento, bien que en proporciones modestas, por cuenta propia, y hasta figura abierta una suscripción. Pero mejor es la grandiosidad y el carácter nacional. Y seguramente, pensamos nosotros, hispanoamericano. Una expresión plástica, bien realizada, de Don Quijote en La Mancha es algo que tendría la admiración universal. De modo que acogemos con entera adhesión la iniciativa. Y también, desde luego, el emplazamiento propuesto por su alcalde. En esa área donde el viento que mueve los molinos quijotescos podría, como escribió Víctor de la Serna, llevar una uva rodando desde Alcázar a Campo de Criptana. Donde la llanura manchega es el escenario en que Cervantes vio cabalgar en su imaginación al bueno de don Alonso Quijano, cuya existencia real se disputan, como honra de convecinaje, varios pueblos de la contornada. También se posicionó a favor de Alcázar de San Juan el diario Arriba, pues el 28 de noviembre, tras dedicar unas felices palabras a la ciudad, decía: Y nunca, ésta es la verdad, por muy nudo ferroviario que se sea, ha dimitido de ese orgullo de la partida de bautismo de Miguel de Cervantes, que nadie le ha desmentido convincentemente, y por la cual, y por muy metido que tiene en el alma de sus vecinos el espíritu de Don Quijote, quiere ser uno de los centros más importantes de esa recordación cervantina que bulle con gran calor en toda La Mancha. Por eso tenía proyectado un monumento, por su cuenta, a Don Quijote, y ahora, en vista de que ha sido propuesta la erección de una colosal obra de toda la nación –¿Y por qué no también de toda Hispanoamérica?– recaba, por la pluma de su alcalde, el emplazamiento de este monumento allí. Ya, dos días antes, el 26 de noviembre, la sección de ABC dedicada al monumento se titulaba: “¿Dónde se verificó la batalla contra los molinos: Mota del Cuervo, Campo de Criptana, Consuegra?” En ella el genial pintor don Gregorio Prieto pedía tal honor para Consuegra. El Sr. Prieto opinaba: Afanosamente, con un ansia noble de llegar a merecedores de tan preciado galardón, se disputan el premio. Así, Mota del Cuervo va levantando molino tras molino, al lado del único antiguo que les quedaba, que llega hasta ahora al número de tres. Yo leí cuando muy niño, que fue allí donde se libró la famosa batalla, y desde entonces yo tuve idea de que fue Mota del Cuervo protagonista de tal hecho. Hasta que el más bonito pueblo manchego que es Campo de Criptana se adueñó, quizá razonadamente, de este hecho, por poseer entonces la más completa colección de estos molinos, que día tras día va enriqueciendo aún más, llegando por el momento a poseer siete u ocho. Pero he aquí que sale otro pueblo manchego, Consuegra, reclamando alegre y fuertemente el derecho que le asiste de haber sido sus campos, su luz y su aire quien ha movido más cantidad de molinos de viento y, por su razón geográfica, ser la verdadera ciudad que divisaron Don Quijote y Sancho y que vieron gigantes temibles en estos molinos; efectivamente, al cruzar Puerto Lápice se divisan y ven y asustan, aún ahora, como debieron asustar Don Quijote, esa hilera ininterrumpida de molinos de viento y en el centro un enorme castillo, como pastor de este enorme rebaño molinero, formando la crestería más bella y potente del mundo. Consuegra, dentro de poco, se llevará el premio de la luminaria gloriosa de ser en sus cerros donde tan afanosamente nuestro Don Quijote, a lanza partida, luchó con los molinos de viento. Ese mismo 28 de noviembre, el diario Lanza saltaba a la arena: Vienen, en estos días, publicándose en las páginas de ABC, diversas opiniones sobre el lugar de emplazamiento del proyectado monumento a Don Quijote. Nosotros, como periódico de Ciudad Real, no podemos permanecer neutrales en el pleito y, aunque, hay mucho que hablar del monumento, no queremos hoy más que dejar sentado que intervendremos con nuestras razones y argumentos a favor de nuestra Mancha. Aparte de los artículos y editoriales que pensamos realizar en este sentido, invitamos también, a las plumas doctas de nuestra provincia, y muy especialmente al Instituto de Estudios Manchegos a que se pronuncien sobre este debate. Cuatro días más tarde, el 2 de diciembre, don Pascual Beño Galiana apoyaba la idea lanzada por el diario Lanza: Cualquier lugar de La Mancha es bueno para la ubicación del monumento, pero el problema debe de ser resuelto por el único organismo competente y con autoridad para hacerlo, el Instituto de Estudios Manchegos. Firme candidata a tener el privilegio de ser escogida para levantar el pretendido monumento fue Villanueva de los Infantes. Uno de sus grandes defensores, el doctor don Antonio Revenga Carbonell, tras reivindicar para esa villa el lugar de cuyo nombre Cervantes no quiso acordarse, escribía: Apenas lanzada por don Antonio Irureta la idea de erigir un grandioso monumento al ingenioso hidalgo han surgido las autorizadas voces de dos ilustres localidades manchegas aduciendo méritos y razones para recabar el honor de que sus terrenos sean escenarios del merecido y ambicioso monumento que a la vez glorificaría a Cervantes y a Don Quijote. Es de esperar que a las dos peticiones aludidas sigan las de otros lugares de la Mancha en los que se sitúen o pretendan situarse pasajes de la inmortal obra. La circunstancia de no haber nacido en la Mancha da a mi opinión el valor, ya que no otros, de la imparcialidad. Una de las primeras personalidades que rápidamente dio su opinión, en este caso a través de Televisión Española, fue el prestigioso escultor don Juan de Ávalos, para proponer que el monumento se levantara en Esquivias. El 3 de diciembre, el diario Lanza, bajo el titular: “No debe erigirse fuera de los límites de nuestra provincia”, opinaba: En diversas ocasiones y desde hace muchos años, nuestro diario ha venido comentando la necesidad de erigir un monumento a Cervantes y a Don Quijote. Nos interesa dar a conocer la opinión de personas y prensa sobre la cuestión, máxime si de esta polémica pudiera salir, no el lugar más apropiado para erigir un monumento al ingenioso hidalgo, cosa factible para ser realizada por cualquier corporación, sino el gran monumento nacional que necesita Don Quijote, oficialmente proyectado, y que por lógica irrebatible no puede ni debe ser fuera de los límites de nuestra provincia. Sin embargo, el caso de Ciudad Real capital fue una excepción, pues desde su Ayuntamiento no reivindicaron el monumento para esta ciudad, sino para cualquier otro punto de la provincia de Ciudad Real, sin decantarse por ninguno en particular, ya que su alcalde, don Victorino Rodríguez Velasco, había anunciado unas fechas antes que, con motivo de la remodelación de la céntrica plaza del Pilar, instalarían su propio monumento a don Quijote y Sancho. Además de las lógicas controversias originadas por la ubicación del monumento, también se levantó alguna voz en contra de la idea unitaria lanzada por don Antonio Irureta para pedir que el monumento se compartiera, así, el periodista conquense don Martín Álvarez Chirveches argumentaba: Puede que fuese más justo fraccionar el monumento a Don Quijote situándole en una serie de pasajes del Quijote, en los escenarios claves de su caminar. En El Toboso, el amor; en Mota del Cuervo, la lucha con los molinos; en Consuegra, en Campo de Criptana, en San Clemente y en todos los puntos de la cita cervantina, lo más definitivo y exacto de su paso por los lugares que en la obra se mencionan. Este sería como un eco repetido de un monumento sin localismos y de proporciones gigantescas. Por si su propuesta no cuajaba, el Sr. Álvarez Chirveches proponía, como alternativa, situar el monumento en la sierra de los molinos de Mota del Cuervo, en La Serrezuela. Pero desde esta misma ciudad, don José Zarco Castellano, presidente de la Asociación de Amigos de los Molinos y Museo Manchego, rompía una lanza en favor de El Toboso: Por conciencia y por justicia este monumento debe de estar en El Toboso. Ningún otro nombre, salvo el de los dos protagonistas, es citado con tanta frecuencia en toda la inmortal obra, bien por hablar de la simpar Dulcinea o por referirse concretamente a aquel lugar, por ello el más cervantino de toda La Mancha. Quedémonos los pueblos molineros, Alcázar de San Juan, Campo de Criptana, Valdepeñas, Consuegra, Quero, Madridejos, Camuñas y Mota del Cuervo, con nuestros molinos. La Mancha es muy grande, la tarea de enaltecer la región es ardua y hay sitio para todos. Dejemos al hidalgo pueblo de El Toboso con la dicha de tener siempre a Don Quijote y a Sancho Panza para que sigan idealizando a su Dulcinea. También el 3 de diciembre, en su sección fija dedicada al monumento, que tituló: “A cuatro provincias -Albacete, Cuenca, Ciudad Real y Toledo- alcanza la predilección de los comunicantes”, ABC argumentaba: Efectivamente, las cuatro provincias –Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo- lindan, más que lindar, diríase que se funden y unifican, en esa zona común a todas ellas que es La Mancha, aunque por extensión territorial unas sean más manchegas que otras. Y las cuatro tienen sus valedores a la hora de reclamar para sí el honor de dar albergue a ese soñado gran monumento a Don Quijote. Seguiremos reuniendo en esta sección algunas de las ideas y argumentos que esgrimen los partidarios de unas o de otras. El periodista y escritor, don Francisco Serrano Anguita, en su sección “Aquí Madrid…”, bajo el título “La batalla de los molinos”, replicaba a la carta de don Gregorio Prieto, del 26 de noviembre, aportando datos de los treinta y cuatro molinos que, según el Catastro del Marqués de la Ensenada, existían en 1752 en Campo de Criptana: Pese a lo que digan los aguafiestas, en ningún lugar de la Mancha pudo hallar Don Quijote los treinta o cuarenta molinos que hay en aquel campo, de no ser en el de Criptana, que es, además, “el Campo”, y así nombran a la villa en toda la región. Don Miguel García de Mora, de La Solana, sugiere varios lugares de la Mancha sin pronunciarse decididamente por ninguno, pero todos de la provincia de Ciudad Real, que es, a su juicio, legítimamente, la más firme candidata: El Cerro de la Paz, de Campo de Criptana, entre el renacido bosque de los molinos de viento; algún paraje de las Lagunas de Ruidera; dentro o al exterior de Argamasilla de Alba; por las rutas del Campo de Montiel; Sierra Morena, en la zona manchega; la entrada de Alcázar de San Juan, por la estación férrea que registra un paso de viajeros tan acusado (Alcázar reivindica siempre el nacimiento de Cervantes); un tramo estratégico de la carretera de Madrid a Andalucía a su paso por Puerto Lápice, Villarta de San Juan, Manzanares, Valdepeñas… Don Ángel Tortosa Navarro, de Las Pedroñeras, ofrecía terrenos de su propiedad, junto a la carretera general de Madrid a Cartagena y Alicante, próximos a la Venta de El Toboso, la venta donde el Caballero veló sus armas, para erigir el monumento. El corresponsal de ABC en Albacete, don Antonio Andújar Balsalobre, llamaba la atención sobre las Lagunas de Ruidera: La ocasión que brinda ABC al abrir sus columnas a tan acertada iniciativa, puede -y debe- servir para que entre todos los españoles llamados a opinar surja ese lugar para una realización de tanta grandiosidad. Se trata de las Lagunas de Ruidera, y he de apresurarme a adelantar que, al igual que en Alcázar de San Juan, ya estaba en marcha un proyecto similar, aunque menos ambicioso. ¿Quiere esto decir que el monumento deba de erigirse obligatoriamente en las Lagunas de Ruidera?, de ninguna manera, como manchegos y españoles, lo que deseamos es que el monumento se construya y que el lugar elegido sea el más conveniente para los fines que se pretende. Doctores tiene la Iglesia para elegirlo. El 7 de diciembre, en la portada de Lanza, bajo el titular: “Feliz iniciativa de Alcázar de San Juan”, aparecía la siguiente noticia: Con ocasión del IV Congreso de Academias de la Lengua Española, que se celebra en Buenos Aires, el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan saluda a los congresista y les ruega se adopte acuerdo adhiriéndose, a propuesta de esta ciudad, al Monumento a Cervantes y a su inmortal obra. Y nombre una Comisión que estudie la posibilidad de que este homenaje sea rendido por todos los pueblos de habla hispana… El 8 de diciembre, ABC publicaba un gran reportaje, firmado por el periodista Luis de Armiñán, titulado “Que lo diga Don Quijote”, en el que, de la mano del alcalde de El Toboso, don Amador Carvajal Gamarra, repasaba los méritos de esta ilustre villa para acoger el monumento propuesto. Pero también recordaba que en 1922, adelantándose al resto de la Mancha, su entonces alcalde, don Jaime Pantoja, impulsó la idea de un monumento conmemorativo al Quijote y constituyó una Comisión Ejecutiva Nacional, que presidían el conde de López Muñoz, ministro y literato, y, honoríficamente, el rey Alfonso XIII. El monumento, ideado por don Jaime Pantoja y por el comandante de Artillería don Calixto Serichol Ibáñez, era colosal, pues tendría una altura de setenta metros hasta el yelmo del Hidalgo que serviría de terraza para la contemplación de la Mancha; la punta de la lanza llegaría a los noventa metros, a modo de faro luminoso en las noches manchegas. En su interior se abriría un hotel y una biblioteca. Y lo más novedoso: El monumento sería una emisora con potencia suficiente para que su constante mensaje de vinculación espiritual llegara hasta todos los pueblos de nuestro idioma. A don Quijote y Sancho se les instalaría caminando sobre la llanura, sin pedestales. Como no era otra cosa que una exaltación del idioma, pensaron que debiera ser obra de todos los pueblos hispanos, y en la audiencia que Alfonso XIII les concedió, el alcalde propuso que el Gobierno de España gestionara de los Gobiernos Iberoamericanos y de Filipinas la autorización para celebrar un sorteo de lotería y con sus beneficios realizar la magna empresa. El 9 de diciembre, bajo el titular: “También fuera de la Mancha se interesan por la elección del emplazamiento del monumento”, ABC comentaba que el interés del tema trasciende fuera del propio ámbito manchego, lo cual, por otra parte, es natural, pues el personaje implicado a todos nos pertenece un poco y todos podemos, por tanto, tener nuestro punto de vista respecto a cuál podría ser el lugar de La Mancha que, en su caso, albergará el gran monumento nacional. Don Ricardo García García, desde Salamanca, escribía: Todos los españoles deberíamos estar interesados en la erección de un monumento a Don Quijote en la Mancha. Sería un homenaje al gran vínculo nacional del idioma y rendido culto a las nobles aspiraciones del espíritu. Estimo que cualquier punto de la Mancha pudiera ser el adecuado. Sin desestimar a ninguno de los propuestos, creo que Consuegra reúne, y acaso supera, estas condiciones. El alcalde de Argamasilla de Alba, don Andrés Carretón Mena, en carta que también se publicó en el diario Lanza al día siguiente, argumentaba: Es necesario reconocer que esa realidad evidente de tradición cervantina que cualquiera aduzcamos no es razón única y poderosa para considerar a tal o cual sitio merecedor del honor…Pero pensando que tampoco me negarán la misma benevolencia que a los que en estos días han deambulado por las páginas de los diarios, yo voy a hacer prevalecer las razones en las que Argamasilla de Alba se sustenta y esgrime hoy, para conseguir el honor de merecer nacionalmente el emplazamiento en su término del citado monumento. Miguel de Cervantes estuvo preso en la cueva de Medrano y esa cueva está en Argamasilla de Alba. En esa cueva se inició la obra maestra y, en consecuencia, en la misma nacieron a la luz de lo escrito don Quijote y Sancho. Si no fuese así, ¿por qué es objeto de constante peregrinar de cervantinos nacionales y extranjeros de todas las latitudes? ¿Por qué hace ciento un años don Juan Eugenio de Hartzenbusch y el editor e impresor Rivadeneira realizaron en dicha cueva aquella edición del Quijote, como espaldarazo que anulara sistemáticas y rutinarias impugnaciones o controversias? Creo pues que es una poderosa razón, limpia de pasiones y egoísmos ilógicos, para que Argamasilla de Alba y su término sea el sitio predilecto para el emplazamiento. También se posicionó con fuerza Puerto Lápice, no solo por las referencias que de esa villa se hacen en la inmortal obra, sino por el plus que supone estar junto a la carretera general a Andalucía. Su alcalde, don Cesar Gómez Calcerrada, argumentaba en los diarios ABC y Lanza: Este monumento no creo que tenga mejor sitio que en uno de los cerros que hay en Puerto Lápice, encrucijada de dos carreteras de primer orden y donde Cervantes dice en su obra inmortal “autores hay que dicen que la primera aventura fue la de Puerto Lápice”, y siendo así, que mejor por su situación geográfica y sus vías de comunicación, que elevando dicho grupo escultórico en esta villa, donde Cervantes fijó varias aventuras del caballero andante. Pero a continuación se apuntaba a la idea de compartir el monumento planteando que: También se podían hacer varios monumentos escalonados que sirvieran como guía para recorrer la Ruta de Don Quijote pero, a ser posible en pueblos citados por Cervantes en su inmortal obra. Don Manuel Funes Robert, en su misiva, cuestionaba la partida de bautismo de Alcázar de San Juan y argumentaba que hoy nadie niega que Alcalá de Henares sea la verdadera patria chica de Cervantes; para acabar sugiriendo a Puerto Lápice como lugar de emplazamiento del monumento, ya que es el primer lugar de la Mancha que aparece citado en el Quijote. La desaparecida Agencia CIFRA, filial de la Agencia EFE, especializada en publicar crónicas, informaciones y reportajes de alcance nacional, también contribuyó de manera importante a difundir por toda España las noticias que iban apareciendo en los distintos medios sobre el monumento nacional al Quijote. El genial humorista Mingote aportó su grano de arena con esta viñeta que publicó ABC el 9 de diciembre. Ese mismo 9 de diciembre, don Miguel García de Mora, se preguntaba en el diario Lanza: Si el monumento a Don Quijote se realiza, y no queda, como tantas cosas, en agua de borrajas, ¿dónde debe emplazarse, de ser elegida nuestra provincia, como corresponde? Esta es la hamletiana cuestión. Porque son muchas las poblaciones y lugares dignos de tenerlo, ya por su historia cervantina, ya por su leyenda quijotesca o ya por su situación estratégica. El periodista N. Ramírez Morales, en su columna fija en el diario Lanza, “Postal de la Provincia”, del día 10, escribía: La polémica que ahora ha surgido, con motivo de cuál sería el pueblo o lugar más representativo para erigir un monumento a Don Quijote y Sancho es un buen punto de meditación. Quizás nuestra apatía, el descuido de tantas cosas que se podrían arreglar con muy poco, sea consecuencia de esa amargura que ahora soportamos al ver en peligro algo que, aun siendo solo una sugerencia, nos acucia a defender. Luchemos porque la razón es nuestra, pero aprendamos la lección, procurando no se nos olvide. El titular que aparece en la sección de ABC del día 10 era: “El monumento debe representar y abarcar por entero a la región manchega”. El compositor don Francisco Romero Valdés, desde Barcelona, apuntaba que: El mismo título de la obra inmortal ya lo está diciendo, si se llamara Don Quijote de El Toboso, Don Quijote de Criptana, Don Quijote de Consuegra, etc., etc., no habría la menor duda de que el monumento tendría que ser levantado en el término municipal correspondiente al pueblo que se titulara; siguiendo esta tesis incontrovertible, y siendo su título Don Quijote de la Mancha, es incuestionable que a la región manchega ha de representar y abarcar por entero, y el sitio electo será siempre la panorámica más extensa de tierras manchegas, por lo que me inclino por La Serrezuela de Mota del Cuervo, desde donde se admira y contempla el panorama más extenso que existe en la Mancha. Desde el Centro Superior de Investigaciones Científicas, don Francisco Lobato opinaba: La Mancha no podrá contar con mejor sitio para perpetuar la inmortal obra cervantina que el Cerro Calderico de Consuegra. Argumentando, al igual que lo hizo el pintor don Gregorio Prieto, que cuando Cervantes habla del suceso que el valeroso Don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, alude a aquellos que rodeaban el Cerro Calderico. Don M. Pascual de Francisco, desde Madrid, decía, humorísticamente, haber recibido vía espacial un cable del Caballero de la Triste Figura, con el texto siguiente: No me huelgo de vanidades, pero a fuer de Hidalgo Manchego soy agradecido y estimo en lo que vale la remembranza que de mi quiere facerse. Y solo diré que el sitio para colocar mi monumento sea El Toboso, a fin de que mi bulto en mármoles o bronces (eso diránlo los artistas) se halle donde siempre estuviera mi espíritu: en el bendito lugar que mereció la cuna de la sin par Dulcinea, tejedora de mis sueños. En esta fecha, ABC comentaba la repercusión de la idea del monumento en la prensa francesa, informando que el diario parisiense Le Figaro, en su número del día 2 de diciembre, se hacía eco del movimiento de opinión suscitado en España en torno a la idea de erigir un gran monumento a Don Quijote: Tres localidades españolas de la comarca de la Mancha: Mota del Cuervo, Campo de Criptana y Consuegra se enfrentan entre ellas de forma amistosa. En efecto, la gran cuestión es saber en qué lugar exactamente ocurrió la batalla de Don Quijote contra los molinos. Escritores, pintores y especialistas en Cervantes están dando su opinión sobre este tema. El objetivo es construir un monumento a la gloria de Don Quijote en el lugar que más se corresponda a la descripción de Cervantes. Don José Pérez Archidona, desde Puerto Lápice, reivindicaba de nuevo, en el diario Lanza, todo el protagonismo de la toma de decisión sobre el emplazamiento para el Instituto de Estudios Manchegos: Opino, respetando, eso sí, lo escrito por los demás, que el lugar de emplazamiento sea decidido, en última estancia y con fallo inapelable, por el Instituto de Estudios Manchegos, entidad cultural sobradamente capacitada para decidir lo mejor. En el ejemplar de ABC del día 17, el titular decía: “Lo importante es que la idea llegue a ser realidad”. Don Crescencio Rosado Pavón, desde Madrid, comentaba que: Es en Puerto Lápice, citado por Cervantes en los capítulos II y VIII de la primera parte, y en donde le ocurrieron a Don Quijote, entre otras varias aventuras, las de armarse caballero y la no menos famosa de la batalla con el Vizcaíno… Esta villa es visitada desde muy remotos tiempos por extranjeros amantes del Quijote, en busca de la verdadera Venta y al pie de cuyos restos me cupo el honor de acompañar al ilustre Azorín, el año 1905. Don Francisco Lozano Herrero, desde Cieza, se decantaba a favor de El Toboso basándose en el capítulo primero de la obra: Y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo estuvo enamorado… vino a llamarse Dulcinea de El Toboso, porque era natural de El Toboso. Don Rafael Mazuecos, desde su Fundación en Alcázar de San Juan, también se apuntaba a la idea de compartir el monumento: Da gusto ver el entusiasmo con que las cuatro provincias manchegas se aprestan a defender el derecho a instalar en su demarcación en monumento, sin que ninguna pueda negar a las otras la legitimidad de su aspiración. Y tal vez lo adecuado y justo sea una participación conjunta esmaltando de motivos quijotescos toda la comarca de la que es centro y capital geográfica, por definición del maestro Azorín, Alcázar de San Juan. Don Antonio Ramírez García, desde Málaga, recurre a una antigua edición del Quijote, la del año 1863, en donde se menciona a Argamasilla de Alba como presunta patria chica del Hidalgo. Entendemos que se refiere a la edición que en esta ciudad imprimieron Rivadeneyra y Hartzenbusch. El 19 de diciembre, el titular de ABC era: “Son muchos los pueblos manchegos con méritos suficientes, y aún sobrados, para ostentar en su término el monumento”. El escritor don Francisco Torres Yagües, directivo de la Sociedad Cervantina, fija el posible emplazamiento entre Quintanar de la Orden y Mota del Cuervo, sin dejar de señalar que la verdadera patria del Hidalgo es toda la Mancha. Don José María Rivas de Alces, desde Murcia, argumentaba que: Lo que sí conviene proclamar es que Alcázar de San Juan es el vértice de las cuatro provincias manchegas, equidistante, con leves diferencias, de sus respectivas capitales. Es pues, en el alcazareño cerro de San Antón, dominando la llanura, entre las líneas férreas de Levante y Andalucía, en donde el famoso Don Quijote y su leal escudero deben quedar inmortalizados. Don Arturo Valero, directivo de la Asociación de Amigos de los Molinos y Museo Manchego de Mota del Cuervo, discrepaba de la opinión del presidente de dicha entidad, don José Zarco, que se había pronunciado por El Toboso: Nuestro querido presidente ha dado su parecer, pero somos muchos los que no estamos de acuerdo en este asunto con él, ya que se ha dejado llevar por su gran altruismo al abogar por El Toboso. A El Toboso, a quien de ningún modo se debe arrinconar, Dulcinea; pero Don Quijote y su fiel Sancho, en La Serrezuela de Mota del Cuervo. Don Juan Sedó Peris-Mencheta, abogado barcelonés orgulloso de poseer una biblioteca con 2.222 ediciones del Quijote, consideraba el tema de un interés extraordinario, decantándose por La Mancha, sin emplazamiento fijo, y lamentando que Barcelona, archivo de cortesía, no haya levantado un monumento con la dignidad que Cervantes merece. Aprovechaba su misiva para recordar que esta iniciativa ya fue propuesta por don Antonio María Segovia en su obra: “Cervantes Nueva utopía, Monumento nacional de eterna gloria, imaginado en honra del Príncipe de los Ingenios. Madrid, 1861”; por don Lorenzo Ridaura y don Luis Sainz de los Terreros: “Memoria descriptiva del monumento a Cervantes. Madrid, 1915” y, también, por don Calixto Serichol Ibáñez: “Cómo debe ser un monumento conmemorativo del Quijote. Toledo, 1925”. El 26 de diciembre, la sección fija de ABC se titulaba: “Lo que se debe hacer es sustituir la política de campanario por una de más amplios horizontes”. Don Carlos de Aguilera y Salvetti, desde Madrid, apuntaba que: Es natural que todos los pueblos manchegos, más o menos relacionados con la figura de Don Quijote, recaben para sí el honor del monumento. Todos ellos se sienten patria chica y todos ellos tienen razón. Pero como se trata de un monumento universal, lo que se debe hacer es patria grande,y sustituir la política de campanario por la de más amplios horizontes. A continuación, propone el Cerro de los Bueyes, próximo a Pedro Muñoz. Doña Alicia Cobo de Penedo, desde Madrid, defendía que: El lugar más bonito, más adecuado y más turístico para el emplazamiento del monumento es la pequeña sierra de Mota del Cuervo. Maese Florentino Calzada, barbero de Viso del Marqués, exponía: Como émulo de Maese Nicolás, el barbero amigo de Don Quijote y del cura, expongo mi modesta opinión, ya que el barbero es hablador, especie de correveidile o periódico parlante, como perpetua gaceta andante que diez vueltas da al pueblo al día, y diera más, más la bacía le embarga tiempo bastante. Tras ensalzar las virtudes quijotescas de su comarca, a los pies de Sierra Morena, proponía erigir el monumento en su ciudad, Viso del Marqués. Don Fernando González Ruiz, bibliotecario de Alcázar de San Juan, comentaba: En nuestro afán de que el monumento que se proyecta se sitúe en pleno corazón de la Mancha, éste debería erigirse entre Alcázar de San Juan y Campo de Criptana. En su opinión el monumento debería sobrepasar el medio centenar de metros y albergar una biblioteca y salas de exposiciones y conferencias. El 26 de diciembre, el titular de ABC fue: “Aunque se trate de un lugar no mencionado en la obra, con tal de que sea en la Mancha”. Don Antonio Noblejas Velasco, desde Manzanares, señalaba: Se debe colocar en sitio visible por el mayor número de personas… La carretera de Madrid a Cádiz y la línea de ferrocarril de Madrid a Sevilla, a su paso por la Mancha, y durante muchos kilómetros en recta, se hallan separadas por muy pocos centenares de metros; entre ambos caminos se encuentra, a mi entender, el sitio ideal para su colocación. Don Teodoro Pérez Lebrero, desde Cuenca, comentaba: Ahora que está sobre el tapete de la prensa nacional la erección de un monumento al Ingenioso Hidalgo manchego, es necesario, sin admisible discusión, que el referido monumento ha de elevarse, en las proporciones que su gran estatura merece, dentro del solar manchego. Propone El Toboso. Don P. Villaescusa, desde Elda, sostenía que: Solo existe un sitio en toda la Mancha que merezca la presencia en piedra del Caballero de la Triste Figura; el lugar que es la meta de su peregrinaje, el objetivo de sus hazañas y el lugar en donde mora la su sin par Dulcinea, El Toboso. El doctor Antoliano Castellano España, miembro de la Asociación de Amigos de los Molinos y Museo Manchego de Mota del Cuervo, también discrepaba de la opinión del presidente de dicha entidad, pero no proponía La Serrezuela de Mota del Cuervo, sino un paraje próximo a un molino cercano a esa localidad; molino situaba en un plano que adjuntaba. El 30 de diciembre, ABC publicaba una carta de don Santiago Nadal, desde Barcelona, en la que tras comentar el amplio eco que había tenido esta iniciativa, se preguntaba: ¿Por qué no alzarlo en Barcelona?, argumentando que: El periódico madrileño ha publicado, sucesivamente, numerosas opiniones al respecto, tratando, sobre todo, del emplazamiento del monumento. Admitida la idea de un monumento –de un monumento de los de piedra y bronce al estilo tradicional-, pregunto yo si no sería Barcelona el lugar más indicado para alzarlo. La Ciudad Condal tiene una evidente deuda con Cervantes. Si monumentos tienen que existir, me parece que un monumento a Cervantes en Barcelona es algo obligado. Un monumento a Cervantes es prácticamente lo mismo que un monumento a Don Quijote, y viceversa. Ciertamente Don Quijote surge de la Mancha, pero de ninguna población habla tanto, ni con tanta simpatía, Cervantes en su inmortal obra como de Barcelona; fuera de El Toboso no hay más localización explicita de una población española que Barcelona…. Frente al mar de Barcelona, ¿no sería el sitio más adecuado? En ese mismo ejemplar, el del día 30, bajo el titular: “El monumento debe hacerse; el lugar de su emplazamiento es cosa elemental: en un lugar de la Mancha”, aparecían también estas opiniones: Don Ángel Velasco Jiménez, abogado de Moral de Calatrava, opinaba: Que el monumento debe hacerse es algo que no merece discusión; surgiendo solamente la duda del sitio en donde haya de emerger y que para mí es cosa elemental, ya que el propio Cervantes señala la pauta -En un lugar de la Mancha-. Pues bien, si el príncipe de nuestras letras no quiso citar ningún punto concreto no debiera ser levantado al amparo de ninguna ciudad grande o pequeña, sino en pleno campo, dentro de la gran llanura manchega, en la confluencia de dos o varios términos municipales. Don Adrián Millán Manzanares, desde Ocaña, insistía en El Toboso pues: Todos los sucesos y circunstancias relatados en la obra son secundarios ya que el fin primordial de todas las andanzas del hidalgo fue ofrecer su vida y sus obras a Dulcinea. El alcalde de Consuegra se hacía eco de una carta enviada desde Madrid por doña Pilar Millán en la que argumentaba que: No es aventurado afirmar que fue en esa ciudad, y no en otro sitio, en donde se libró la batalla de los molinos; por tanto, creemos que es Consuegra el lugar más apropiado para que se erija el monumento. El ferroviario don Laureano Castro Iglesias, jefe de estación en Santiago de Compostela, consideraba fundamental: Que el soñado monumento pueda ser visto desde el tren, seguro que Renfe crearía, muy orgullosamente, y los maquinistas ejecutarían orgullosos, un toque de atención universal para que los viajeros, al oírlo, se asomasen, diciéndose: Ahí quedan”. El 1 de enero de 1965, el titular de ABC era: “Amplio y apasionado eco de la idea en la provincia de Ciudad Real”. Don Carlos María San Martín, corresponsal de ABC en Ciudad Real, argumentaba: Como era de esperar, en esta provincia, tan cervantina y quijotesca, ha tenido amplio eco la polémica que sostienen, con distintos puntos de vista, en ABC, escritores, eruditos, historiadores, alcaldes, etc., en torno al proyectado monumento nacional a Don Quijote. Sosteniendo que la Mancha más Mancha está en la provincia de Ciudad Real. Don Felipe Sánchez, secretario del Ayuntamiento de Madridejos, indicaba que el sitio más indicado es el Cerro de la Cabeza del Conde, próximo a Madridejos. Don Manuel Soro, desde Villamanrique, defendía: Aquella zona donde Sierra Morena se acerca más al Campo de Montiel, pero deja la puerta abierta a otras posibilidades. Hágase donde más convenga, pero hágase pronto, y no circunscríbase la dádiva para ello a España solamente. Invitemos a todas las naciones hermanas de habla española, pues de todas es la gloria y todos hemos de compartirla. Don Santiago Domínguez, desde Santander, señalaba: Hay un sitio que creo es el único donde debería erigirse el monumento, no lejos de las vías de comunicación y de los puntos sobre los cuales todos indican debería hacerse. Se encuentra a pocos kilómetros de Pedro Muñoz, El Toboso y Mota del Cuervo, en ese triángulo se halla el límite de las provincias de Ciudad Real, Toledo y Cuenca… y mirando a Albacete. El 6 de enero, el titular de ABC era: “En las cercanías de El Toboso, donde vivía su más alta ilusión”. Don Jerónimo Perea Madero, abogado de Villatobas, argumentaba que levantar el monumento en cualquier otro lugar que no fuera El Toboso, sería desnaturalizar a Dulcinea y borrar de la geografía de la Mancha a El Toboso. Don Maximiano Escribano, desde Belmonte, señalaba que: El lugar ideal es el que ocupa la célebre Venta de El Toboso, la cual se halla en un punto que es confluencia neurálgica de las provincias de Toledo, Ciudad Real y Cuenca, junto a la carretera general de Madrid a Cartagena y Alicante. Don José Gil Montero, desde Madrid, se sumaba a los defensores de la candidatura de Alcázar de San Juan y tras aportar nuevos argumentos a su favor, califica sus alrededores de marco incomparable e indica que es el vértice de las cuatro provincias manchegas. Don José Cerqueiras, desde Villagarcía de Arosa, opinaba que: Está España tan obligada a Cervantes y a su Don Quijote de la Mancha, que sería imperdonable proceder con ligereza en este asunto; añadiendo que el monumento, a instalar en el centro geográfico de la Mancha, debe de hacerse para Cervantes y el Quijote, y estar a la altura de lo que universalmente representan. Este fue el último día en el que ABC reservó una sección fija dedicada al monumento nacional a don Quijote; lo había estado haciendo desde el 25 de noviembre del año anterior. Pero en estas fechas ya se empezaba a dudar de la viabilidad del proyecto. Por ejemplo, unos días antes, el 3 de enero, desde Tánger, el diario España Semanal, en su número 811, opinaba: No se hará el tal monumento, pero de hacerse no hay más que dos pueblos dignos de tal emplazamiento: El Toboso, por ser patria de Dulcinea, esa ideal musa de Don Quijote, o Esquivias, la auténtica patria del caballero, es decir, del bueno de Alonso Quijano, donde Cervantes se casó y vivió algunos años feliz. Y así ocurrió, después de ese frenesí la llama se fue apagando y la idea del grandioso monumento nacional a don Quijote de la Mancha no cuajó, diluyéndose poco a poco como un azucarillo en agua caliente. A partir de ahí, ya solo se publicaron algunas opiniones aisladas; como la de don Juan Alonso Padilla que el 28 de enero, en el diario Lanza, parecía poner el colofón a la idea de construir el monumento nacional al Quijote con estas frases: No sé por qué ha de ser así, pero el fenómeno es frecuente: hablar del Quijote es quedar expuesto a la pérdida del cubicado exacto de la ecuanimidad… La prensa se ha humedecido en tintas de este intenso burbujeo mareante y miles de cartas se han cruzado, más o menos cordiales, más o menos ofensivas, a partir de una fecha que solo Mefistófeles sabe… La última vela de luminosas ideas está a punto de agotarse. El monumento a Don Quijote es posible que no consiga su primera piedra y los hombres se sentirán decepcionados por ello. Para mí que el monumento ya está hecho en el más delicado lugar: En el lugar de la ilusión, en el más alto picacho de la llanura del alma. A pesar de que pocas veces se ha concitado un movimiento tan unánime alrededor de una idea, el proyecto no se llevó a cabo. Pensamos que el fracaso estuvo relacionado con la falta de un liderazgo claro, preciso y convincente. Hubo demasiado debate en torno a la ubicación, pero faltó la voz que, revestida de la autoridad necesaria para no ser cuestionada, decidiera su mejor emplazamiento. También se echó de menos que nadie, persona o institución, asumiese como propia la idea, diese un paso al frente y tuviese la valentía de proponer una Comisión Ejecutiva Nacional, como ocurrió en 1922 en El Toboso, para materializar el proyecto, poniendo sobre la mesa asuntos tan importantes como el de su financiación o la composición del monumento. Pero el fracaso del gran monumento nacional tuvo su parte positiva, ya que sirvió de acicate para que muchos pueblos de La Mancha, especialmente los de más tradición cervantina, tomaran como suya la iniciativa y, acorde con sus posibilidades, erigiesen sus propios monumentos. Aunque han pasado sesenta años, pensamos que la idea sigue vigente y que debería de retomarse nuevamente. Quién sabe si algún otro Sr. Irureta volverá a tener la feliz iniciativa de proponerla de nuevo; ahora sí, reuniendo los apoyos necesarios y las suficientes voluntades que permitan llevarla a buen término. Y necesariamente, contando con el concurso más decidido de los países de habla hispana y de los pesos pesados del cervantismo universal. Ahora que la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha propuesto que don Quijote y Sancho Panza sean declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, sería extraordinario que se pudiese celebrar su consecución erigiendo el tan ansiado gran monumento, en esta ocasión de carácter universal. Gustosamente sustituiríamos el titular de cabecera por este otro: El gran monumento universal al Quijote… que va a ser. Manuel Rubio Morano Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
A veinte y dos de agosto deste presente año Fecha de Publicación: 22/08/2025 La Mancha en un mes de julio. Fotografía de Luis M. Román . EN MEMORIA DE ENRIQUE SUÁREZ FIGAREDO Los ocupados lectores del siglo XXI requerimos del autor de una novela numerosas descripciones, y muy precisas, para percibir el entorno en el que sitúa su ficción. Sin embargo, el desocupado lector de principios del siglo XVII no necesitaba que Cervantes describiera en el Quijote lo que para todos era simplemente conocido. Mientras escribo este artículo, en el Corazón de la Mancha, acabamos de pasar otra larga ola de calor, término actual que los meteorólogos usan para alertar de temperaturas por encima de lo normal durante un cierto tiempo. La primera parte del ingenioso don Quijote,exclusivamente por territorio manchego, trascurre en verano, precisamente en esta parte del verano más caluroso. Quienes tenemos el privilegio de vivir en el centro de la Mancha sabemos que la canícula, el tiempo de temperaturas más altas durante el verano, es, como decían nuestros padres y abuelos, entre virgen y virgen, entre la Virgen del Carmen el dieciséis de julio y la Virgen de Agosto el quince de agosto en sus cientos de advocaciones: de la Paloma, de Los Reyes, de Begoña… En este espacio de tiempo no es extraño estar varios días seguidos a cuarenta grados a la sombra en las horas centrales del día e incluso más, y tampoco nos extraña que el cielo descargue alguna que otra tormenta normalmente moderada, con la gente del campo mirando de reojo cómo se van formando al final de un día bochornoso los torreones de nubes que indican posibles tormentas. Solo faltan pocos días para que comience la vendimia y una tormenta local con pedrisco puede arruinar toda la cosecha de uva. Y esto era también así en tiempo de la escritura del Quijote, nada nuevo o excepcional en esta tierra para autor y lector. Detalle del dibujo de Daniel Urrabieta Vierge (BIQ) Pocos más datos necesitaban sus primeros lectores para imaginarse la penosa imagen de don Quijote dirigiéndose por un camino hacia la venta donde iba a ser burlescamente ordenado caballero, que los que les describe el narrador de la historia: «una mañana, antes del día, que era uno de los calurosos del mes de Julio, se armó de todas sus armas, subió sobre Rocinante, puesta su mal compuesta celada, embrazó su adarga, tomó su lanza y por la puerta falsa de un corral salió al campo con grandísimo contento y alborozo de ver con cuánta facilidad había dado principio a su buen deseo». Hoy nos cuesta imaginar esta imagen, casi irreal, de un hombre viejo revestido de armadura de chapa de hierro y un casco con visera del mismo material bajo el sol sobre un caballo casi inválido, a cuarenta grados, durante todo el día. Su cuerpo tenía que estar al borde de sufrir lo que hoy conocemos como un “golpe de calor”. Una imagen entre trágica y conmovedora para los lectores actuales, Cervantes la describe así a sus lectores: «Con esto caminaba tan despacio, y el sol entraba tan apriesa y con tanto ardor, que fuera bastante a derretirle los sesos, si algunos tuviera». Al final del día don Quijote cree ver un castillo, o un simple espejismo. Los espejismos en la Mancha durante el verano son percibidos por locos y por cuerdos. Miramos el horizonte y este tintinea por el cambio de la densidad del aire pegado a los campos recién segados y a los secos barbechos. Y surgen esas extrañas figuras que cuando nos vamos acercando mutan o desaparecen como por arte de magia. Si esto nos pasa hoy viajando en un vehículo por una carretera, más aún era percibido a lomos de un caballo o una mula por los caminos manchegos hace cuatro siglos. Nos dice el narrador que «al anochecer, su rocín y él se hallaron cansados y muertos de hambre, y que, mirando a todas partes por ver si descubriría algún castillo o alguna majada de pastores donde recogerse y adonde pudiese remediar su mucha hambre y necesidad, vio, no lejos del camino por donde iba, una venta, que fue como si viera una estrella que, no a los portales, sino a los alcázares de su redención le encaminaba» Hoy casi no hay ventas que estuviesen en uso a principios del siglo XVII y a los lectores de hoy nos parece inverosímil que don Quijote tomase este establecimiento de servicios al caminante como un castillo. Sin embargo, para los primeros lectores acostumbrados a reconocer una venta al borde de un camino, la mayoría de ellas con al menos una torre palomar, esta primera visión que tuvo don Quijote después de un largo día de julio manchego, cansado y muerto de hambre, no les produciría ninguna sorpresa, al contrario. Cervantes dio al texto verosimilitud, también en los caminos y parajes elegidos para situar las aventuras del ingenioso hidalgo. Después, lo que para sus lectores era un simple espejismo debido al calor, Cervantes lo trasmuta finalmente a ojos de don Quijote en «un castillo con sus cuatro torres y chapiteles de luciente plata, sin faltarle su puente levadiza y honda cava, con todos aquellos adherentes que semejantes castillos se pintan», provocando, ahora sí, las carcajadas entre ellos. La segunda salida de don Quijote, repuesto de los palos que un mozo de mulas le dio en su regreso de la venta, ya con su escudero y vecino Sancho Panza es durante esta misma canícula. Dice el narrador que «sin despedirse Panza de sus hijos y mujer, ni don Quijote de su ama y sobrina, una noche se salieron del lugar sin que persona los viese, en la cual caminaron tanto, que al amanecer se tuvieron por seguros de que no los hallarían aunque los buscasen» En este tiempo del verano cuando entraba la noche los vecinos salían a las puertas de las casas con sus sillas unos o sentados en el poyos otros a esperar que el viento solano les refrescase un poco antes de irse a dormir. Corros de mayores hablando de sus cosas mientras los muchachos jugaban se iban deshaciendo ya bien entrada la noche. Aún hoy es posible ver esta estampa en las calles más antiguas de los pueblos manchegos. En una corta noche de verano poco tiempo pasó desde que caballero y escudero notaron que sus familias y vecinos dormían plácidamente para salir al campo y al amanecer «descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo». Amanece en Campo de Criptana. Fotografía de Luis M. Román Cervantes conoce bien los usos y costumbres de los vecinos del ingenioso hidalgo y su escudero, como el mapa y la imagen del territorio en esta parte de la Mancha. Solo Campo de Criptana disponía a principios del siglo XVII con esos «treinta o pocos más desaforados gigantes» y en esta época del año estaban en plena molienda del cereal recién cosechado. El viento predominante en esta zona es el solano o de levante, pero es un aire caprichoso. Los molineros y sus mozos tenían que aprovecharlo cuando este soplaba, la mayoría de los días de verano por la noche. Al salir el sol el solano se acostaba hasta la noche siguiente. Quienes hemos visto y sentido moler a uno de estos artilugios con su maquinaria original nos ha quedado la impresión de estar cerca de un gigante. Exteriormente la forma y dimensiones del edificio te empequeñecen. Sus cuatro grandes aspas vestidas con las lonas crujen frenadas por el molinero. Solo tiene una puerta, que ya te parece una oscura boca, por la que se accede a su interior y te permite subir por sus extrañas escaleras de caracol hasta el moledero. El molinero desenfrena cuidadosamente el molino y la maquinaría de madera con sus asientos, ejes y engranajes hacen roncar las piedras molineras deshaciendo el grano en fina harina. A pesar de los guardapolvos una ligera niebla blanca invade el espacio en medio de una confusa vibración. Lo que para cualquier lector actual del Quijote la molienda en un molino de viento es una experiencia muy excepcional para los primeros lectores era muy cotidiana. Sin haber tanta concentración de molinos de viento, como era en Campo de Criptana, estos artilugios molineros estaban repartidos por una buena parte de la Mancha y también por el resto de la España seca. Para quienes no los conociesen, ahora sí, les deja Cervantes detalles de ellos: «—Mire vuestra merced —respondió Sancho— que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino». A un lector actual le puede parecer extraño que Cervantes no describiese nada más de la escena donde un molino de viento se pone en marcha por una ligera brisa al poco de amanecer y que en todo ese alboroto no apareciese su molinero. A su desocupado lector, que sabía que después de una larga noche de molienda tanto molinero como mozo estarían durmiendo en el fresco silo aledaño, no. De nuevo don Quijote y Rocinante por los suelos, esta vez golpeados por las aspas de uno de estos molinos. Después de dirigirse hacia Puerto Lápice, donde caballero y escudero vuelven a salir maltrechos, uno con un buen corte en la oreja y el otro molido a golpes por los mozos de los frailes de san Benito, y después de nuevas aventuras y más golpes llegan a una venta a las puertas de Sierra Morena, la Venta de la Inés. Se adentran en la sierra después de pasar una noche en la venta, también de mal recuerdo para ambos aunque peor para Sancho, llegando a una zona escondida, fuera del camino real de Toledo a Sevilla que la atraviesa. En medio les acontece la aventura de los rebaños de ovejas, la del cuerpo muerto y otra nueva noche sin pegar ojo, esta vez por culpa de unos terroríficos golpes que tronaban en mitad de ella que por la mañana descubren que son producidos por un simple batán. Y comienza a llover, la única vez que llueve en toda la primera y segunda parte del Quijote, también en medio de la canícula veraniega. Dibujo de Jaime Pahissa (BIQ) Debido a esta ligera lluvia de una mañana de verano, un barbero que les venía de frente por el mismo camino «por que no se le manchase el sombrero —que debía de ser nuevo— se puso la bacía sobre la cabeza, y como estaba limpia, desde media legua relumbraba». Bacía que desde ese momento se transforma en el famoso Yelmo de Mambrino que, una vez arrebatado a su dueño, acompañará al ingenioso hidalgo siempre. Hoy ver una bacía de barbero en cualquier parte del mundo recuerda no solo su antiguo uso en el afeitado de las barbas sino al mismo don Quijote de la Mancha, aunque no se haya leído ni una línea de la novela. Con su famoso yelmo en la cabeza libera a unos hombres que iban condenados a galeras y en gratitud vuelve a llover, pero esta vez en lugar de agua «comenzaron a llover tantas piedras sobre don Quijote que no se daba manos a cubrirse con la rodela, y el pobre de Rocinante no hacía más caso de la espuela que si fuera hecho de bronce. Sancho se puso tras su asno, y con él se defendía de la nube y pedrisco que sobre entrambos llovía» Ahora ya sí dejan el camino y se adentran en mitad de la sierra, donde no dejan de sucederles nuevos encuentros y aventuras. Don Quijote llega a un lugar recóndito y decide quedarse allí haciendo penitencia mientras que encarga a Sancho Panza llevarle una carta a su Dulcinea del Toboso que acababa de escribir allí mismo firmándola con el sobrenombre de El Caballero de la Triste Figura. Sancho, que no da puntá sin hilo, aprovecha que para ir a El Toboso tenía que pasar por su pueblo para que a cambio de sus servicios mandase a su sobrina que le diese tres borricos. Tenemos que recordar que en medio de todo este lío con los galeotes a Sancho le roban su borrico y podía aprovechar este encargo para ir a El Toboso con Rocinante y la vuelta traerse ya un nuevo borrico para su uso. La cédula de pago firmada por don Quijote dice así: Mandará vuestra merced, por esta primera de pollinos, señora sobrina, dar a Sancho Panza mi escudero tres de los cinco que dejé en casa y están a cargo de vuestra merced. Los cuales tres pollinos se los mando librar y pagar por otros tantos aquí recebidos de contado, que con ésta y con su carta de pago serán bien dados. Fecha en las entrañas de Sierra Morena, a veinte y dos de agosto deste presente año. Yahabía pasado lo más caluroso del verano. Comenzaron las primeras aventuras de don Quijote hace alrededor de un mes, «una mañana, antes del día, que era uno de los calurosos del mes de Julio», y durante la canícula han pasado muchas más. No terminan aquí. El cura y el barbero llegan hasta Sierra Morena con la intención de encontrar y convencer a don Quijote de que vuelva a casa. Después de sacarlo de Sierra Morena con engaños y pasar de nuevo por la famosa Venta de La Inés consiguen llevarlo a su pueblo, al final del mes de agosto. Este artículo lo termino y publico a veinte y dos de agosto deste presente año de 2025 en memoria de Enrique Suárez Figaredo. Hoy te despiden tus familiares y amigos en Barcelona. Gracias por tu amistad, conocimientos y generosidad durante estos nueve años. Descansa en paz amigo. ¡Vale! Luis Miguel Román Alhambra
La Titán de la Mancha 2025 contará con una ruta Cervantin@lcazar Fecha de Publicación: 13/08/2025 . La ruta coordinada por la Sociedad Cervantina de Alcázar, pretende amenizar la espera de los familiares de los participantes en la TITÁN, se trata de hacer un recorrido cultural a pie de una hora y media de duración para mostrar a los asistentes los lugares de Alcázar de San Juan que tienen vinculación con Cervantes y el Quijote. Será gratuita y con inscripción previa para las primeras 30 personas que lo soliciten en el correo cervantinaalcazar@gmail.com Alcázar de San Juan, 13 de agosto de 2025.- La edición 2025 de la Titán de la Mancha contará con una novedad: el Comité Organizador de la prueba, en colaboración con la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, ha preparado una actividad cultural que amenice la espera de los familiares de los participantes mientras estos se encuentran en el desempeño del exigente evento deportivo. Se trata de una ruta guiada que recorrerá a pie los lugares de la ciudad que la vinculan con Miguel de Cervantes y el Quijote. Es apta para todos los públicos y tendrá una duración aproximada de una hora y media. Será una buena ocasión para profundizar en el conocimiento de nuestro universal escritor y conocer algunas curiosidades de la ciudad manchega. Las personas venidas a nuestra ciudad con motivo de la participación de sus familiares en la XIV edición de esta reconocida prueba, tendrán ocasión de conocer mejor la inmortal novela «El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha», recorriendo lugares que tienen una vinculación muy directa con la novela. Se sorprenderán y a buen seguro que se llevarán un buen recuerdo de la visita. Esta ruta tendrá carácter gratuito, pero por cuestiones de organización sólo se admitirán las primeras 30 personas que se inscriban el correo de la Sociedad Cervantina de Alcázar, por riguroso orden de solicitud cervantinaalcazar@gmail.com La ruta se iniciará a las 10:30 horas de la mañana del sábado 13 de septiembre y el punto de encuentro y de inicio de la ruta, será la estatua de Alonso Quijano con su gato, junto a la empresa Aguas de Alcázar, en la siguiente localización de Google Maps: https://maps.app.goo.gl/vbRoSVfZQ5NaVAGA8 El Comité Organizador de la Titán, que año tras año ofrece mejoras en la prueba para convertirla en una de las más importantes del calendario nacional, ha pensado en ampliar la oferta cultural a nuestros visitantes y la oferta se ha concretado en la celebración de esta ruta con la ayuda de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. No hay duda de que esta actividad será del agrado de todos los participantes en ella y resultará otro atractivo más que resaltará este magnífico evento deportivo. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Miguel de Cervantes y la Orden de Calatrava Fecha de Publicación: 06/08/2025 . La Orden de Calatrava es la más antigua de España, creada en 1158 con sus grandes fortificaciones en Calatrava la Vieja y Calatrava la Nueva, fue la Primera Espada de la Reconquista estando siempre en primera línea de frontera contra los almohades. Miguel de Cervantes no sólo conocía la Orden, sino que la cita en varias de sus obras y atravesó sus dominios cada vez que efectuaba un desplazamiento a cualquier lugar de Andalucía debido al desempeño de los distintos oficios en los que sirvió a la Corona Tras su creación a principio del siglo XII, las órdenes militares internacionales del Temple y del Hospital con un marcado carácter asistencial inicial, aunque después derivaron también en fuerza militar, que se asentaron en el oriente próximo con el objetivo de proteger a los peregrinos en Tierra Santa (Temple) y atenderlos curándolos de sus heridas y dolencias (Hospital), estas órdenes acabaron llegando a España en 1146. Su objetivo era la defensa de las fronteras que les fueron encomendadas por los diferentes reyes cristianos, fundamentalmente en zonas de Aragón, está documentada la participación del Temple en el cerco de Tortosa en 1148. Fueron perdiendo terreno en favor de las órdenes nacionales Calatrava, Santiago y Alcántara porque competían con ellas en inferioridad de condiciones, ya que un tercio de sus ingresos debían enviarlos a la casa matriz, al maestre que casi siempre estaba en el Oriente Latino (lo que se llamaban las «responsiones» que mermaban consi-derablemente sus ingresos y no podían dedicar todos sus recursos al fortalecimiento militar de sus tropas y castillos). Como la define HistorIA: Explorando el Pasado: «La orden de Calatrava además de su origen heroico se distinguió por su estrecha relación con la orden del Císter adoptando su regla y hábitos blancos, esta característica los diferenciaba de otras órdenes militares contemporáneas como los templarios conocidos por su emblemática Cruz Roja y los hospitalarios famosos por su Cruz Blanca sobre fondo negro. Mientras los templarios se dedicaban principalmente a proteger a los peregrinos y los hospitalarios a brindar atención médica, los calatravos se centraban en la defensa territorial y la expansión cristiana en tierras de Al-Ándalus». Con el tiempo, la orden se fue asentando con una determinación férrea inspirada en la regla de San Benito, haciendo voto de pobreza, castidad y obediencia, despojándose los caballeros de todos sus bienes personales. A pesar de ello, por las donaciones obtenidas provenientes de los nobles agradecidos por su ayuda y con sus ingresos propios obtenidos al ubicar sus encomiendas en lugares estratégicos de paso, se convirtió en una de las órdenes militares más prósperas invirtiendo sus riquezas en mejorar sus defensas (castillos) y en perfeccionar su armamento y capacidades combativas. El compromiso de los caballeros calatravos se puede reconocer en el testimonio de un caballero obtenido en un documento histórico: «cada día despierto con el fervor de quien defiende no solo su vida sino la de todos los cristianos que dependen de nuestra espada y nuestra fe». La participación de la orden de Calatrava en la batalla de las Navas de Tolosa, el 16 de julio de 1212 fue hasta tal punto decisiva que en medio del caos de la batalla los caballeros calatravos fueron capaces de romper el cerco de cadenas del campamento musulmán propiciando una victoria tan estratégica y decisiva que propició el futuro del dominio musulmán en la región. Volviendo a citar a HistorIA: Explorando el Pasado: «Para la orden de Calatrava esta victoria consolidó su reputación como defensores inflexibles de la fe cristiana y guardianes de las fronteras en palabras del historiador militar, doctor Juan Martínez, la táctica empleada por los caballeros de Calatrava en las Navas de Tolosa demostró una combinación de audacia y disciplina, su capacidad para identificar y explotar la vulnerabilidad en las defensas enemigas fue crucial para el éxito de la coalición cristiana, pero las hazañas de la orden de Calatrava no se limitan a esta batalla. En 1195 participaron en la batalla de Alarcos, aunque con un desenlace menos afortunado, a pesar de la derrota, los caballeros aprendieron valiosas lecciones que aplicaron en enfrentamientos posteriores refinando sus tácticas y estrategias. En otro documento histórico se describe un testimonio de un caballero de Calatrava “luchamos con la convicción de que nuestras espadas no solo defienden tierras sino también el honor de nuestra fe y la esperanza de futuras generaciones”». De esta forma, hacia el final del siglo XII y mientras la Reconquista siguió avanzando en Andalucía, la orden de Calatrava se consolidó como una fuerza militar imparable y se erigió en una entidad de poder y riqueza inmensa. Desde que fue fundada, la orden había acumulado influencia y grandes territorios, llegando a controlar más de sesenta castillos y fortalezas extendiéndose desde Ciudad Real hasta las más remotas tierras de la península. Su política de alianzas con otras órdenes la hacía de la orden una fuerza militar temible, llegando a ser consultados sus maestres por los reyes en cuanto necesitaban consejos militares. Con los Reyes Católicos y ante el temor de tener enfrente fuerzas tan preparadas, las órdenes pasaron a depender de la Corona. La orden de Calatrava no solo fue un baluarte en la lucha por la fe cristiana durante la Edad Media, sino que también dejó una huella en la historia de España, su origen legendario, su estructura única, las batallas que libró y los misterios que la rodean, la convierten en un tema apasionante para cualquier amante de la historia. Su legado perdura en la identidad cultural y nacional de España. Por otra parte, y retomando el título del artículo, resulta indudable el conocimiento de la Orden de Calatrava por parte de nuestro primer escritor Miguel de Cervantes, no en vano la cita directamente en su obra cumbre el Quijote: «—No puedo yo negar—, señor don Quijote—, que no sea verdad algo delo que vuestra merced ha dicho, especialmente en lo que toca a los caballeros andantes españoles; y, asimesmo, quiero conceder que hubo Doce Pares de Francia, pero no quiero creer que hicieron todas aquellas cosas que el arzobispo Turpín dellos escribe; porque la verdad dello es que fueron caballeros escogidos por los reyes de Francia, a quien llamaron pares, por ser todos iguales en valor, en calidad y en valentía, a lo menos, si no lo eran, era razón que lo fuesen, y era como una religión de las que ahora se usan de Santiago o de Calatrava, que se presupone que los que la profesan han de ser o deben ser caballeros valerosos, valientes y bien nacidos; y como ahora dicen caballero de San Juan o de Alcántara, decían en aquel tiempo caballero de los Doce Pares, porque lo fueron doce iguales los que para esta religión militar se escogieron. (Q I, 49) Y vuelve a citar a la Orden, esta vez de forma indirecta, porque se está refiriendo a uno de sus territorios, cuando habla de los afamados garbanzos de Martos: «Detrás de los tristes músicos comenzaron a entrar por el jardín adelante hasta cantidad de doce dueñas, repartidas en dos hileras, todas vestidas de unos monjiles anchos, al parecer, de anascote batanado, con unas tocas blancas de delgado canequí, tan luengas, que sólo el ribete del monjil descubrían. Tras ellas venía la condesa Trifaldi, a quien traía de la mano el escudero Trifaldin de la Blanca Barba, vestida de finísima y negra bayeta por frisar, que, a venir frisada, descubriera cada grano del grandor de un garbanzo de los buenos de Martos». (Q II, 38) Aunque a comienzos del siglo XVII las órdenes militares sufrieron un cierto retroceso en relación al poder que habían ostentado tras la Reconquista española, aún en esa época la orden de Calatrava mantenía amplias extensiones de tierra y de aprovechamientos. Precisamente en el prólogo de la edición de bolsillo que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha editó con motivo del cuarto centenario de la publicación del Quijote, José María Barreda Fontes, entonces presidente de la Junta, habla de la importancia geográfica y económica que alcanzó la orden en su territorio: «Mucho se ha escrito sobre la influencia en la economía española de la llegada del oro y la plata de las Indias. Pero no hubo que esperar a los estudios de Hamilton. Había contemporáneos clarividentes; otra vez Quevedo recordando que poderoso caballero es don Dinero: “Nace en las Indias honrado, /donde el mundo le acompaña; / viene a morir en España, / y es en Génova enterrado.” En 1600, contemporáneo pues de Cervantes, González de Cellórigo, hacía el diagnóstico de la influencia en la economía de tanta abundancia de metales preciosos que había conducido a una situación irreal, ficticia: “y el no aver tomado suelo procede de que la riqueza ha andado y anda en el ayre, en papeles y contractos, censos y letras de cambio, en la moneda, en la plata y en el oro; y no en bienes que fructifican y atrahen a sí como más dignos las riquezas de afuera, sustentando las de dentro”. …” Y sintetiza formando una paradoja que haría las delicias de los conceptistas: “el no haber dinero, oro ni plata, en España, es por averlo, y el no ser rica es por serlo”. Por cierto, que un lugar de la Mancha, cuyo nombre es Almagro, tiene mucho que ver con los préstamos del rey, “los papeles y contractos, censos y letras de cambio”. Su porte señorial, su aire flamenco, sus encajes y su plaza, se relacionan directamente con los Fugger, los banqueros de Carlos V, que controlaron el azogue de Almadén y con él toda la producción mundial de la plata, desde la capital del Campo de Calatrava». Miguel de Cervantes no sólo menciona la Orden de Calatrava en el Quijote, también hace una referencia a ella en La Gitanilla, una de las Novelas ejemplares, cuando refiere lo siguiente: «A la voz de Preciosa y a su rostro, dejaron los que jugaban el juego y el paseo los paseantes; y los unos y los otros acudieron a la reja por verla, que ya tenían noticia della, y dijeron: -Entren, entren las gitanillas, que aquí les daremos barato. -Caro sería ello -respondió Preciosa- si nos pellizcacen. -No, a fe de caballeros -respondió uno-; bien puedes entrar, niña, segura, que nadie te tocará a la vira de tu zapato; no, por el hábito que traigo en el pecho. Y púsose la mano sobre uno de Calatrava. -Si tú quieres entrar, Preciosa -dijo una de las tres gitanillas que iban con ella-, entra en hora buena; que yo no pienso entrar adonde hay tantos hombres». (La Gitanilla) Y también vuelve a citar a la Orden, nuevamente en otro fragmento de la misma novela: «-Estos son adornos de alguna pequeña criatura. -Así es la verdad -dijo la gitana-; y de qué criatura sean lo dice ese escrito que está en ese papel doblado. Abrióle con priesa el corregidor y leyó que decía: Llamábase la niña doña Constanza de Azevedo y de Meneses; su madre, doña Guiomar de Meneses, y su padre, don Fernando de Azevedo, caballero del hábito de Calatrava. Desparecíla día de la Ascensión del Señor, a las ocho de la mañana, del año de mil y quinientos y noventa y cinco. Traía la niña puestos estos brincos que en este cofre están guardados». (La Gitanilla) Ahora y de forma indirecta, se vuelve a referir a la Orden, en estos dos nuevos párrafos que son muy interesantes: Y de forma indirecta «Y como ella llevaba puesta la mira en buscar la casa del padre de Andrés, sin querer detenerse a bailar en ninguna parte, en poco espacio se puso en la calle do estaba, que ella muy bien sabía; y habiendo andado hasta la mitad, alzó los ojos a unos balcones de hierro dorados que le habían dado por señas, y vio en ella a un caballero de hasta edad de cincuenta años, con un hábito de cruz colorada en los pechos,201 de venerable gravedad y presencia; el cual apenas también hubo visto la gitanilla, cuando dijo: –Subid, niñas, que aquí os darán limosna». (*201: Cruz que portaban en el pecho de su hábito los caballeros de Santiago o Calatrava; es colorada) La Gitanilla «–¿Cómo que no es gitano, hija mía? –dijo doña Guiomar. Entonces la gitana vieja contó brevemente la historia de Andrés Caballero, y que era hijo de don Francisco de Cárcamo, caballero del hábito de Santiago, y que se llamaba don Juan de Cárcamo,425 asimismo del mismo hábito, cuyos vestidos ella tenía, cuando los mudó en los de gitano. Contó también el concierto que entre Preciosa y don Juan estaba hecho de aguardar dos años de aprobación para desposarse o no». (*425: Juan de Cárcamo fue personaje histórico de la época, hijo de Alonso de Cárcamo, caballero de Calatrava y corregidor en varias ciudades, entre las que se incluyen Toledo 1595 y Valladolid 1604). La Gitanilla Como vemos, Miguel de Cervantes se prodigó mucho en esta novela, incluida en las Ejemplares, por lo que comprobamos que es indudable el conocimiento de la orden de Calatrava por parte de nuestro primer escritor. Igualmente, de forma indirecta se refiere a ella en el Coloquio de los perros: «CIPIÓN. Has de saber, Berganza, que es costumbre y condición de los mercaderes de Sevilla, y aun de las otras ciudades, mostrar su autoridad y riqueza, no en sus personas, sino en las de sus hijos; porque los mercaderes son mayores en su sombra que en sí mismos. Y como ellos por maravilla atienden a otra cosa que a sus tratos y contratos, trátanse modestamente; y como la ambición y la riqueza muere por manifestarse, revienta por sus hijos, y así los tratan y autorizan como si fuesen hijos de algún príncipe. Y algunos hay que les procuran títulos, y ponerles en el pecho la marca que tanto distingue la gente principal de la plebeya.153 BERGANZA. Ambición es, pero ambición generosa, la de aquel que pretende mejorar su estado sin perjuicio de tercero. CIPIÓN. Pocas o ninguna vez se cumple con la ambición que no sea con daño de tercero». (153: Llevaban en el pecho el hábito los caballeros de alguna orden militar, sea de Calatrava, Santiago o Alcántara; en el tiempo de Cervantes, tal como nos advierte Berganza en el Coloquio de los perros, valía por «la marca que tanto distingue la gente principal de la plebeya». El de Calatrava tenía la cruz regia floreteada y como armas la misma cruz en campo de oro y a los lados dos trabas azules, aludiendo al nombre del castillo de Calatrava). (Coloquio de los perros) En sus años como comisario de abastos para la Gran Armada (con la que el rey Felipe II pretendió invadir Inglaterra y que solo al final se salvó de ello por una descoordinación de las fuerzas navales con las terrestres), Cervantes tuvo ocasión de viajar por toda Andalucía, de pasar días en cada pueblo y de contactar con las personas que influían y tenían poder. Igual ocurrió años más tarde, cuando la Corona le encomendó la recaudación de impuestos atrasados (alcabalas) en tierras de Granada, donde consta que se aproximó bastante a tierras de Jaén, que habían sido antiguos dominios de la orden (de los que sus pueblos aún conservaban sus nombres, Higuera de Calatrava y Santiago de Calatrava, ambas en la provincia de Jaén), por lo que era un gran conocedor de la orden y de los lugares donde se había aposentado y cobrado diezmos con los que sustentar su poder económico y político. La orden de Calatrava fue la Primera Espada de la Reconquista estando siempre en primera línea de frontera contra los almohades, valga como ejemplo el de la encomienda de Víboras (castillo situado en las Casillas de Martos, Jaén) situada a apenas 14 km de distancia de Alcaudete y a 31 km de Alcalá la Real, ambas plazas de dominio almohade con quienes mantenían frontera. A pesar de que durante el reinado de los Reyes Católicos, en 1497, las órdenes militares pasaron a tutela real, y comenzaron a ser más bien estamentos honoríficos con que la corona premiaba los merecimientos de los caballeros, es indudable que en época de Cervantes alcanzaron un gran prestigio y los caballeros deseaban formar parte de las órdenes militares para engrandecer su hoja de servicios y adornar sus prestigio personal, manteniendo aún una influencia enorme en los territorios en que estaban asentadas. Hoy en día, la orden de Calatrava sigue existiendo como una orden honorífica com- prometida con la preservación de su rica historia y la promoción de los valores de la caballería medieval y está involucrada en la acción social y cultural. Sigue perviviendo en la memoria colectiva siendo homenajeada por la actual orden de los Caballeros Custodios de Calatrava la Vieja. Alonso M. Cobo Andrés y Constantino López Sánchez-Tinajero Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Bibliografía consultada: Baquero Goñi, Carlos. Templarios y hospitalarios en la Reconquista peninsular. Anales de la Universidad de Alicante. Historia Medieval N.º 17, (2011) I.S.S.N.: 0212- 24801. https://rua.ua.es/server/api/core/bitstreams/d0f77a57-4395-44c4-90c8- 15dfd690b567/content Gómez Vozmediano, Miguel Fernando. Francisco Rades de Andrada, Cronista y Linajista (Adiciones a la crónica de la orden y caballería de Calatrava). Biblioteca de Historia, 83. CSIC, Madrid 2016. Jiménez de Rada, Rodrigo. Historia de los hechos de España. Alianza Editorial Madrid, 1989 Vídeo: La Orden de Calatrava, la Primera Espada de la Reconquista. HistorIA: Explorando el Pasado. @HistorIAexplorandoelpasado https://youtu.be/wxUBfYJnnr4?si=vhPP1e5P5SYfnxqq Vigueras, Modesto. Breve crónica histórica de la Sierra de Segura (2ª parte), Invariantes históricos de la Sierra de Segura. Artículo publicado en el Blog «Historia de Puente Génave» https://historiapuentedegenave.blogspot.com/2019/03/breve-cronica-historica-de-la-sierra-de.html?m=1 +++
La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan más arropada que nunca en su ruta Cervantin@lcázar nocturna Fecha de Publicación: 03/08/2025 . Una vez más la respuesta del público fue magnífica, las treinta y tres personas inscritas pudieron disfrutar de esta ruta guiada por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan que el sábado 2 de agosto tuvo lugar dentro de la programación del Fin de Semana del Patrimonio Alcázar de San Juan, 3 de agosto de 2025.- Con gran satisfacción por la enorme afluencia de personas inscritas que completaban el aforo, se dio inicio a la Ruta Cervantina a las 22.00 horas del sábado 2 de agosto, con toda puntualidad, para no incidir en las programaciones culturales de otras asociaciones. Esta ruta que, está enmarcada dentro de la programación del Fin de Semana del Patrimonio, actividad que anualmente y en el primer fin de semana de agosto organiza el Ayuntamiento de Alcázar, mostró al numeroso público inscrito en la actividad, la gran vinculación que tiene la ciudad de Alcázar de San Juan con Miguel de Cervantes y su obra. El lugar de encuentro y de comienzo de la ruta fue en la estatua de Alonso Quijano con su gato, obra del escultor valdepeñero José Lillo Galiani, daba comienzo la ruta guiada que coordinó la Sociedad Cervantina de Alcázar. En la introducción, la ruta se presentó como una de las actividades que coordina esta asociación y además de ofrecerles una visión general sobre el Quijote y la época en que fue escrito, se les recordó la curiosidad desconocida por muchos, del nombre de la ciudad, que, en un determinado periodo de su historia se llamó «Alcázar de Cervantes». A continuación, los asistentes se desplazaron a la Plaza de Palacio, donde visitaron la escultura «el Quijote Cósmico», busto que Eulalio Ferrer, periodista santanderino exiliado en México tras la Guerra Civil y fundador del Museo Iconográfico del Quijote en Guanajuato (México), regaló a la ciudad de Alcázar de San Juan unos meses después de su nombramiento como hijo adoptivo en marzo de 1992, según cuenta en Salitre nº 8, Javier Calamardo Murat: «Ferrer, que había fundado el Museo Iconográfico del Quijote en Guanajuato en 1987, quiso agradecer el reconocimiento obsequiando al pueblo alcazareño con un busto de Don Quijote. La escultura se colocó en la plaza de Palacio y la inauguración se llevó a cabo el 9 de julio de 1993, en presencia de Eulalio Ferrer, el alcalde Anastasio López, el escultor Santiago de Santiago y varios miembros de la corporación municipal, así como de numerosos vecinos de la localidad». Los asistentes tuvieron ocasión de conocer la curiosa historia de esta escultura realizada por Santiago de Santiago, de la que existe una idéntica en Guanajuato, junto al templo de San Diego de Alcalá (frente al Jardín de la Unión). El Quijote abdujo a Eulalio Ferrer al adquirir -como uno de sus mayores tesoros-, un quijotito de la editorial Calleja, el 7 de febrero de 1939 en su camino al campo de refugiados de Argelès-sur Mer. Se sumergió de tal forma en esta novela, que le marcaría para toda la vida y le acrecentó la pasión por don Quijote, Sancho Panza y por su iconografía: «Fue una gran fortuna para mí que esta apretadísima edición de 1902, de Calleja, cayera en mis manos; libro de cabecera, como le llamo. Cuando aquel miliciano extremeño me ofreció el libro, en Port-Vendres, a cambio de la cajetilla de cigarros que llevaba, sin ser fumador, me pareció natural, sin duda ventajosos para mí. Nunca podré agradecer suficientemente la bondad de un regalo así. Nunca el más grande loco de nuestra historia estuvo mejor acompañado. Y no lo digo por mí, que no sé en qué grado lo estaré, sino por todos estos admirables locos con quienes comparto el confinamiento. En cada uno de ellos creo ver un gesto, una mirada, una ilusión de don Quijote». (“Entre alambradas”. Eulalio Ferrer). Posteriormente y en el atrio de la Iglesia de Santa María, la más antigua parroquia de la diócesis de Ciudad Real, fundada en 1226 y que en 2026 cumplirá 800 años desde que se erigió como parroquia, conocieron la existencia de la partida de bautismo de un niño llamado Miguel, hijo de Blas de Cervantes Saavedra y Catalina López, hecho acontecido en este mismo lugar el 9 de noviembre de 1558 y que fue el inicio de la tradición cervantina de Alcázar de San Juan, que perdura hasta hoy. Los participantes en la ruta conocieron que además de esta partida de bautismo, hay una lista de heridos (la mayoría de ellos mancos) que estuvieron en el hospital de Mesina (Sicilia), curando las heridas sufridas en la batalla de Lepanto y en la que figura un Miguel de Cervantes y también otra persona llamada Miguel Cervantes. Ambas personas recibieron diferentes cantidades de dinero como ayuda de costa para su recuperación. La existencia de este documento que está en el Archivo General de Simancas (pero que no está disponible en el portal PARES), suscitó sorpresa entre los asistentes, que conocieron de primera mano lo que ya conocemos los aficionados a la biografía de Miguel de Cervantes: la existencia de dos personas coetáneas que se llamaron igual con una diferencia de edad de once años entre ambas. Encaminándose a través de la calle Reyes Católicos y la Plaza de San José, los asistentes a la ruta hicieron una breve parada en el cruce de la calle San Antonio con la calle San Juan, justo en el lugar en el que estuvo la casa de don Juan López Caballero, que del matrimonio con Inés de Cabrera tuvo tres hijos: Catalina Vela, Pedro Barba y Juan Barba (nótese la diferencia de apellidos entre hermanos ya que entonces no era obligatorio registrarse con el primer apellido del padre y el primero de la madre, como en la actualidad). Según las crónicas de la época, dos caballeros llamados Pedro Barba y su primo Gutiérrez Quesada, salieron de Castilla para cumplir una misión de armas en la corte de Felipe de Borgoña, midiéndose en duelo con los hijos bastardos del conde San Polo (micer Pierre y micer Jacques), y en el capítulo XLIX Primera Parte del Quijote, refiriéndose a estos dos personajes dice don Quijote: «…de cuya alcurnia yo desciendo por línea recta de varón».Esta parte del Quijote fue leída de forma magnífica y dramatizada por Manuel Castellanos, miembro de la Sociedad Cervantina y locutor de doblaje. También se explicó a los asistentes que un bisnieto de Juan López Caballero, llamado Alonso de Ayllón Gutiérrez de Quijada había perdido la razón y por ese motivo, su mujer Teresa de Mendoza, pide en su testamento que la justicia nombre a su yerno Pedro de Cervantes -primo hermano de Miguel de Cervantes-, tutor de su hija Clara de 8 años, para proteger su patrimonio de la demencia de su padre: «que no tiene juicio y le está defendida la administración de los bienes»,justamentecomo Cervantes describe en el capítulo I a Alonso Quijano. En la Plaza de Cervantes, antiguamente llamada de los Rosqueros y de las Rubias, frente al lugar donde se encontraba la casa natal de Cervantes, se recordó la figura del moteño Fray Alonso Cano Nieto que fuera uno de los grandes valedores de Alcázar de San Juan como cuna del Quijote por la tradición oral que le había llegado, transmitida de forma directa a través de las personas que habían vivido en la época del escritor, como fueron los abogados Rodrigo Ordóñez de Villaseñor (coetáneo de Miguel de Cervantes), Francisco de Quintanar y Úbeda, que fue pasante del anterior y Juan Francisco Ropero y Tardío (abogado de los Consejos Reales) que a su vez hizo su pasantía con Quintanar, y que a la postre fue el que puso al corriente a Fray Alonso Cano de la tradición cervantina de Alcázar de San juan que había ido transmitiéndose a través de diferentes generaciones desde la época del propio nacimiento de Miguel, como queda recogido en el Proemio a la edición de 1780 de la Real Academia Española, realizado por el militar y académico Vicente de los Ríos. En esta ocasión se suscitaron dudas sobre cuál de los dos bautizados con igual nombre pudo ser el autor del Quijote, a lo que los miembros de la Sociedad Cervantina aportaron el dato referido por el propio Cervantes en el prólogo de la Galatea: “… solo quiero responder a los que libres de pasión, con mayor fundamento se mueven a no admitir las diferencias de la poesía vulgar, creyendo que, los que en esta edad tratan de ella, se mueven a publicar sus escritos con ligera consideración, llevados de la fuerza que la pasión de las composiciones propias suele tener en los autores de ellas, para lo cual puedo alegar de mi parte la inclinación que a la poesía siempre he tenido, y la edad, que, habiendo apenas salido de los límites de la juventud, parece que da licencia a semejantes ocupaciones”. Cervantes decide publicar sus versos de La Galatea (1585), “habiendo apenas salido de los límites de la juventud”. Aquí tenemos uno de los datos autobiográficos más importantes que tenemos de Cervantes, su edad aproximada cuando publica La Galatea. Esta obra veía la luz cuando el Miguel de Alcalá tenía treinta y ocho años (muy alejado de su juventud), y el Miguel de Alcázar de San juan, veintisiete años. Desde el mismo lugar en que estaba la casa natal de Miguel de Cervantes, se explicó a los asistentes el resto del recorrido para el que se necesita un tiempo mayor. En él puede visitarse el Museo del Hidalgo donde se recrea la vivienda y el modo de vida de un hidalgo manchego del siglo XVII. Otro punto de interés son los azulejos quijotescos del Parque Cervantes, un patrimonio único en España por ser un conjunto de azulejos en el que se pueden ver gráficamente representadas todas las aventuras de la Primera y Segunda Parte del Quijote y que además están colocadas en perfecto orden cronológico. Ya en las estatuas de don Quijote y Sancho Panza de la Plaza de España, punto final del recorrido, se comentó la inspiración del escultor leonés, Marino Amaya, en la persona de Tico Medina para la estatua de Sancho Panza, que junto con don Quijote, forman desde 1971 la imagen icónica de Alcázar de San Juan que acoge a nuestros visitantes. En la despedida, los miembros de Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan agradecieron a los asistentes la gran acogida que esta ruta siempre suscita entre el público y no se cansaron de recomendar la lectura del Quijote, especialmente del que está disponible en la web de la Sociedad, una versión de muy fácil lectura editada por el Socio de Honor, Enrique Suárez Figaredo, titulada “Las aventuras de don Quijote de la Mancha nunca así contadas”, que además de ser de descarga gratuita está en lenguaje actual que puede leerse sin necesidad de parar a cada momento para consultar las anotaciones a pie de página. Haz clic para acceder a QUIJOTE_SC_Alcazar.pdf Igualmente, no dejaron pasar la ocasión de recordar a los asistentes las diferentes actividades que la Sociedad Cervantina tienen en marcha como son «El Quijote Universal Manuscrito en Internet» y la «Declaración del Legado de don Quijote y Sancho Panza como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad», proyectos para los que pidieron el apoyo de todos los presentes, así como el compromiso de su difusión. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Javier Espejo Surós presenta su proyecto pedagógico «Star Words» a la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 26/07/2025 Javier Espejo Surós en el centro de la imagen En un «Almuerzo de don Quijote» celebrado el viernes 25 de julio, el profesor e investigador del CESR–Centre D’études Supérieures de la Renaissance (Université de Tours, Francia), habló a los cervantistas alcazareños de la «Orden de la Mancha» proyecto pedagógico puesto en marcha en la Université Sorbonne Nouvelle (París) para estimular a los jóvenes estudiantes Alcázar de San Juan, 26 de julio de 2025.- El profesor Javier Espejo Surós ha disfrutado de unos días de estancia en Alcázar de San Juan para conocer nuestra ciudad, sus recursos turísticos y los lugares de la Mancha más cercanos a ella. También para asistir a uno de los «Almuerzos de don Quijote» organizado para él y su familia. En esta ocasión, el querido amigo y Socio de Honor, Carlos Mata Induráin (que ya es casi un alcazareños más) y que se encontraba de viaje en Madrid, también ha querido acercarse a Alcázar de San Juan a compartir este almuerzo. En el aperitivo. Tomado en el patio -bajo la parra- y posteriormente a lo largo del almuerzo, Javier Espejo ha explicado a los cervantistas su proyecto pedagógico «Star Words». Espejo Surós es investigador y profesor de universidad en Francia desde hace más de veinte años. Actualmente imparte clases y es director de másteres en la Université Catholique de L’Ouest (Angers, Francia) y es investigador del Centre D’études Supérieures de la Renaissance(Université de Tours, Francia). A lo largo del segundo semestre del pasado curso, fue requerido por la Universidad la Sorbonne (Paris 3) para impartir clases sobre La vida es sueño, de Calderón de la Barca y también sobre Retórica y Estilística. En el primer caso, creó un recorrido por la exposición sobre Ribera, coincidiendo con la gran exposición en el Petit Paláis que se celebra actualmente, para abordar con los estudiantes un estudio comparado de Calderón y la pintura barroca. En el segundo caso, lo que desarrolló -y es lo que llamó la atención de los cervantistas alcazareños-, fue un programa de clases de Retórica y Estilística, en segundo año de Filología Hispánica que tenían por objeto promover el placer de la lectura y el análisis y comentario de textos manejando las herramientas de especialidad. Ahí le surgió la idea de inventar una suerte de juego, localizado en un universo distópico (pero muy próximo) dominado por la inteligencia artificial y en el que la literatura emerge como forma de resistencia. Se trataba de abordar los temas de clase toda vez que se critica y parodia esta obsesión por la inteligencia artificial, tan peligrosa. Que la orden clandestina de estudiantes fuera bautizada como «Orden de la Mancha» se impuso con naturalidad. A través de esta actividad y con unas pautas previamente facilitadas, los estudiantes debían encontrar en los textos actuales, los mismos recursos retóricos y estilísticos de la literatura desde el Siglo de Oro Español y que aún siguen perviviendo y continúan siendo utilizados por los autores actuales, cuatrocientos años después. Este ambicioso programa tuvo un éxito inmediato y puso a los alumnos a trabajar con ganas, haciéndoles más fácil y fluido su aprendizaje que era el objetivo propuesto por Javier Espejo Surós. Los alumnos participaron gustosamente en el proyecto y convertidos de “forma clandestina” en los caballeros de «la Orden de la Mancha» alcanzaron sobradamente los objetivos propuestos como eran el de reflexionar sobre qué es un texto literario, entendido como un objeto de creación y análisis, y también el de convertirse en lectores competentes armados con el rigor necesario para interpretar y preservar aquello que «Zote (el enemigo, la IA)», quería destruir. Por su interés, ponemos el enlace a la presentación que ideó Javier: https://tokata.fr/star-words/?id=1vxa2t6&fbclid=IwQ0xDSwLv_JhjbGNrAu_8lWV4dG4DYWVtAjExAAEeUsMO_SGtYqy08EC1rHtQrDR-cXWKpgGUMrhWFsX1pNexWkNpc4Gq3HMRfFM_aem_KHEOc6GjS-sprZKfQIVU2g Por tanto, resultó una visita muy enriquecedora para los alcazareños, en la que alrededor de unos platos típicos manchegos, volvieron a aumentar sus conocimientos sobre el mundo cervantino, esta vez a través del filólogo Javier Espejo Surós que ya es un amigo más de este grupo de entusiastas cervantistas manchegos. . . Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, con el patronazgo de la Diputación Provincial de Ciudad Real, convoca un suculento certamen literario Fecha de Publicación: 06/07/2025 . Los cervantistas alcazareños han convocado el II Concurso de Relatos “El legado de Sancho Panza” de carácter internacional con los textos en castellano y con un primer premio de 800 euros además de un accésit de 300 euros Alcázar de San Juan, 7 de julio de 2025.- Con motivo del X Aniversario de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, esta asociación cultural ha organizado un amplio programa de actividades culturales de las que irán informando en el transcurso del año. Apoyados por la Diputación Provincial de Ciudad Real, han convocado el 2º Concurso de Relatos «El legado de Sancho Panza» en idioma español, para todos aquellos literatos o aficionados a la escritura de cualquier parte del mundo que deseen tomar parte en él y que optarán así a los premios establecidos que serán un primer premio de 800 euros y un accésit de 300 euros. Para la recepción de los trabajos, se ha puesto en servicio una plataforma donde los participantes pueden registrar sus datos y adjunta un archivo pdf con el relato participante. Sólo podrá enviarse un único texto y dispondrán de un plazo de tiempo más que suficiente para confeccionar sus mejores creaciones. Hasta el 15 de septiembre podrán enviarse los trabajos en la plataforma habilitada al efecto: https://cervantesalcazar.com/legado También en esta dirección se encuentran las bases de la convocatoria que son muy sencillas, y que se resumen en unas pocas condiciones: no deben presentarse trabajos que antes hayan tomado parte en otros concursos, no deben ser elaborados con Inteligencia Artificial, su longitud máxima será de tres folios en tamaño de letra mínimo de 12 puntos y con un interlineado de 1,5. De los trabajos recibidos serán seleccionados diez finalistas que recibirán un diploma acreditativo de su condición de haberse clasificado entre los diez mejores relatos llegados a nuestro portal. Estos diez finalistas cederán sus trabajos a la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, que tendrá todos los derechos sobre ellos para su publicación, tanto en sus redes sociales, boletín informativo Cuadernos Cervantinos y en general en cuantos medios de difusión considere oportunos para dará a conocer los trabajos. El tema y formato del relato será libre. Se pide que se trate bien de una narración, cuento, aventura, conversación, disertación, monólogo, enseñanza, análisis, reflexión o pensamiento con Sancho Panza formando parte del relato, que tratará sobre el Quijote o sobre cualquier tema de actualidad que, inspirado en la genial novela de Miguel de Cervantes, podrá circunscribirse a cualquier época y lugar. Como ha quedado dicho, el plazo para la recepción de trabajos finalizará a las 23:59 del 15 de septiembre de 2025. El concurso será resuelto por un jurado compuesto por dos escritores de prestigio y el presidente de la Sociedad Cervantina o miembro de esta en quien delegue, que seleccionarán -de entre los diez trabajos finalistas-, las dos obras ganadoras y su orden de clasificación. El fallo del jurado será inapelable y se hará público en el acto de la entrega de premios que será transmitido en directo en el perfil de YouTube de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan: https://www.youtube.com/@sociedadcervantina5476 La entrega de premios se celebrará en un acto organizado por la Sociedad Cervantina en fecha y lugar a determinar por la organización del concurso. El lugar y la fecha se darán a conocer en la web de la SCA: https://cervantesalcazar.com/ y en sus redes sociales: Facebook https://www.facebook.com/profile.php?id=100007940075912 e Instagram: https://www.instagram.com/sociedadcervantinaalcazar/?hl=es Solo queda animar a todos cuantos tengan inquietudes literarias y les guste narrar historias, a que tomen la pluma o el ordenador y dejen volar libremente a su imaginación y creatividad. Más que nunca, queremos recordar ahora las palabras de la escritora norteamericana Toni Morrison: «Escribir es un acto de resistencia, una forma de desafiar al mundo y dejar una huella duradera en él», así como el pensamiento de Jacques Delille: «El arte de escribir consiste en el arte de interesar». Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Nuevas e importantes adhesiones para la declaración del Legado de don Quijote y Sancho Panza como Bien de Interés Cultural Inmaterial de la Humanidad Fecha de Publicación: 30/06/2025 . La última y muy importante adhesión recibida muy recientemente es la de la Casa de Castilla-La Mancha en Madrid Alcázar de San Juan, 30 de junio de 2025.- Con una gran satisfacción han despedido el mes de junio desde la junta directiva de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, pues las adhesiones a la declaración del legado de don Quijote y Sancho Panza en las letras, las artes y las ciencias, como Patrimonio Cultural de la Humanidad, se siguen produciendo de forma ininterrumpida y desde diferentes estamentos y países del mundo. Una de las últimas adhesiones ha sido la de la Casa de Castilla-La Mancha en Madrid, que, en la última sesión de su junta directiva, aprobó adherirse a esta importante iniciativa que están pilotando los cervantistas alcazareños. Pero no es sólo esta importante asociación cultural la que ya se ha adherido a este proyecto de carácter mundial, también lo han hecho otras importantes entidades como por ejemplo, la Sociedad Cervantina de Esquivias (en la persona del eminente cervantista Krzysztof Sliwa), La Fondazione Real Monte Manso di Scala de Nápoles, la Fundación el Quijote de Madera de la República Dominicana, AMPACE- Asociación Cultural y del Arte Amigos del Museo Palmero y Centro Cervantino de Almodóvar del Campo, Asociación Internacional de Lectores y Coleccionistas de don Quijote, A.C de Aguascalientes (México), Ediciones Centro Mancha, S.L.L. (editora de El Semanal de la Mancha), Biblioteca Pública Dr. Carlos Rodríguez Jiménez de Upata (Venezuela), Asociación de Mujeres El Corchal de San Félix en Tineo (Asturias), Biblioteca Escolar del IES Emilio Muñoz de Cogollos de la Vega (Granada) y Sporting de Alcázar, C.F. Además de un número muy elevado de personas particulares y empresas, también se han adherido ayuntamientos de Castilla-La Mancha como los de Campo de Criptana, Mota del Cuervo, Valdenuño Fernández, Villaescusa de Haro y Villares del Saz. También se quiere agradecer desde la Junta Directiva, la gran difusión que ha hecho en los medios del Grupo Vocento el buen periodista y gran amigo José Antonio Guerrero que escribió un magnífico artículo titulado «La última aventura de don Quijote y Sancho Panza en la UNESCO», con una extraordinaria repercusión en todo el territorio nacional. Por lo tanto, se anima a todas las entidades y ayuntamientos que quieran adherirse, a que lo hagan porque aún están a tiempo de sumarse a este proyecto, de forma muy rápida y sencilla en la dirección de internet habilitada para ello: www.cervantesalcazar.com/adhesiones/ Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Usuarios del Centro Frida Kahlo conocen las aventuras de don Quijote en los azulejos del parque Cervantes Fecha de Publicación: 19/06/2025 La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha coordinado una visita a los azulejos del parque Cervantes, especialmente adaptada para los participantes. en colaboración con el Equipo de profesionales del Centro Alcázar de San Juan, 19 de junio de 2025.- El miércoles 18 de junio tuvo lugar la visita de los usuarios del Centro Frida Kahlo a los azulejos quijotescos del parque Cervantes de Alcázar de San Juan. A pesar del calor, los participantes en la visita estuvieron atentos en todo momento a las explicaciones de los cervantistas y participaron de la localización de diversas escenas requeridas de las diferentes aventuras seleccionadas en la programación de la ruta. Desde hace algún tiempo, los miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar ya habían preparado de forma conjunta con Bárbara Gutiérrez del equipo de profesionales del Centro, el material necesario para el desarrollo de esta visita, seleccionando hasta diez aventuras diferentes de las muchas que se relatan en la inmortal novela de Cervantes: don Quijote es armado caballero en la venta, la aventura de los molinos de viento, el manteo de Sancho Panza, La batalla con los rebaños de ovejas, el yelmo de Mambrino, la aventura de los pellejos de vino, la aventura de los leones, la cueva de Montesinos, la aventura de Clavileño y la derrota ante el Caballero de la Blanca Luna en la playa de Barcelona. Además, para enseñarles de forma aproximada cómo es la técnica de la cuerda seca, con la que están hechos los azulejos, se ha recurrido a una especie de loseta hecha de plastilina, simulando ser un azulejo de barro crudo, en el que con ayuda de un elemento punzante se han dibujado unos trazos sencillos, de forma que repasando las líneas así dibujadas con una materia grasa, esta materia hará de barrera cuando se introduzca el azulejo a cocer en el horno, impidiendo que en el proceso de cocción se mezclen los esmaltes de los diferentes colores aplicados a cada zona del dibujo. Eso es lo que les da, una vez seca la materia que separa los colores, la sensación de relieve y los hace tan bonitos. Los participantes de la visita han podido comprobar los colores tan vivos y brillantes con los que están hechos estos azulejos, realizados íntegramente por personas de Alcázar de San Juan. Han identificado perfectamente las escenas nocturnas con su cielo azul muy oscuro en el que brillaban las estrellas y la luna. A pesar de comentar unas diez aventuras, Alfonso Justo, experto del centro en lectura fácil y también en conocimiento del Quijote, ha apuntado nuevas aventuras que también están reflejadas en los azulejos y que no se habían “preparado” en la visita, demostrando un conocimiento excepcional de la obra de Miguel de Cervantes. La actividad comprendía también una serie de ejercicios a realizar por los usuarios en el mismo lugar de los azulejos para comprobar que las explicaciones han sido recibidas con aprovechamiento. El intenso calor ha hecho que esta parte de la visita se haya abreviado y se queda pendiente para que puedan trabajarla en días sucesivos en el centro, ya que el equipo de profesionales dispone del cuadernillo elaborado con la interpretación de todas las escenas de los azulejos del parque y además puede ser descargado en el blog de la Sociedad Cervantina de Alcázar: https://sociedadcervantinadealcazar.home.blog/2024/01/05/publicado-un-estudio-sobre-los-azulejos-quijotescos-del-parque-cervantes-de-alcazar-de-san-juan/ Los cervantinos se han ido muy contentos de la buena recepción que ha tenido la visita y de lo que los usuarios hayan podido divertirse en esta mañana soleada, al tiempo que aprendían algunas cosas más sobre el Quijote. Se han mostrado dispuestos a poder repetirla en cuando el centro lo considere conveniente. Los coordinadores de la ruta, han podido comprobar con satisfacción que la glorieta de azulejos es accesible y que las personas con sillas de ruedas han podido entrar hasta el mismo centro del octógono formado por los bancos gracias a una rampa ubicada adecuadamente. Por otra parte, les ha resultado alarmante el número de azulejos que faltan, mermando la capacidad interpretativa de este rico patrimonio del que Alcázar de San Juan dispone y que es único en el mundo al estar consignadas en los azulejos las dos partes del Quijote desde el principio hasta el final. De los 288 azulejos que conformaban este conjunto ya faltan un número demasiado elevado y su hueco ha sido cubierto con cemento enrasado con el siguiente nivel de azulejos, para evitar que se sigan arrancando más. No deja de ser una solución provisional y sería conveniente la reposición de los faltantes, de otra forma, este patrimonio se irá perdiendo paulatinamente. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Los alumnos de 1º y 2º de ESO del Colegio SAFA conocen la vinculación de Alcázar de San Juan con Cervantes y el Quijote Fecha de Publicación: 17/06/2025 La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan ha coordinado una ruta guiada para alumnos de 1º y 2º cursos de ESO (con asistencia de algunos de 3º y 4º) por los lugares que vinculan nuestra ciudad con Cervantes y el Quijote Alcázar de San Juan, 17/06/2025.- En la mañana del martes 17 de junio y con la extraordinaria colaboración de los profesores Diego Ortega, Carmen Castellanos, Marta Serrano, Luis Venancio Cortés y Ángel Lillo, ha tenido lugar una ruta guiada para que los alumnos de 1º y 2º de ESO del Colegio Sagrada Familia conozcan la vinculación que la ciudad de Alcázar de San Juan tiene con Miguel de Cervantes y su obra cumbre, el Quijote. Esta actividad ha sido coordinada por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan y los alumnos del colegio SAFA han iniciado el recorrido en la estatua de Alonso con su gato (junto a Aguas de Alcázar), en este lugar, que tiene la particularidad de que la efigie corresponde a Alonso Quijano leyendo libros de caballerías junto a su gato, cuando todavía el hidalgo no se ha autonombrado don Quijote de la Mancha, han conocido que la ciudad de Alcázar de San Juan se llamó de forma oficial Alcázar de Cervantes en el periodo comprendido entre los años 1936 y 1939. Posteriormente han conocido la estatua del Quijote Cósmico (realizada por Santiago de Santiago) en la plaza de Palacio, y han conocido la bonita historia que alrededor de la persona de Eulalio Ferrer dio origen al levantamiento de este monumento que es exactamente igual al que está erigido en Guanajuato (México), ciudad con la que Alcázar de San Juan está hermanada. Han conocido que la iglesia de Santa María la Mayor, es la parroquia más antigua de toda la diócesis de Ciudad Real, funcionando como colegiata desde 1226 (en 2026 cumplirá 800 años), donde se conserva una partida de bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra con fecha nueve de noviembre de 1558. También les ha gustado conocer que Alcázar de San Juan tiene un privilegio de villazgo otorgado por una real cédula de Sancho IV, emitida el 26 de enero de 1292 en Burgos y que mediante este privilegio se constituyó en villa, eximiéndola de la jurisdicción de Consuegra y dejando de llamarse Alcázar de Consuegra y pasando a tomar su actual nombre, comenzando a tener entidad de villa con alcaldes y jueces, siéndole además concedido un día de mercado a la semana. En la calle San Juan han conocido la ubicación (y la historia) donde se encontraba la casa de Juan López Caballero, padre de Juan y Pedro Barba, y tío de Alonso Gutiérrez de Quijada o Quesada (quién en un duelo venció al hijo del Conde de San Polo, de Francia, y de quien dice descender Alonso Quijano en el Quijote: «Y las aventuras y desafíos que también acabaron en Borgoña los valientes españoles Pedro Barba y Gutierre Quijada (de cuya alcurnia yo deciendo, por línea recta de varón), venciendo a los hijos del conde de San Polo» (DQ I, 49). Seguidamente visitaron la plaza de Cervantes -antiguamente llamada de la Rubia del Rosquero- donde está la casa en la que nació Miguel de Cervantes; donde por el proemio de Vicente de los Ríos a la edición de Ibarra de 1780 de la Real Academia Española se postula a Alcázar de San Juan como lugar de nacimiento de Miguel de Cervantes en base a la tradición oral que le hace llegar Fray Alonso Cano (Obispo de Segorbe), quien inquirió la base o fundamento de esta aseveración y obtuvo a través de Juan Francisco Ropero y Tardío (abogado de los Reales Consejos y alcalde mayor de la ciudad) que siempre había oído del abogado Quintanar y este a su vez del abogado Ordoñez (coetáneo de la familia Cervantes) que esa era su casa de nacimiento. Precisamente en este lugar, frente a la casa de Cervantes, se recordó a los alumnos del Colegio SAFA y a sus profesores que está en marcha una interesante iniciativa por parte de la Sociedad Cervantina de Alcázar, que es la de solicitar la declaración de los dos personajes principales del Quijote -por su influencia en la literatura universal-, como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad y les han animado a adherirse a esta iniciativa en la web de la SCA www.cervantesalcazar.com, haciéndoles saber que en este mismo sitio encontrarán muchas de las informaciones que han recibido esta mañana relacionadas con el Quijote, Miguel de Cervantes, y otras obras escritas por el genio universal. Acabó la ruta en la Plaza de España donde está ubicada desde 1971 la estatua de Don Quijote y Sancho Panza obra del leonés Marino Amaya y que tiene como particularidad que el rostro de Sancho Panza está inspirado en la cara del conocido periodista Tico Medina (ya fallecido). En cada uno de los lugares, han conocido las curiosidades de cada monumento y la vinculación de cada uno de ellos con Miguel de Cervantes y su obra. En resumen, que los alumnos han vivido una enriquecedora jornada cultural que ha servido para que conozcan mucho mejor su ciudad. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La Sociedad Cervantina de Alcázar habla en el Toboso de la influencia internacional de don Quijote y Sancho Panza Fecha de Publicación: 15/06/2025 En el ámbito del II Coloquio Internacional Dulcinea del Toboso, Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar, presentó a los asistentes -entre los que se encontraban muchos de los más acreditados cervantistas mundiales-, el proyecto de la asociación por el que solicitarán la declaración del legado e influencia de don Quijote y Sancho Panza en las letras, artes y las ciencias Alcázar de San Juan, 15 de junio de 2025.- A lo largo del viernes 13 y sábado 14 de este mes de junio, se ha desarrollado en la Casa de la Torre de El Toboso, bajo la dirección de Isabel Fernández Morales y Rachele Lo Piano, el II Coloquio Internacional Dulcinea del Toboso «mujer, personaje, mito» en colaboración con la Universidad de Navarra y el Grupo de Investigación del Siglo de Oro (GRISO) encabezado por Carlos Mata Induráin, Socio de Honor de esta Sociedad Cervantina de Alcázar, y con el ECLLA (Études du Contemporain en Littératures, Langues, Arts) de la Université Jean Monnet de Saint-Étienne, representada por Emmanuel Marigno. A este coloquio internacional han asistido como ponentes muchos de los cervantistas más acreditados en todo el mundo como Alicia Villar Lecumberri, Javier Escudero Buendía, Amparo Ruiz Luján, Natividad Cepeda, Emmanuel Marigno, Kristel Tapia Sardi, Jordi Aladro, Ruth Fine, Víctor R. López Ruiz, Carlos Mata Induráin, Santiago Alfonso López Navia, Hans Christian Hagedorn, María José Domínguez, Ana Suárez Miramón, María Fernanda de Abreu, Moisés Sánchez Pérez y Mercedes Alcalá-Galán. Para los cervantistas alcazareños ha sido un privilegio poder haber presentado su proyecto en el Toboso, el lugar más importante y señalado de toda la Mancha, patria de Dulcinea, y más aún, haberlo hecho en la Casa de la Torre, establecimiento hostelero al que nuestro amigo Jesús Sánchez calificó con toda justicia, como «el tempo del cervantismo manchego». Juan Bautista Mata, habló de esta iniciativa de la Sociedad Cervantina en una mesa de presentación de proyectos que tuvo lugar en la tarde del sábado, mesa moderada por Jesús Sánchez Sánchez (Asociación de Cervantistas), contando como ponentes además con José Manuel González Mujeriego (Asociación Amigos por la Historia de Mota del Cuervo), Luis Gómez Gallego (Historiador del Toboso) Marciano Ortega (Asociación Cultural Santiago Apóstol de Quintanar de la Orden) y Cayetano Solana (alcalde de Villaescusa de Haro). Como curiosidad cabe reseñar que tres personas de la mesa de proyectos eran miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar, aunque concurrían a ella representando a otras asociaciones a las que también pertenecen. En el tiempo de que dispuso, Mata Peñuela hizo una exposición sucinta de cómo surgió la idea, los pasos que han de darse para conseguir la declaración de don Quijote y Sancho Panza como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la UNESCO y del trabajo que se está desarrollando para completar la documentación a presentar. Volvió a recordar que la Sociedad Cervantina ha dispuesto en su web cervantesalcazar.com un aplicativo que recoge las adhesiones de instituciones, empresas, asociaciones o particulares, muy fácil de utilizar y que se completa en segundos. Aunque ya lo han hecho muchas personas, es necesario que se reúna el mayor número de adhesiones de particulares, asociaciones e instituciones posibles, a fin de otorgar la fuerza necesaria a esta petición, de forma que resulte totalmente incuestionable. Muchos de los mejores cervantistas del mundo ya se han adherido: Abraham Madroñal, Alfredo Alvar, Alfredo Moro, Alicia Villar, Alicia Yllera, Ángel Martín-Fontecha, Antonio Barbagallo, Aurelio Vargas, Carlos Mata, Carmen Cervera, Cayetano Solana, Eduardo Aguirre, Eduardo A. Reynoso, Enrique Suárez, Francisco Henrique Dacal, Hans Christian Hagedorn, Hassan Aslafy, James Iffland, Javier Espejo, Jesús Duce, Jesús Villajos, Jorge García, José Montero, José Antonio Pastor, José Guerrero, José Manuel Lucía, Juan Andivia, Juan José Pastor, Juan Miguel Madera, Krzysztof Sliwa, Lamberto Pérez, Lucía López Rubio, Luis Gómez, Luz María del Olmo, Manuela Sáez, Miguel Ángel Zamorano, Pedro Luis Chinchilla, Pilar Serrano, Rafael González, Rosalinda Tejera, Ruth Fine, Santiago Alfonso López, Santiago G. Clairac, Santiago Lázaro y Washington Daniel Gorosito. Y os hacemos partícipes de dos curiosidades, entre las adhesiones que nos honran, hemos recibido una del propio Miguel de Cervantes…Villamuelas, de segundo apellido (eso sí), residente en Villaviciosa de Odón y también otra de Dulcinea… López Arce de Albacete, ambos profesores y relacionados con la docencia en la comunidad educativa, a los que agradecemos su adhesión y su apoyo a este proyecto que es de todos los españoles. Por tanto, solo queda recordar a quienes todavía no lo han hecho, que apoyen esta importante iniciativa porque la Mancha merece ser reconocida por la enorme influencia que ambos personajes han ejercido en el imaginario mundial. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
El sabio y atentado historiador Cide Hamete Benengeli Fecha de Publicación: 11/06/2025 . Miguel de Cervantes califica a Cide Hamete Benengeli de: historiador arábigo, primer autor (del Quijote), segundo autor, sabio, historiador muy curioso y puntual, historiador arábigo y manchego, encantador, puntualísimo escudriñador, filósofo mahomético, flor de los historiadores y autor de esta grande historia. Está bastante claro que está hablando de sí mismo Transcurridos 420 años de la publicación de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605) y 410 años de El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha (1615) y después de numerosísimos estudios, así como de artículos publicados sobre esta gran obra cervantina, parece bastante claro que don Miguel utilizó recursos literarios nunca antes vistos o nunca antes tan bien explotados, como para ser considerado el padre de la novela moderna. Uno de esos recursos es recurrir al tema de los papeles hallados (como muy bien apunta Carlos Mata Induráin en su artículo La técnica de los papeles hallados, publicado en su blog Ínsula Barañaria: hecho que ya era conocido y utilizado en las novelas del género de caballería. Pero Cervantes lo utiliza dándole una vuelta más de tuerca: el narrador (él mismo) cuenta que se encuentra en el Alcaná de Toledo un cartapacio con papeles escritos en caracteres arábigos que corresponden a la verdadera historia de don Quijote de la Mancha y al percatarse que en esos papeles hablan de Dulcinea, hace que se los traduzca de cabo a rabo un morisco aljamiado que conoce el arábigo y el castellano. Pero ¿quién es ese autor de la historia de don Quijote que él llama Cide Hamete Benengeli? Parece quedar bastante claro que este autor es él mismo, adoptando voluntariamente una personalidad distinta y distante, para que en el caso de que hubiese algún problema (sobre todo con la Inquisición por el contenido de la obra), tener las espaldas bien cubiertas, adoptando un seudónimo y haciendo que, ante esa posible eventualidad de la censura, don Quijote pasase a ser “hijo de la piedra”, que es como se conocía a los libros cuyos autores eran anónimos. Ahora veremos cómo Cervantes define a Cide Hamete y cómo casi siempre habla de él en términos elogiosos. Cide Hamete Benengeli es nombrado hasta 34 veces en la obra. En la primera parte (1605), cinco veces y en la segunda parte (1615), 29 veces. Considero que es bastante razonable la hipótesis de José Manuel Martín Morán (presidente de la Asociación de Cervantistas y Catedrático de Literatura Española en la Universidad del Piamonte Oriental), él defiende la idea de que al publicarse el Quijote de Avellaneda en 1614 y confesar su autor anónimo que el autor de esa historia era el sabio Alisolán (copiando manifiestamente el truco de Cervantes), el propio Miguel usa de su recurso en la segunda parte muchas más veces que en la primera para remarcar de forma consistente al “verdadero autor de la historia del verdadero Quijote”. Esta teoría la aporta James A. Parr en su artículo Sobre el cuestionamiento de la oralidad y la escritura en el Quijote: Cide Hamete Benengeli y el supernarrador. En la Primera Parte, en el Cap. 8 ya lo anuncia sin nombrarlo, asignándole el calificativo de “segundo autor”, pasando de un narrador en primera persona a un futuro historiador que escribirá las aventuras de don Quijote. Por cierto, en este mismo capítulo, Miguel de Cervantes hace uso de un «final en suspenso» o también llamado «quedar colgado del acantilado», que es un recurso narrativo que consiste en colocar los personajes de la historia en una situación extrema al final de un capítulo o parte de la historia, generando con ello una tensión psicológica en el lector que aumenta su deseo de avanzar en la misma. Lo que se llama en inglés cliffhanger, famoso en las series radiofónicas y en el cine, uno de cuyos usos más conocidos es el famoso «continuará en el próximo episodio». «Pero está el daño de todo esto que en este punto y término deja pendiente el autor desta historia esta batalla, disculpándose que no halló más escrito destas hazañas de don Quijote, de las que deja referidas. Bien es verdad que el segundo autor desta obra no quiso creer que tan curiosa historia estuviese entregada a las leyes del olvido, ni que hubiesen sido tan poco curiosos los ingenios de la Mancha, que no tuviesen en sus archivos o en sus escritorios algunos papeles que deste famoso caballero tratasen; y así, con esta imaginación, no se desesperó de hallar el fin desta apacible historia, el cual, siéndole el cielo favorable, le halló del modo que se contará en la segunda parte». (Q I, 8) Ya en el Cap. 9 asigna a Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo, la autoría de «La historia de don Quijote de la Mancha». En el Cap. 15, se refiere a él como sabio. Mientras que en el Cap. 16, lo emparenta con uno de los ricos arrieros de Arévalo, «al que conocía muy bien y aún quieren decir que era algo pariente suyo», con el que don Quijote se encuentra en la venta de Maritornes. En este capítulo se da la circunstancia curiosa que lo llama de forma algo diferente: Cide Mahamate Benengeli, calificándolo de historiador muy curioso y muy puntual en todas las cosas. En el cap. 22, lo califica de autor arábigo y manchego, así mismo califica la novela que estamos leyendo de gravísima, altisonante, mínima, dulce e imaginada historia. Ahora, en el Cap. 27 se refiere a Cide Hamete como «el sabio y atentado historiador, que en este punto dio fin a la tercera parte». Me llamó mucho la atención el calificativo de atentado, y mi curiosidad fue satisfecha consultando el Tesoro de la Lengua Castellana o Española de Sebastián de Covarrubias, donde define como «atentado» a «el que va con mucho tiento y procede despacio y con mucha consideración». Desde esta última mención no vuelve a aparecer el historiador arábigo en lo que resta de la Primera Parte del Quijote. En cambio, le otorga la máxima importancia nada más comenzar la Segunda Parte, cuya frase inicial está dedicada a él: «Cuenta Cide Hamete Benengeli en la segunda parte desta historia, y tercera salida de don Quijote, que el cura y el barbero se estuvieron casi un mes sin verle, por no renovarle y traerle a la memoria las cosas pasadas». (Q II, 1) En el Cap. 2, un capítulo muy interesante donde Miguel de Cervantes introduce la metaficción logrando que los personajes protagonistas hablen de sí mismos y de sus aventuras que ya la gente conocía y comentaba porque las habían leído, porque tenían conocimiento de que andaba en libros su historia (la de la Primera Parte), es decir, que mete el libro anterior en el libro actual, haciéndose los personajes cruces de lo espantados que estaban, preguntándose cómo pudo saber el historiador las cosas que les pasaron. Por otra parte, Hamete Benengeli vuelve a ser mencionado explicando a los lectores que se trata de un sabio encantador y que, aunque Sancho lo llama Berenjena, don Quijote se apresura a explicarle que Cide en arábigo quiere decir señor. En el Cap. 3 nos encontramos un nuevo uso de la metaficción, en este capítulo vuelve a hablar maravillas de Cide Hamete: «Bien haya Cide Hamete Benengeli que la historia de vuestras grandezas dejó escritas, y rebién haya el curioso que tuvo cuidado de hacerlas traducir de arábigo en nuestro vulgar castellano para universal entretenimiento de las gentes. Hízole levantar don Quijote, y dijo: —Desa manera, ¿verdad es que hay historia mía, y que fue moro y sabio el que la compuso? —Es tan verdad, señor —dijo Sansón— que tengo para mí, que el día de hoy están impresos más de doce mil libros de la tal historia; si no, dígalo Portugal, Barcelona y Valencia, donde se han impreso, y aun hay fama que se está imprimiendo en Amberes, y a mí se me trasluce que no ha de haber nación ni lengua donde no se traduzga. —Una de las cosas —dijo a esta sazón don Quijote— que más debe de dar contento a un hombre virtuoso y eminente es verse, viviendo, andar con buen nombre por las lenguas de las gentes, impreso y en estampa; dije con buen nombre: porque siendo al contrario, ninguna muerte se le igualara». (Q II, 3) Y de nuevo don Quijote habla de sí mismo y de las aventuras de la Primera Parte ya publicadas, lo que le asevera Sansón Carrasco volviendo a utilizar Cervantes el recurso de la metaficción. También en el Cap. 24 nos encontramos un nuevo ardid de Cervantes en relación con Cide Hamete Benengeli; en este caso entra en juego el narrador que tradujo esta grande historia (se refiere al morisco aljamiado) y dice que encuentra hechas unas razones (consideraciones) escritas de mano del mismo Hamete -al margen de la historia principal-, manifestando que no cree «contingibles y verosímiles» los hechos acecidos a don Quijote en la Cueva de Montesinos, pero que aunque a él le parece apócrifa, no se cree culpable de ello y se limita a escribirla como se la han contado sin afirmarla por falsa o verdadera. «Tú, letor, pues eres prudente, juzga lo que te pareciere, que yo no debo ni puedo más, puesto que se tiene por cierto que al tiempo de su fin y muerte dicen que se retrató della y dijo que él la había inventado, por parecerle que convenía y cuadraba bien con las aventuras que había leído en sus historias». (Q II, 24) Nos resulta muy curioso también el Cap. 27 en el que Cide Hamete, cronista de esta grande historia «jura como católico cristiano», siendo moro como era y cuando jura quiere decir que lo hace como juraría un cristiano católico, siendo el significado de este juramento que es verdad lo que escribe de don Quijote. También en este capítulo recurre Cervantes a una estratagema literaria explicando cómo fue que sucedió la pérdida del Rucio de Sancho Panza en la Primera Parte. Nuevamente la ficción entra dentro de la ficción. En el Cap. 34 el recurso a Cide Hamete se limita a hacer de él una mínima referencia: «…y dice Cide Hamete que pocas veces…». Ahora bien, en el Cap. 40 vuelve a hacer de él una amplia y superlativa descripción, refiriéndose a él como su autor primero, y por la curiosidad que tuvo en contarnos las «semínimas della (de esta historia), sin dejar cosa, por menuda que fuese, que no la sacara a la luz distintamente. Pinta los pensamientos, descubre las imaginaciones, responde a las tácitas, aclara las dudas, resuelve los argumentos; finalmente, los átomos del más curioso deseo manifiesta…». (Q II, 40) También tiene miga la siguiente aparición de Cide Hamete en el Cap. 44. En él, Cide manifiesta no estar conforme de la traducción del intérprete. ¡Ojo al dato, que en la misma novela el historiador arábigo expone su disconformidad con la traducción del morisco aljamiado, antes incluso de que se produzca el hecho de la traducción y sin saber siquiera cómo lo iba a traducir, el autor ya está exponiendo sus quejas! Esta idea de Cervantes cuesta encontrarla en otros autores. La fecunda imaginación de don Miguel no tiene límites. Se trata de una metaficción con dos niveles… Pero no contento con ello, vuelve a hacer crítica literaria de sí mismo y reniega de lo escrito, por haber intercalado en la Primera Parte, las historias del Curioso impertinente y del Capitán cautivo, pudiendo haber distraído la atención de sus lectores, haciéndose el propósito de no «ingerir novelas sueltas y pegadizas» en esta Segunda Parte… ¡la que en ese momento se encuentra componiendo! Es magistral Miguel de Cervantes. En los Cap. 47 y 48 se refiere a él de pasada y vuelve a recordar que «Cide Hamete «promete contar con la puntualidad y verdad que suele contar las cosas desta historia, por mínimas que sean». Volviendo a otorgarle una gran credibilidad y meticulosidad. Lo que se verá reforzado en el Cap. 50 donde lo califica de «puntualísimo escudriñador de los átomos desta verdadera historia». Sólo se refiere al arábigo en el Cap. 52 como relator: «Cuenta Cide Hamete…». En cambio, vuelve a explayarse en el Cap. 53 calificándolo como filósofo mahomético, poniendo en su boca la siguiente reflexión: «Sola la vida humana corre a su fin, ligera más que el tiempo, sin esperar renovarse, si no es en la otra que no tiene términos que la limiten». Para hacernos ver lo efímero de la vida terrenal en comparación con la vida eterna a la que todo cristiano aspira. Solo refiere acciones narrativas en los Cap. 54 «según dice Cide Hamete» y Cap. 55: «Aquí le deja Cide Hamete Benengeli». Nueva recurrencia de Cervantes a la metaficción en el cap. 59: «—Créanme vuesas mercedes —dijo Sancho— que el Sancho y el don Quijote desa historia deben de ser otros que los que andan en aquella que compuso Cide Hamete Benengeli, que somos nosotros: mi amo, valiente, discreto y enamorado; y yo, simple, gracioso, y no comedor ni borracho. —Yo así lo creo —dijo don Juan—, y, si fuera posible, se había de mandar que ninguno fuera osado a tratar de las cosas del gran don Quijote, si no fuese Cide Amote, su primer autor; bien así como mandó Alejandro que ninguno fuese osado a retratarle sino Apeles. —Retráteme el que quisiere —dijo don Quijote—, pero no me maltrate; que muchas veces suele caerse la paciencia cuando la cargan de injurias». (Q II, 59) Nos extraña que en el Cap. 60 se refiera Cervantes a la poca exactitud del autor arábigo (en esta ocasión le toca darle una de arena, para que no todo sean «tortas y pan pintado»), cuando relata que a don Quijote «le tomó la noche entre unas espesas encinas o alcornoques, que en esto no guarda la puntualidad Cide Hamete que en otras cosas suele». Cervantes vuelve en el Cap. 61 a hacer uso de la metaficción aprovechando para otorgarle a Cide Hamete un valioso calificativo: «—Bien sea venido a nuestra ciudad el espejo, el farol, la estrella y el norte de toda la caballería andante, donde más largamente se contiene. Bien sea venido, digo, el valeroso don Quijote de la Mancha, no el falso, no el ficticio, no el apócrifo, que en falsas historias estos días nos han mostrado, sino el verdadero, el legal y el fiel que nos describió Cide Hamete Benengeli, flor de los historiadores». (Q II, 61) Más adelante, en ese mismo Cap. 61 sólo aparece como narrador: «porque así lo quiere Cide Hamete». Del mismo modo es mencionado en el Cap. 62 dos veces, una «el cual quiso Cide Hamete Benengeli declarar luego…» y otra segunda «Y dice más Cide Hamete: que hasta diez o doce días duró esta maravillosa máquina…» También en el Cap. 68 Cervantes le da otra de arena: «Don Quijote, arrimado a un tronco de una haya o de un alcornoque (que Cide Hamete Benengeli no distingue el árbol que era)…» (Q II, 68) Dos veces en el Cap. 70 aparece Cide, pero solamente citado como relator: «Durmiéronse los dos, y en este tiempo quiso escribir y dar cuenta Cide Hamete, autor desta grande historia» y en «Y dice más Cide Hamete, que tiene para sí ser tan locos los burladores como los burlados, y que no estaban los duques dos dedos de parecer tontos, pues tanto ahínco ponían en burlarse de dos tontos». Sin duda es el cap. 70 uno de los dos en los que Cervantes tiene más presente al historiador arábigo, ya que Cide ante es nombrado hasta tres veces. Dos de pasada como ha quedado reflejado y la tercera volviendo a recurrir a la metaficción: «Dijo un diablo a otro: «Mirad qué libro es ese». Y el diablo le respondió: «Esta es la Segunda parte de la historia de don Quijote de la Mancha, no compuesta por Cide Hamete, su primer autor, sino por un aragonés, que él dice ser natural de Tordesillas». «Quitádmele de ahí», respondió el otro diablo, «y metedle en los abismos del infierno, no le vean más mis ojos». (Q II, 70) Igualmente, en el Cap. 74 y último, Cervantes nombra tres veces a Cide Hamete, las dos primeras de forma testimonial: «A la entrada del cual, según dice Cide Hamete…» (Q II, 74) y también: «Este fin tuvo el ingenioso hidalgo de la Mancha, cuyo lugar no quiso poner Cide Hamete puntualmente, por dejar que todas las villas y lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenérsele por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero». (Q II, 70) Y ya en el cap. 74, en uno de los últimos párrafos de la novela, yo diría que es el penúltimo, Cervantes se despide del historiador arábigo y manchego que tanto juego le ha dado en la novela: «Y el prudentísimo Cide Hamete dijo a su pluma: «Aquí quedarás, colgada desta espetera y deste hilo de alambre, ni sé si bien cortada o mal tajada péñola mía, adonde vivirás luengos siglos, si presuntuosos y malandrines historiadores no te descuelgan para profanarte. Pero, antes que a ti lleguen, les puedes advertir y decirles en el mejor modo que pudieres: ¡Tate tate, folloncicos! De ninguno sea tocada; porque esta empresa, buen rey, para mí estaba guardada». (Q II, 74) No puedo finalizar este artículo sin dejar de citar a José de Benito, quien en su obra «Hacia la luz del Quijote» publicada en 1960, da solución al acrónimo «CIDE HAMETE BENENGELI, HISTORIADOR ARÁBIGO», reordenándolo del modo siguiente: «IO MIGHEL DE CERBANTES I SAAVEDRA, HORTO IGNI» (que puede traducirse por Yo Miguel de Cervantes Saavedra, aspiro a la luz). Después de la atenta lectura del Quijote, no puedo por menos que simpatizar con esta idea que lanzó en su día José de Benito y aceptarla como muy probable. Como dijimos al comienzo, en el caso de que hubiera tenido que esconderse tras el seudónimo de Cide Hamete Benengeli, Cervantes no quería de ningún modo que su nombre quedase oculto por los siglos de los siglos y aspiraba a que alguna mente inteligente desvelara al autor escondido tras el nombre del historiador arábigo. Sabemos muy positivamente que además de tener una fecunda imaginación para las historias, don Miguel era un especialista en jugar con los nombres y hay ejemplos sobrados de esto en el Quijote para darnos cuenta de su maestría en emplear la perspectiva paródica de los nombres: Rocinante (Q I, 1), gigante Caraculiambro (Q I, 1), Don Azote (Q I, 30), sabia Mentironiana (Q I, 46), condesa Trifaldi (Q II, 36), Clavileño el Alígero (Q II, 40), etc., como muy bien apuntó Abraham Madroñal en su artículo «Los nombres en el Quijote, una burla de Lope de Vega, Luna e Higuera». (https://www.ucm.es/noticias/11204) Concluyo con el epítome de que, aunque a veces (hemos contado dos y de poca importancia) le hace una pequeña crítica para disimular, por lo general Cervantes trata muy bien a Cide Hamete Benengeli, estoy completamente seguro de que la causa es ni más ni menos, que cuando se refiere a él, no hace otra cosa sino hablar de sí mismo. Constantino López Sánchez-Tinajero Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La perdurabilidad de una obra depende de su excelencia Fecha de Publicación: 09/06/2025 Pilar Rodríguez Jiménez Profesora de Lengua Castellana y Literatura … porque si Flaubert dijo en cierta ocasión, «Mme. Bovary c´est moi», también podría decirse que Don Quijote y Sancho sont tous nous… A través de ellos descubrimos la encarnación de todas las actitudes humanas. Irónicamente, personajes de ficción sobrepasan dicha dimensión y se convierten en entes reales que nos muestran y descubren las grandezas y miserias del hombre en su más auténtica esencia. Ambos nos invitan a acompañarlos en su peregrinar aventurero, nos alientan y animan a reflexionar, a esbozar una cálida sonrisa, a replantearnos nuestro perfil personal, a abrir nuestra alma a otra magnitud de la existencia y a bucear por los más sórdidos rincones de la vida, enseñándonos y dándonos una lección de grandeza al contender con esa galería de prototipos que desfilan por sus espacios. Ellos somos nosotros, dibujados con la sutil y sabia pluma de Cervantes, y merecen ser Patrimonio de la Humanidad no solo de manera oficiosa, sino oficial, porque poseen un valor universal que perdurará por los siglos de los siglos. En el prólogo, el autor se dirige al «desocupado lector» diciéndole que «aunque hubiese querido que mi libro fuese hermoso, gallardo y discreto, su estéril y mal cultivado ingenio solo pude engendrar un hijo avellanado, antojadizo y lleno de disquisiciones. Lo engendré en una cárcel donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación». Qué poca ambición se escondía en este hijo feo y, sin embargo, qué contradicción, al erigirse dicho vástago en el heredero universal de la mayor gloria que un escritor pueda tener. Al final de ese prólogo, el supuesto amigo incita a Cervantes a escribir de tal manera que «leyendo su historia, el melancólico se mueva a risa, el risueño la acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de la invención, el grave no la desprecie ni el prudente deje de alabarla». Difícil tarea la de Don Quijote y Sancho para encandilar a esta caterva de mundanos, agradando a todos, contentándolos, divirtiéndolos, logrando su aprecio y conquistando sus corazones. Y lo consiguen, paradójicamente, a partir de una locura tan bien trabada que resulta verosímil. De forma mágica, la Humanidad toma a Don Quijote y a Sancho como patrimonio, porque encarnan unos valores que transmiten valentía, generosidad, sabiduría, honestidad, responsabilidad, etc. Don Quijote afirma haberse hecho caballero para socorrer a «los menesterosos huérfanos, viudas, doncellas que se encuentren en una situación de desvalimiento» (I, 17). Está convencido de la necesidad que de su actuación tiene el mundo. Él nació para salvarnos. Contrariado con el comportamiento de la sociedad de su tiempo, no le queda más remedio que resucitar a la caballería andante, a pesar suyo, y luchar contra los malvados: […] «estoy por decir que en el alma me pesa de haber tomado este ejercicio de caballero andante en edad tan detestable como es esta en que ahora vivimos» (I, 38), […]«triunfan ahora, por pecados de las gentes, la pereza, la ociosidad, la gula y el regalo» (II, 20). Y por eso es considerado loco, por mantener una actitud en contra de sus contemporáneos, que no están dispuestos a cambiar sus conductas y seguirle. Y, a pesar de ser un incomprendido, es feliz; se siente a gusto, porque lo importante es el efecto que sobre sí mismo tiene el mantenimiento de sus ideales: […] «después que soy caballero andante soy valiente, comedido, liberal, bien criado, generoso, cortés, atrevido, blando, paciente, sufridor de trabajos, de prisiones, de encantos […]» (I, 50). Y cómo olvidarnos de los buenos consejos que también sabe dar Sancho a su señor, siempre desde la moderación y con el temor a Dios, ya que en ello reside la sabiduría: actuar siempre con prudencia, con paciencia, darle tiempo al tiempo que todo lo cura, mantener la calma porque puede dar lugar a nuevas oportunidades, aceptar lo inevitable de la muerte, etc., es decir, la visión de una persona sencilla, humilde, pero llena de sabiduría popular que nos ilustra en todo momento. ¿Habrá mayor espíritu redentor por el cual les tengamos que estar eternamente agradecidos? ¿Acaso no son un modelo de conducta a seguir? ¿No nos presentan un manual de comportamiento ejemplar? ¿No son sus consejos paladines recurrentes para fabricar un mundo más humano? ¿No hurgan en nuestras conciencias para despertarnos de la modorra maligna del affaire diario? El amor, la libertad, la verdad, la belleza, la desigualdad, el abuso de poder, la fealdad, la apariencia, la injusticia, la falta de caridad, la hipocresía, la liberación de la mujer, etc., quedan expuestos como letreros que se bambolean en cada uno de nosotros. Y son estos dos personajes quienes los ponen al descubierto, uno desde el idealismo y el otro desde el pragmatismo, convirtiéndose en verdaderos psicólogos de una sociedad atemporal y sempiterna. Todo ello representa una invitación para realizar el bien, en pro de los otros. Una llamada urgente a corregir una sociedad que se desmorona por su propia imperfección—recuérdese la época transitoria entre el s. XVI y XVII en la que vivió Cervantes—, y que, pese a los siglos transcurridos, sigue vigente. Necesitaríamos múltiplos y múltiplos de Quijotes y Sanchos para enderezar las tropelías actuales. Dos personajes que, pasando tanto tiempo juntos, crean entre ellos una relación de dependencia, unas veces, de enfrentamiento, otras, de influencia mutua, pero con afecto y respeto del uno por el otro. Nos dan una lección de convivencia inigualable. Su relación gana en afabilidad y hondura, y la sensibilidad natural de ambos pasa a prevalecer sobre cualquier interés o deseo. Sancho ensalza a su señor, «no sabe hacer mal a nadie» (II, 13). Don Quijote confirma también las razones de afecto a su compañero, «sencillez de su condición y fidelidad de su trato» (II, 74). Uno y otro dan una nueva oportunidad a la bondad del mundo. Después de leer la obra, se nos acrecientan las ganas de ser un poco mejores, de desfacer entuertos y salvar damas, bajo el acicate del amor que subyace en las entretelas de Don Quijote. Y cierro este alegato, como empecé, haciendo alusión a nuestros amigos de ficción que, a fuerza de imaginárnoslos, los hemos dibujado como reales, auténticos, verídicos, sin ponerles ya los adjetivos de imaginarios, ficticios, artificiales o fingidos. Ambos son nuestros referentes, nuestros adalides, nuestros consejeros, y, para todos a los que nos gusta la lectura, nuestros duendes de biblioteca, maestros, ilusionistas y, en definitiva, el espejo donde nos reflejamos; porque Cervantes así lo quiso, así nos lo supo trasmitir y así, de esa manera inigualable, creó una novela sin parangón y unos protagonistas que responden al sentir de la Humanidad. Vale. Aditamento de cinco refranes que siempre me acompañan, en honor a mis amigos, Don Quijote y Sancho Panza, acerca de: El amor:«Que el amor ni mira respetos ni guarda términos de razón en sus discursos (…) y cuando toma entera posesión de un alma lo primero que hace es quitarle el temor y la vergüenza» (II, 58) La libertad: «La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieran los cielos, con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la Tierra» (II, 58) La justicia:«Si acaso doblares la vara de la justicia no sea por el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia» (II, 42) La buena fama: «Una de las cosas que más deben dar contento a un hombre virtuoso y eminente es verse viviendo, andar con buen nombre por las lenguas de las gentes, impreso y en estampa. Dije, con buen nombre, porque siendo al contrario ninguna muerte se le igualaría» (II, 3) Los débiles: «Si da el al cántaro en la piedra o la piedra en el cántaro, mal para el cántaro» (II, 43) +++
Nuevos apoyos institucionales para la declaración del Legado de don Quijote y Sancho Panza como Bien de Interés Cultural Inmaterial de la Humanidad Fecha de Publicación: 28/05/2025 Nuevos apoyos institucionales para la declaración del Legado de don Quijote y Sancho Panza como Bien de Interés Cultural Inmaterial de la Humanidad . La viceconsejera de Cultura y Deporte, Carmen Teresa Olmedo, junto con la alcaldesa de Alcázar, Rosa Melchor, han recibido a una representación de la junta directiva de la Sociedad Cervantina de Alcázar para conocer de primera mano el proyecto de esta asociación de declarar a don Quijote y Sancho Panza y su legado en la literatura, las artes y las ciencias como Bien de Interés Cultural y se han mostrado muy favorables a que se siga trabajando en él, aportando algunas mejoras significativas que enriquecerán el resultado final Alcázar de San Juan, 28 de mayo de 2025.- En la mañana de este martes y en la sala de Comisiones del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, la viceconsejera de Cultura y Deporte de la JCCM, Carmen Teresa Olmedo, acompañada de la alcaldesa de la ciudad, Rosa Melchor, han recibido a una representación de la junta directiva de la Sociedad Cervantina de Alcázar, en la que esta asociación les ha presentado su proyecto de declarar Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial a los personajes don Quijote y Sancho Panza por su influencia en las letras, las artes y las ciencias de todo el mundo a lo largo de los últimos cuatro siglos. En el transcurso de la reunión, le han avanzado que los trabajos marchan muy bien y que se está elaborando la documentación que apoye la petición de declaración que se pretende sea lo más exhaustiva posible. Al mismo tiempo, les han entregado unos cuadernillos que contienen los monumentos de ambos personajes que hay repartidos por Castilla-La Mancha, por España y por los diferentes países del mundo, desde Estados Unidos a Japón, pasando por Rusia o Brasil y acabando en Guinea Ecuatorial o la mayoría de países hermanos de América del Sur, especialmente México y Argentina. La viceconsejera ha apreciado mucho la idea, pareciéndole que puede ser una seña de identidad para la Mancha y para toda nuestra Región y consideró que es fácil comprometerse a defender esta propuesta porque se trata de personajes que nos identifican y son muy queridos. No obstante, insistió en que -a pesar de ver la ilusión reflejada en las caras de los cervantinos-, se trata de hacer un ingente trabajo de recopilación y de preparación que nos puede llevar meses, aunque desde el mismo momento de la conversación ya ha apuntado varias mejoras que habrá que incluir para que el resultado se optimice. Informó que esto será una carrera de fondo, no solo por la parte de la investigación y confección de la documentación, sino por parte de la Junta que tendrá que recabar informes y dictámenes de diversas entidades que también se llevarán su tiempo hasta ver culminada la declaración. El encuentro ha sido totalmente cordial y muy productivo, no sólo la viceconsejera -con su experiencia- ha apuntado mejoras a incluir en el proyecto, sino que ha puesto a disposición de la Sociedad Cervantina los recursos de su departamento y ha ofrecido que se pueda consultar a sus técnicos en caso de posibles dificultades sobrevenidas. En resumen, buenísimas sensaciones para los cervantinos alcazareños que han salido muy reforzados de la reunión, sintiéndose plenamente apoyados por nuestro Gobierno Regional. También Rosa Melchor, alcaldesa de Alcázar, presente en la reunión ha dejado patente su apoyo. Para todas aquella instituciones y personas particulares que quieran adherirse a este interesante proyecto, les recordamos que pueden hacerlo en la web de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, de forra muy sencilla: https://www.cervantesalcazar.com/adhesiones/ Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
. La viceconsejera de Cultura y Deporte, Carmen Teresa Olmedo, junto con la alcaldesa de Alcázar, Rosa Melchor, han recibido a una representación de la junta directiva de la Sociedad Cervantina de Alcázar para conocer de primera mano el proyecto de esta asociación de declarar a don Quijote y Sancho Panza y su legado en la literatura, las artes y las ciencias como Bien de Interés Cultural y se han mostrado muy favorables a que se siga trabajando en él, aportando algunas mejoras significativas que enriquecerán el resultado final Alcázar de San Juan, 28 de mayo de 2025.- En la mañana de este martes y en la sala de Comisiones del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, la viceconsejera de Cultura y Deporte de la JCCM, Carmen Teresa Olmedo, acompañada de la alcaldesa de la ciudad, Rosa Melchor, han recibido a una representación de la junta directiva de la Sociedad Cervantina de Alcázar, en la que esta asociación les ha presentado su proyecto de declarar Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial a los personajes don Quijote y Sancho Panza por su influencia en las letras, las artes y las ciencias de todo el mundo a lo largo de los últimos cuatro siglos. En el transcurso de la reunión, le han avanzado que los trabajos marchan muy bien y que se está elaborando la documentación que apoye la petición de declaración que se pretende sea lo más exhaustiva posible. Al mismo tiempo, les han entregado unos cuadernillos que contienen los monumentos de ambos personajes que hay repartidos por Castilla-La Mancha, por España y por los diferentes países del mundo, desde Estados Unidos a Japón, pasando por Rusia o Brasil y acabando en Guinea Ecuatorial o la mayoría de países hermanos de América del Sur, especialmente México y Argentina. La viceconsejera ha apreciado mucho la idea, pareciéndole que puede ser una seña de identidad para la Mancha y para toda nuestra Región y consideró que es fácil comprometerse a defender esta propuesta porque se trata de personajes que nos identifican y son muy queridos. No obstante, insistió en que -a pesar de ver la ilusión reflejada en las caras de los cervantinos-, se trata de hacer un ingente trabajo de recopilación y de preparación que nos puede llevar meses, aunque desde el mismo momento de la conversación ya ha apuntado varias mejoras que habrá que incluir para que el resultado se optimice. Informó que esto será una carrera de fondo, no solo por la parte de la investigación y confección de la documentación, sino por parte de la Junta que tendrá que recabar informes y dictámenes de diversas entidades que también se llevarán su tiempo hasta ver culminada la declaración. El encuentro ha sido totalmente cordial y muy productivo, no sólo la viceconsejera -con su experiencia- ha apuntado mejoras a incluir en el proyecto, sino que ha puesto a disposición de la Sociedad Cervantina los recursos de su departamento y ha ofrecido que se pueda consultar a sus técnicos en caso de posibles dificultades sobrevenidas. En resumen, buenísimas sensaciones para los cervantinos alcazareños que han salido muy reforzados de la reunión, sintiéndose plenamente apoyados por nuestro Gobierno Regional. También Rosa Melchor, alcaldesa de Alcázar, presente en la reunión ha dejado patente su apoyo. Para todas aquella instituciones y personas particulares que quieran adherirse a este interesante proyecto, les recordamos que pueden hacerlo en la web de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, de forra muy sencilla: https://www.cervantesalcazar.com/adhesiones/ Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Cervantes y su sistema planetario: una victoria cultural en el firmamento Fecha de Publicación: 14/05/2025 Imagen de la estrella µ Arae. El campo de estrellas ocupa 10 x 10 minutos cuadrados de arco . Benjamín Montesinos Centro de Astrobiología, Madrid Sociedad Cervantina, Alcázar de San Juan . En un rincón de la constelación del Altar (Ara en latín), a unos 49 años luz de la Tierra, brilla una estrella con una importancia simbólica inmensa: μ Arae, ahora oficialmente conocida, entre otras denominaciones, como “Cervantes”. Este nombre no es producto del azar, sino el resultado de una iniciativa internacional de gran envergadura, en la que España se vio involucrada, que culminó con la inclusión del nombre de uno de nuestros mayores escritores en el catálogo oficial de la Unión Astronómica Internacional. Este hito representa un ejemplo notable de cómo la ciencia puede conectar con la cultura y de cómo una comunidad nacional puede movilizarse para dejar una huella en el cielo. Planetas orbitando otras estrellas Para poner en contexto el contenido de este artículo, es interesante hacer notar que en 2025 se cumplen 30 años desde el anuncio de la detección del primer planeta orbitando una estrella distinta de nuestro Sol. A día de hoy se ha confirmado la existencia de alrededor de 5900 planetas extrasolares -también denominados exoplanetas– y de 980 sistemas planetarios. Este campo de investigación es uno de los más activos de la astronomía, y entre sus objetivos destaca contestar preguntas que llevan intrigando a científicos, filósofos y pensadores desde hace siglos: ¿hay vida más allá de la Tierra?, ¿estamos solos en el universo? El profesor Michel Mayor, junto a miembros de la Sociedad Cervantina Alcazareña durante su visita en octubre de 2021 Uno de los descubridores de ese primer exoplaneta, Michel Mayor, profesor en la Universidad de Ginebra, y Premio Nobel de Física 2019, visitó nuestra Sociedad en 2021 donde disfrutamos de su compañía, amabilidad y ciencia en uno de los tradicionales almuerzos de Don Quijote. Al atardecer, desde el cerro de los molinos, pudo contemplar el infinito horizonte manchego que Don Quijote recorrió. μ Arae: la estrella y sus planetas μ Arae es una estrella ligeramente más grande, masiva y luminosa que nuestro Sol. En el año 2001, un equipo de astrónomos detectó un planeta orbitando esta estrella. Posteriormente se descubrieron tres planetas más. Desde su descubrimiento, los planetas alrededor de la estrella fueron bautizados con identificadores técnicos: μ Arae b, c, d y e, siguiendo el sistema tradicional de añadir letras minúsculas en orden alfabético al nombre de la estrella, a partir de la “b”, conforme se descubren planetas orbitándola. Aunque útiles para la ciencia, estos nombres eran poco inspiradores para el público general. Fue entonces cuando una propuesta cultural y científica, nacida en España a raíz de una iniciativa de la Unión Astronómica Internacional, buscaría dotar a estos cuerpos celestes de nombres con significado humano y universal. La oportunidad de la Unión Astronómica Internacional: NameExoWorlds En 2015, la Unión Astronómica Internacional – IAU en sus siglas en inglés- organismo responsable, entre otras tareas, de la nomenclatura oficial de cuerpos celestes, lanzó una iniciativa sin precedentes, denominada NameExoWorlds, nombre que contiene de forma sintética su objetivo principal: dar nombres a esos mundos externos. Por primera vez, se invitaba al público de todo el mundo a participar en la elección de nombres oficiales para 20 sistemas planetarios extrasolares previamente descubiertos. La convocatoria tenía como meta acercar la astronomía al gran público y reconocer el vínculo cultural que los humanos han establecido con el cielo desde tiempos inmemoriales. Asociaciones astronómicas, instituciones científicas, escuelas, museos y ciudadanos de todo el mundo fueron invitados a proponer nombres y participar en la votación. Cada país podía centrar su atención en un sistema propuesto. España, con una vibrante comunidad astronómica y cultural, no tardó en organizarse para dejar su impronta. España propone: Cervantes y sus personajes La iniciativa española surgió de forma coordinada entre varias entidades científicas y culturales, lideradas por la Sociedad Española de Astronomía (SEA), el Planetario de Pamplona, con el respaldo del Instituto Cervantes. Su propuesta fue clara, poderosa y con gran carga simbólica: dar el nombre “Cervantes” a la estrella μ Arae, y bautizar a sus planetas con nombres de personajes del Quijote, la obra cumbre de la literatura española y una de las más influyentes de la historia universal: “Quijote”, “Dulcinea” “Rocinante” y “Sancho” serían los nuevos nombres de los cuatro planetas b, c, d, e, del sistema. Los nombres fueron asignados escogiendo personajes clave: “Quijote” simboliza la fuerza del caballero andante, “Dulcinea” representa el amor idealizado e inalcanzable, “Rocinante” recuerda la lealtad del fiel corcel, y “Sancho” actúa como fiel escudero del sistema, y como el carácter más terrenal de los cuatro. Ilustración de Almudena M. Castro (@puratura), y de Forges, para apoyar la candidatura española para nombrar a la estrella µ Arae y a sus planetas con denominaciones cervantinas La campaña no tardó en tomar impulso. Diversos medios de comunicación, personalidades del mundo de la ciencia y la cultura, y miles de ciudadanos se volcaron en la promoción y la votación. El respaldo fue tan masivo que pronto se convirtió en una de las candidaturas favoritas a nivel internacional. Entre los apoyos que recibió no puedo dejar de citar el dibujo que amablemente nos proporcionó Antonio Fraguas, nuestro también inmortal Forges, que se publicó en El País pocos días antes de que se abriera el periodo de votaciones. La victoria: Cervantes en el cielo En diciembre de 2015, tras meses de votación pública y verificación por parte de la IAU, se anunciaron los resultados oficiales del programa NameExoWorlds. España fue el tercer país en participación, después de Estados Unidos e India. La propuesta española fue aceptada en su totalidad después de recibir más de 38.000 votos: la estrella μ Arae sería conocida oficialmente como “Cervantes”, y sus cuatro exoplanetas pasarían a llamarse “Quijote”, “Dulcinea”, “Rocinante” y “Sancho”. La noticia tuvo un eco extraordinario. No solo fue celebrada por la comunidad astronómica, sino también por medios culturales y literarios de todo el mundo. Era la primera vez que el nombre de un autor literario, en este caso, Miguel de Cervantes Saavedra, se unía de forma oficial a un sistema estelar en el cielo nocturno. En un sentido simbólico, la inmortalidad literaria de Cervantes alcanzaba así una dimensión cósmica. Un precedente para la ciencia participativa El éxito de la propuesta Cervantes fue también una victoria para la divulgación científica. Mostró cómo la ciencia puede abrirse a la participación ciudadana sin sacrificar rigor, cómo la cultura y la astronomía pueden converger, y cómo los grandes referentes históricos pueden inspirar a las nuevas generaciones bajo el mismo cielo que inspiró a civilizaciones antiguas. Desde el punto de vista institucional, la iniciativa demostró que España contaba con una comunidad científica sólida y capaz de movilizar apoyos amplios, tanto nacionales como internacionales. La campaña fue un modelo de colaboración entre astrónomos profesionales, divulgadores, periodistas y ciudadanos comunes, todos impulsados por una pasión compartida por el conocimiento y el patrimonio cultural. Cervantes, símbolo universal La elección de Cervantes y sus personajes no fue solo una celebración del autor del Quijote. Fue también una declaración de principios sobre el lugar de la literatura, el idealismo y el ingenio humano en un universo cada vez más explorado por la ciencia. En un mundo dominado por datos, algoritmos y redes –no siempre útiles a la sociedad- recordar a Cervantes en el firmamento es recordar que el ser humano es también narrador, soñador y buscador de sentido. Diagrama con todos los sistemas planetarios participantes en NameExoWorlds 2015. La estrella Cervantes y sus planetas, aparecen en el cuadrante superior izquierdo La historia de Cervantes y su estrella encarna esa fusión de razón y emoción que caracteriza a lo mejor del espíritu humano. En cierto modo, representa una respuesta moderna al sueño clásico de las constelaciones: nombrar el cielo no solo para orientarse en él, sino para encontrarse a uno mismo en medio de la inmensidad. Epílogo: mirar al cielo con otros ojos Desde 2015, cuando se observa la estrella Cervantes, visible con telescopios modestos desde el hemisferio sur y regiones ecuatoriales, ya no se está viendo simplemente a μ Arae, se está viendo un pedazo del alma cultural de la humanidad reflejado en el cosmos. Se podría decir, parafraseando al propio Cervantes, que “el cielo es la patria del alma noble”, y que, con esta iniciativa, la ciencia y la cultura han demostrado ser caballeros andantes del conocimiento, cabalgando juntos hacia nuevas fronteras. + + +
Don Quijote y Sancho Panza: Bien Inmaterial Cultural de la UNESCO Fecha de Publicación: 10/05/2025 . Un artículo de VICENTE PANIAGUA LOGROÑO (Ex jugador de baloncesto del Real Madrid y de la Selección Española. Hijo Predilecto de Alcázar de San Juan) No sé muy bien por qué, pero siempre que hablo de mi pueblo, Alcázar de San Juan, acabo pensando en Don Quijote y Sancho Panza. Será porque ahí empezó todo. Era el año 1962 y yo era solo un chaval. Teníamos un profesor de literatura que estaba un poco loco —en el buen sentido— y un día apareció en clase disfrazado de Don Quijote. Sin avisar ni nada. Se puso en medio de todos y soltó: “En un lugar de La Mancha…” A mí me dejó clavado en el sitio. Fue la primera vez que escuché de verdad ese libro. No solo lo oí, lo sentí. Me metí de lleno en esa historia rara y mágica donde un caballero peleaba contra gigantes que en realidad eran molinos. Era absurdo, sí, pero me hizo soñar. Me reí con las salidas de Sancho, tan de pueblo, tan reales. Y me emocioné con Don Quijote, con su forma de defender a los demás, aunque nadie se lo pidiera. Ahí me di cuenta de que los libros tienen ese poder: te llevan lejos sin moverte. Te hacen volar. Mi camino después fue otro. Me dediqué al baloncesto profesional. Jugué con el Real Madrid, representé a España, viajé por todo el mundo. Pero, aunque estuviera lejos, el Quijote siempre iba conmigo. En la mochila, entre camisetas y zapatillas, siempre llevaba un ejemplar. Lo leía en las concentraciones, entre partidos, en los hoteles. Hasta lo comentábamos en equipo. Sí, en serio. Conocer culturas distintas me enseñó muchas cosas. Me ayudó a entender lo valioso que es tener a alguien al lado, como Sancho a Don Quijote. Alguien que te apoye, aunque a veces no te entienda. Que discuta contigo, pero no se vaya. Esa clase de lealtad es de las que valen oro. En los entrenamientos duros, en esos días en los que el cuerpo no podía más, pensaba en ellos. En cómo nunca se rendían. Aunque no tuvieran razón. Aunque se estrellaran. Porque creían en algo. Y eso me daba fuerzas. Una vez, en un torneo internacional, todo pintaba mal. Pero como equipo, empujamos juntos. Y lo sacamos adelante. Como esos dos locos entrañables que, contra todo pronóstico, seguían adelante. Hoy, con los años encima y las botas colgadas, cuando paso por la plaza del pueblo y veo las estatuas de Don Quijote y Sancho Panza sobre sus propias cabalgaduras, me quedo un rato mirándola. Me los imagino vivos, moviéndose, soñando. Por todo esto, considero que es de justicia que, la UNESCO los declare Patrimonio Inmaterial Cultural de la Humanidad. No por nostalgia, sino porque lo merecen. Porque siguen vivos en nosotros. En todos los ciudadanos del mundo. Porque inspiran, enseñan, nos recuerdan lo que es ser humano. A mí me enseñaron que la imaginación es poderosa, que la amistad lo puede todo, y que nunca hay que dejar de creer. Aunque te llamen loco. Aunque el mundo no entienda tus batallas. +++
Jorge García López: «La historia de la novela moderna empieza con el Quijote y termina con él, las demás novelas escritas son notas a pie de página» Fecha de Publicación: 29/04/2025 . Pronunció una interesante conferencia titulada «Lecturas del Quijote» en la que dijo: “el Quijote no es una novela cómica, es una obra que está dirigida a la inteligencia del lector” Alcázar de San Juan, 29 de abril de 2025.- Con el agradecimiento al Ayuntamiento de Alcázar de San Juan por su colaboración y resaltando especialmente la presencia de la concejal Patricia Benito González quien presentó al conferenciante junto con Juan Bautista Mata (presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar), el viernes tuvo lugar una conferencia seguida cumplidamente por un público muy atento al que la charla le resultó corta. En ella, el profesor de Literatura Española e Hispanoamericana de la Universidad de Girona, Jorge García López disertó en el patio interior del Museo del Hidalgo sobre los niveles de lectura que ofrece el Quijote, profundizando en el arsenal de recursos retóricos, en el estilo de Miguel de Cervantes irónico y paródico, en el punto de vista de los narradores del texto o en la fundamentación endógena del discurso de ficción. Jorge García López autor de la biografía Cervantes la figura en el tapiz, es una de las personas más documentadas sobre la vida y obra nuestro escritor universal. Como afirmó Mata en la mesa de bienvenida, la visita de Jorge es una visita largamente esperada y deseada por la asociación cultural alcazareña, por lo que se enorgullecía de tenerlo en nuestra ciudad. García López manifestó que Cervantes es un escritor con un nivel de escritura elevadísimo, que El coloquio de los perros, Rinconete y Cortadillo o el Licenciado Vidriera, junto con el Persiles son obras de una categoría fuera de dudas que lo encumbran como autor, aunque la obra más importante sea el Quijote, donde narra las aventuras de su personaje por excelencia, en cuyo texto podemos leer lo que el propio autor reconoce: «Para mí sola (se refiere a su pluma) nació don Quijote y yo para él; él supo obrar y yo escribir; solos los dos somos para en uno a despecho y pesar del escritor fingido y tordesillesco…» (Q II, 74). Así mismo explicó que el Quijote ofrece tres niveles de lectura: uno cómico, otro de amplio fondo literario con infinitos recursos retóricos y una tercera lectura histórica que explica que Cervantes está ya en su madurez e inmerso indefectiblemente en el contexto concreto del final del siglo XVI, centrado y atento a todos los cambios sociales que están aconteciendo en su tiempo, lo que explica la extraordinaria influencia literaria que hay detrás de esta obra. Cervantes se inventa con don Quijote una nueva forma de pensar, lo que hoy llamamos novela, que no es otra cosa que pensar la vida cotidiana donde se realizan los valores morales. La primera lectura cómica, que promueve la risa a carcajadas, no está exenta de ironía porque la visión de Cervantes es superior y al igual que es tremendamente cómica, su comicidad es compleja, uno de los motivos que lo explican es que es una comicidad que no ha envejecido, porque no depende de criterios históricos concretos, por eso nos mueva a risa a nosotros al igual que sus coetáneos, a pesar de vivir en una sociedad completamente diferente a la de su época. Y tiene una segunda característica, una complejidad no exenta de humor, como bien lo ha descrito recientemente Eduardo Aguirre en su obra Cervantes y la ternura humorística. Su comicidad no es punzante, insultante, excluyente, sino que ama a sus criaturas, las pone en situaciones ridículas, pero al mismo tiempo las salva de ellas. Eugenio Asensio afirmaba en su Itinerario del entremés que en Cervantes detrás de cada sonrisa hay una reflexión. No obstante, García López afirmaba que «el Quijote no es una novela cómica, es una obra que está dirigida a la inteligencia del lector», y por tanto, como sucede con las grandes obras maestras, el lector se deja arrastrar a su lectura. Por otra parte, la lectura literaria comprende un completo arsenal de procedimientos narrativos, que posteriormente la narrativa moderna occidental va a ir desarrollando y explotando por todos los autores que le siguen, aunque va a ser muy difícil conseguirlo porque, según dijo: «La historia de la novela moderna empieza con el Quijote y termina con él, todas las demás novelas escritas son notas a pie de página». Así ocurre con Madame Bovary de Flaubert, o con Borges en Pierre Menard, autor del Quijote. El autor argentino, a pesar de sus gracietas sobre el Quijote estaba muy enamorado de esta obra, de hecho, su estilo irónico, es igual al de Cervantes. Entre los recursos tomados del Quijote y desarrollados con posterioridad está la focalización del punto de vista, que es la lectura que hace un narrador; se dice por tanto que el Quijote es un manual de escribir novelas, todo narrador que lee el quijote se identifica con él, no solo por la lectura literaria, sino porque se plantean elementos fundamentales de lo que es una narración, de la aproximación a la cotidianeidad a partir de una consideración de los valores morales. Otra cosa muy interesante que dijo García López, es que Cervantes siempre está en el futuro, nunca en el pasado, le ocurre como a la mayor parte de escritores clásicos. Lo que pasa es que él no es un clásico más, es el escritor clásico por excelencia. Todos los novelistas desde los ingleses del siglo XVII que descubrieron la potencia de la ironía cervantina hasta los grandes novelistas del XIX y XX, Balzac, Unamuno, Dostoyevski, Tolstoi, y no digamos ya Galdós, no solo están enamorados de la obra, sino que se conocen casi de memoria el discurso del canónigo (Q I, 47 y 48) que es la realidad, la poética de la novela realista. El tercer nivel es el contexto histórico, en el Quijote se pone de manifiesto el contexto intelectual de Cervantes: el humanismo estaba en crisis, en decadencia, hacia 1580 res=cosa y verba=discurso rompen su unidad, tenemos pues en Cervantes un pensador y un artista, lo que hace es construir unos artefactos literarios, de relatos, de ficciones literarias, que reflejan la misma actitud que se da en otros intelectuales europeos del momento que están intentando reconstruir las ruinas del humanismo, el Quijote hay que entenderlo como un intento de superar las limitaciones del humanismo y crear un artefacto estético que sea capaz de describir la vida social, sobre todo, la relación entre el mundo moral y la vida cotidiana. El Quijote aparece en un momento en que florece el escepticismo, la corriente de pensamiento que considera que la percepción sensible no nos da la medida de la realidad, por lo que nos hace generar dudas sobre cuál es el verdadero criterio de verdad o sobre cómo se fundamenta realmente un discurso. Es ahí donde aparece la palabra “baciyelmo” porque son necesarias palabras nuevas para describir nuevas realidades, idea que ese tiempo se estaba generalizando en Europa y que es el fundamento del Discurso del método de Descartes. El escepticismo surge contra el aristotelismo que se basaba en la percepción sensible, Cervantes es perfectamente conocedor y seguidor de las corrientes intelectuales de su época. Acabó resumiendo que entre los tres niveles de lectura no hay contradicción, ni se niegan, sino que se complementan y enriquecen entre sí. En Cervantes la ética y la estética no se pueden disociar, todo discurso narrativo implica una ejemplaridad. Por ello, el Quijote es el padrenuestro de todos los novelistas, es como describir la vida cotidiana en términos de complejidad. Cervantes es el gran artista de la prosa de todos los tiempos, es capaz de construir varios esquemas narrativos diferentes, el Quijote, Las novelas ejemplares, el Persiles… y la segunda parte del Quijote que es una parodia invertida de su propia novela, recoge a dos personajes cómicos y los convierte en trágicos, reflexivos, sentimentales. Es un autor tremendamente reflexivo y sabe que la repetición es la muerte del escritor. Cervantes busca la fundamentación endógena de la obra literaria, considerando que la obra literaria debe valer por si misma… no basarse en aspectos ni modas externas. Fuerza al lector a buscar la relación que hay entre las palabras y los hechos, se ve en el Quijote y por ejemplo se ve muy bien en el Coloquio de los perros, donde podemos encontrar hasta un segundo nivel de ficción, lo cuenta un personaje de otra novela, su relator es el protagonista de El Casamiento engañoso. Tras la conferencia se abrió un turno de preguntas muy fructífero en el que fue preguntado -entre otras preguntas-, cómo sin tener estudios pudo componer Cervantes estas obras maestras, a lo que García López respondió que el escritor no se forma en medios académicos, hay ejemplos de ello como el de Onetti. Piensa que el escritor se forma en la lectura y Cervantes fue un gran y apasionado lector y era extremadamente reflexivo, consiguió verter esa experiencia lectora en su mayor época creadora. También puso el ejemplo de Mario Benedetti que escribía en el tiempo de la comida. Concluyó diciendo que el escritor se forma en la lectura y en la pasión por superar lo que lee… En la mañana del sábado, Jorge García López visitó los recursos turísticos de la ciudad, los molinos y la vinculación de Alcázar de San Juan con Miguel de Cervantes, conociendo la colegiata de Santa María la Mayor y su magnífico camarín de la Virgen del Rosario. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Jorge García López un gran biógrafo de Cervantes, estará en Alcázar de San Juan, en el ciclo «Universo Quijote» Fecha de Publicación: 21/04/2025 . El catedrático de Literatura Española e Hispanoamericana de la Universidad de Girona, impartirá la conferencia «Lecturas del Quijote» el viernes 25 de abril a las 20:00 en el Museo del Hidalgo Alcázar de San Juan, 21 de abril de 2025.- Una vez transcurrida la Semana Santa, el próximo viernes estará en Alcázar de San Juan el catedrático de Literatura Española e Hispanoamericana de la Universidad de Girona, Jorge García López. Anuncios Informa sobre este anuncioPrivacidad Pronunciará una interesante conferencia titulada «Lectura del Quijote» en la que abordará los diferentes niveles que ofrece la lectura de esta magna obra de Miguel de Cervantes, profundizando en el arsenal de recursos retóricos, en su estilo irónico y paródico, en los narradores del texto, la relación entre las palabras y las cosas o la fundamentación endógena del discurso de ficción. Jorge García López nació en Barcelona (1961) y se formó junto a Francisco Rico, Alberto Blecua y Pedro M. Cátedra en la Universidad Autónoma de Barcelona, donde fue Becario de Investigación y Profesor Ayudante (1990-1992). Actualmente es profesor e investigador en la Universidad de Gerona (1992-2016). Ha centrado sus investigaciones en la Literatura Medieval española y del Siglo de Oro, así como últimamente también en la Literatura Hispanoamericana. Entre los autores que ha estudiado con asiduidad y publicado artículos científicos y monografías destacan El libro de Alexandre, Gonzalo de Berceo, el Arcipreste de Hita, Miguel de Cervantes, Francisco de Quevedo, Diego de Saavedra, Baltasar Gracián y Borges. Conferenciante habitual en coloquios y congresos de literatura española, ha dirigido cuatro Proyectos de investigación de dotación Oficial del Ministerio de Educación (MEC) y del Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) centrados en el siglo XVII y en la relación entre literatura, ciencia y pensamiento filosófico. En la actualidad tiene 4 sexenios de investigación oficialmente reconocidos por la Comisión Nacional de Evaluación de la Actividad Investigadora (CNEAI). Entre sus últimas publicaciones destacan la edición de las Novelas Ejemplares para la Real Academia Española, en la que incluye un amplio aparato crítico y estudios que abordan cuestiones sobre el origen y la cronología de las «Novelas», su género literario y donde analiza los procedimientos narrativos de Cervantes (BCRAE, Madrid, 2013), las monografías Cervantes: la figura en el tapiz (Pasado & Presente, Barcelona, 2015) y Borges. La visita del dios (Tirant Lo Blanch, Valencia, 2016). Anuncios Informa sobre este anuncioPrivacidad A juicio de esta Sociedad Cervantina de Alcázar, la biografía de Jorge García sobre el autor del Quijote, Cervantes la figura en el tapiz, es una de las más acertadas y precisas que han tenido ocasión de consultar. De esta biografía, insignes cervantistas (por desgracia ya fallecidos) han dicho: «Asentado en una información cuidadosamente controlada, innovador en más de un aspecto y, además, de muy amena lectura, el libro de Jorge García López marca, sin la menor duda, un hito significativo en nuestro conocimiento del vivir y crear de Cervantes». (Jean Canavaggio) «La biografía de Cervantes más puesta al día, más segura y más completa» (Francisco Rico) Será, por tanto, una ocasión única de adquirir un conocimiento profundo del Quijote con las palabras expertas de una de las personas más documentadas y estudiosas de la obra de Cervantes. El sábado 26, Jorge García López estará también en nuestra ciudad conociendo sus recursos turísticos, así como la tradición cervantina de Alcázar de San Juan y participará también en uno de los “Almuerzos de don Quijote” que regularmente organiza esta asociación cultural. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Los paisajes del Quijote como recurso geoturístico de la Mancha Fecha de Publicación: 18/04/2025 José Luis Salinas Rodríguez Investigador y escritor RESUMEN El patrimonio natural es un recurso de gran relevancia en la Mancha. Cervantes conduce a don Quijote por caminos literarios que transcurren por una geografía manchega real. Este artículo propone unir ruta literaria y geoturística, con el fin de potenciar ambas y aumentar el atractivo del recorrido. Se genera una nueva actividad cultural y recreativa: Geoturismo Literario. Palabras clave: ‘Quijote’, paisajes literarios, rutas culturales, geología, geoturismo. GEOTURISMO, UNA ACTIVIDAD CULTURAL Y RECREATIVA El atractivo de las rutas con contenido geoturístico se enmarca dentro del creciente interés por las actividades en contacto con la naturaleza, que incluyen tanto visitas culturales como prácticas excursionistas. El turismo geológico se centra en la observación y comprensión de los elementos abióticos del paisaje. Para su desarrollo, es esencial poner en valor esos espacios y divulgarlos adecuadamente. Esta actividad busca atraer al público general hacia enclaves geológicos de singular interés, con el aliciente añadido de su belleza paisajística. A menudo, estos parajes también albergan otros valores culturales relacionados con la naturaleza, como la flora o la fauna. Desde esta perspectiva, los parques naturales pueden disfrutarse de múltiples formas, sin necesidad de conocimientos técnicos. Basta con ofrecer explicaciones claras y accesibles para que los aspectos geológicos más relevantes puedan ser comprendidos y valorados. En el ámbito de nuestro estudio, que pone su foco en la conservación y divulgación del territorio, destacan los parques naturales de Castilla-La Mancha. En la comarca manchega se encuentran los parques naturales de Las Tablas de Daimiel, Lagunas de Ruidera y Valle de Alcudia y Sierra Madrona. A ellos se suma, con reconocimiento internacional por parte de la UNESCO, el Geoparque Volcanes de Calatrava. Existen además varios espacios con distintos grados de protección ambiental, todos ellos con interés geoturístico. Otros escenarios naturales se pueden vincular asimismo a la novela, como es el caso del cerro de Campo de Criptana, con sus molinos de viento (Fig. 1). Fig. 1. Campo de Criptana No puede pasarse por alto que Almadén ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. Aunque este nombre no aparezca citado en el Quijote, ni sus minas de cinabrio se crucen con los caminos del caballero andante, la localidad se halla próxima al tramo que recorre en su viaje a Sierra Morena. Colindante con la ruta quijotesca se encuentra Puertollano, población que ha recuperado y puesto en valor un importante parque minero, que se puede visitar. Asimismo, el pueblo de Argamasilla de Calatrava se emplaza junto al antiguo camino real de la Plata. Según las Relaciones Topográficas de Felipe II (1575), en tiempos de Cervantes esta Argamasilla no llevaba el apellido «de Calatrava», a diferencia de la otra conocida como «de Alba». Cabe suponer, aunque pocos lo mencionen, que los académicos citados por el novelista podrían ser de aquella población, probablemente conocida por el propio Cervantes durante sus viajes a Andalucía. En la novela se menciona la cercana Almodóvar del Campo. CAMINOS DEL QUIJOTE EN LA MANCHA Al trasladar una ficción literaria a un espacio físico, se está creando, en cierto modo, otra ficción: se da cuerpo a personajes inventados y realidad a los caminos por los que transitan sus vidas. Sin embargo, Cervantes establece la categoría de territorio verídico al no ambientar su novela en una geografía imaginaria, sino en escenarios naturales identificables en la obra. Así, las aventuras de don Quijote resultan más creíbles, y los protagonistas, más auténticos. Recorrer los caminos del Quijote es sumergirse en la historia de uno de los personajes más icónicos de la literatura. Cervantes no solo creó una gran obra literaria, sino que también la llevó a un territorio que hoy podemos visitar. Al hacerlo, la magia de la ficción se encuentra con la realidad, haciendo que las aventuras del caballero andante cobren vida en cada escenario (Fig. 2). Fig. 2. La Mancha Alta, cuna de don Quijote y escenario de muchas de sus aventuras Don Quijote emprende tres salidas, en las que recorre distintos itinerarios —en dos de ellas, acompañado por Sancho Panza—. Muchas de las actuales carreteras conservan el trazado de antiguos caminos, por los que, hipotéticamente, habrían cabalgado los protagonistas en busca de aventuras. A veces, los aventureros también seguirían vías pecuarias, senderos o cabalgarían campo a través para acortar distancias. La interpretación del texto (nos basamos en una edición del Quijote de la Real Academia Española), especialmente en lo referente a los datos geográficos que proporciona Cervantes, ha generado distintas hipótesis sobre los trayectos recorridos, sin que exista consenso, ni siquiera sobre el lugar de partida. Algunos cervantistas llegan a negar que los caminos literarios tengan correspondencia real. No obstante, la presencia de topónimos y la clara estructuración del relato en escenarios reconocibles desmienten esa postura escéptica. Pese a ello, la materialización de los itinerarios quijotescos en la geografía manchega sigue generando debate y controversia. En este contexto, resulta necesario trazar las rutas con rigor y objetividad, algo que no siempre se ha respetado. La primera representación gráfica de los caminos de don Quijote se encuentra en la edición en cuatro tomos de la Real Academia Española, impresa por Ibarra en 1780. Esta magnífica obra, fruto del auge ilustrado bajo el reinado de Carlos III, incluye una ruta elaborada por el geógrafo Tomás López, basada en las observaciones del militar Joseph de Hermosilla. El itinerario gira en torno a Argamasilla de Alba, localidad que pasó a ser el núcleo central de la red de caminos concebida por otros cervantistas. Esta hipótesis ha perdurado hasta nuestros días, alimentando nuevas propuestas que aspiran a ser el lugar «del que no quiso acordarse» Cervantes. Algunas de estas localidades presentan argumentos razonables para tal distinción, aunque no es momento de revisarlos en detalle. Bastaría, en muchos casos, con contrastarlos con el propio texto para detectar evidentes contradicciones. La Fig. 3 presenta un mapa con los itinerarios que virtualmente pudo seguir don Quijote en sus tres salidas, de acuerdo con nuestra interpretación del texto. A lo largo de los años, hemos ido contrastando los caminos que se dibujan en el mapa, buscando que no incurrieran en contradicciones con lo que anota Cervantes. Ya se ha dicho que existen no pocas divergencias en el trazado de esas rutas. Las conjeturas son mayores fuera de la Mancha, un extenso territorio donde cabalgó el andante caballero, pero sobre el cual la novela sólo aporta referencias puntuales. Figura 3. Itinerarios virtuales de don Quijote En 2005, con motivo del IV Centenario de la publicación de la primera parte del Quijote, la Comunidad de Castilla-La Mancha impulsó una Ruta del Quijote. Sin embargo, su excesiva extensión —más de 2.500 km en un territorio relativamente compacto— y la inclusión de localidades sin vínculo claro con la novela, la hicieron poco operativa. Aun así, el Consejo de Europa la declaró Itinerario Cultural Europeo (Villarejo, 2008), una distinción que, por desgracia, no se supo aprovechar adecuadamente. Ahora, con una visión más centrada y afinada, hemos propuesto una nueva ruta dentro del territorio manchego, concentrando los caminos de don Quijote en un recorrido único que une las principales localidades que consideramos pueden ser relacionadas con el Quijote. Esta ruta no se atiene a un orden cronológico en relación a la secuencia del relato. Parte del Toboso, localidad citada reiteradamente en la novela y elevada incluso al rango de “gran ciudad” (II, 7). Pretendemos que ninguna de las localidades incluidas en la ruta tenga un protagonismo especial, pues el propósito no es establecer un orden de visita, sino ofrecer un recorrido coherente con la narrativa y la geografía quijotescas. Para la selección de lugares, se han seguido criterios que equilibran distintas interpretaciones del texto, valorando tanto la referencia directa en la obra como la tradición y las actividades culturales que los vinculan al universo quijotesco. Asimismo, se han incorporado parajes que, por su ubicación, son de paso obligado entre puntos clave de la ruta. Algunos espacios de interés geoturístico pueden encontrarse ligeramente apartados del itinerario principal. La ruta parte, como se ha señalado, del Toboso. Desde allí, pasa por Quintanar de la Orden y llega a Puerto Lápice, próximo a Consuegra. A Ciudad Real se accede a través de Daimiel, y desde allí, por el camino real de la Plata, se alcanza Sierra Morena y la cervantina venta de la Inés, tras cruzar el Valle de Alcudia. En busca de los antiguos batanes de Fuencaliente, la ruta se desvía de la vía de la Plata, que se retoma más adelante para enmarcar la liberación de unos galeotes. Lamentablemente, ese tramo del camino histórico de acceso a Andalucía ha desaparecido bajo las infraestructuras del tren de Alta Velocidad. Las huellas de don Quijote que estamos siguiendo llevan a Almodóvar del Campo y nos acercan a Puertollano y Argamasilla de Calatrava. Desde esta localidad la ruta prosigue a Argamasilla de Alba. Próximas se encuentran las Lagunas de Ruidera y la Cueva de Montesinos. En la novela, don Quijote y sus acompañantes debieron recorrer el camino desde la población de Ruidera, situada a dos leguas de la cueva. De haber llegado a ella desde Ossa de Montiel, no hubieran visto las lagunas (seguimos jugando a hacer realidad una ficción). La ruta se desvía al sur para llegar a Villanueva de los Infantes, que ha demostrado un especial interés en vincularse con el mundo quijotesco. Se retoma el camino hacia Munera, localidad que celebra con entusiasmo las bodas del rico Camacho. Por Villarrobledo, Socuéllamos y Las Mesas se ingresa por El Pedernoso en el camino real de la Seda. En algún tramo de esta vía, tuvo probablemente lugar el episodio de los leones. Desde San Clemente se alcanza Santa María del Campo Rús, y desde las proximidades de este lugar, don Quijote y Sancho emprendieron su viaje hacia Zaragoza. Finalmente, la ruta propuesta regresa por Belmonte, pasa por Mota del Cuervo y concluye en una serie de localidades con profunda huella quijotesca, como Campo de Criptana. Más delante presentamos gráficamente, en la Fig. 14, el trazado del itinerario descrito. ELEMENTOS GEOLÓGICOS DE LOS PAISAJES MANCHEGOS La descripción técnica de los paisajes manchegos puede simplificarse para hacerla más accesible a un público general, sin conocimientos especializados. A continuación, ofrecemos una reseña geológica de los que consideramos sitios relevantes de la región. Gran parte de la Mancha está formada por vastas llanuras de litología homogénea, resultado de la acumulación de materiales arcillosos y calcáreos en cuencas endorreicas. Estas cuencas, que son espacios donde las aguas no tienen salida, eran antiguos lagos que se evaporaron con el tiempo. Este proceso ocurrió en un periodo geológicamente reciente, que se prolongó hasta finales de la era terciaria o cenozoica. En estos paisajes llanos, es fácil evocar la figura de don Quijote y Sancho Panza, que, mientras recorrían los caminos, podían a veces divisar la silueta de molinos de viento. Para aprovechar mejor el viento, los molinos se construyeron en colinas o elevaciones del terreno, conocidas como oteros (cerros aislados que sobresalen de la llanura). Estos relieves residuales tienen un gran interés geológico, ya que se originaron por la erosión de un macizo rocoso, y a menudo fueron islas en el entorno lacustre desaparecido (Fig.4). Fig. 4. El cerro Calderico en Consuegra, un relieve de tipo residual Los relieves residuales de la Mancha datan de diversas épocas geológicas y están formados por materiales de distinta naturaleza (Fig. 5). Entre los más antiguos, encontramos los cerros de Alcázar de San Juan y Consuegra, compuestos por cuarcitas del periodo Ordovícico (hace casi 500 millones de años). El cerro de Campo de Criptana y las lomas de Mota del Cuervo corresponden a la era secundaria o mesozoica, específicamente a los periodos Jurásico y Cretácico (con una antigüedad de más de 66 millones de años). Estos relieves están formados principalmente por calizas y dolomías, dos tipos de rocas carbonatadas. Fig. 5. Cerros erosivos en Alcázar de San Juan y Campo de Criptana Al llegar a Mota del Cuervo, se accede al conocido Balcón de la Mancha, un importante punto geoturístico. Los estratos visibles en los desmontes de la carretera de acceso revelan deformaciones y fracturas provocadas por los movimientos tectónicos de la orogenia Alpina, que comenzó hace unos 65 millones de años (Fig. 6). En otras partes del territorio, se han instalado molinos de viento en algunas de las ondulaciones del terreno que topográficamente interrumpen la horizontalidad de la planicie manchega. Es el caso de los ubicados en Quero y Tembleque. En Puerto Lápice y Herencia se vinculan a los Montes de Toledo. Fig. 6. Cerro de los Molinos de Mota del Cuervo, con pliegues y roturas de la roca caliza Los Montes de Toledo, que separan La Mancha Alta de La Mancha Baja, son de la era primaria o paleozoica, formados durante la orogenia denominada Varisca (entre 290 y 380 millones de años). Los materiales que los conforman son de tipo metamórfico, esquistos y cuarcitas. La cordillera se ha degradado por erosión, desapareciendo dentro del territorio quijotesco al Este de la región. La localidad de Puerto Lápice se ha construido en un pasillo morfológico que facilita el paso entre las dos subcomarcas manchegas. En el sur de la Mancha encontramos Sierra Morena, que en la zona que nos ocupa se conoce como Sierra Madrona. Para llegar a ella, se debe cruzar el Valle de Alcudia, un área de gran interés geológico, ya que sus materiales metamórficos (antiguos sedimentos trasformados por presión y temperatura) son anteriores al Paleozoico (datan de más de 540 millones de años). Se trata de los terrenos más antiguos que literariamente pisó don Quijote (Fig. 7). Fig. 7. Dehesas en el Valle de Alcudia, donde continúa el pastoreo (recordemos los rebaños que atacó don Quijote) Una característica geológica de gran importancia en esta zona es el tipo de construcción del relieve actual, que está dirigido por la estructura de las rocas metamórficas que lo constituyen. Un ejemplo notable es el salto de agua en las cuarcitas paleozoicas del río Cereceda, cerca de Fuencaliente, que permitió en su momento la instalación de batanes (mecanismos hidráulicos para tratar la lana). El topónimo Chorrera de los Batanes ilustra este accidente (Fig. 8). Cervantes pudo situar allí la aventura de los batanes, atendiendo a la descripción que hace del lugar, y al hecho de que estos molinos son poco frecuentes en la comarca. El historiador Astrana Marín dedica a este paraje varias páginas de su biografía de Cervantes. Tomándose algunas licencias, que no impiden identificar el lugar, Gustavo Doré lo dibujó para la célebre edición parisina del Quijote. Fig .8. La Chorrera de los Batanes, sin apenas agua en época de sequía Estos territorios pertenecen al Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona, una zona de relevancia geoturística. Aunque no se mencione en el Quijote, el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel forma parte del territorio quijotesco manchego. Su interés hidrogeológico radica en la acumulación de aguas subterráneas del río Guadiana, que, al aflorar tras un largo viaje subterráneo desde Ruidera, se acumulan en diversas zonas lacustres. La falta de pendiente y la escasa permeabilidad de los materiales contribuyen a la retención de las aguas, lo que genera un entorno propicio para la flora y la fauna. También se relacionan con ambientes lacustres otras zonas de acumulación de aguas pluviales, siempre bajo condiciones de escasa pendiente y baja permeabilidad de los materiales. Esta morfología impide o dificulta la evacuación natural del agua. Si bien aquí vuelve a manifestarse un interés hidrogeológico, su principal valor radica en la biodiversidad de su fauna y flora. Los conjuntos lagunares son numerosos en algunos sectores de la Mancha Alta. Entre ellos se encuentra el complejo lagunar de Pedro Muñoz. La laguna de Manjavacas, cercana a Mota del Cuervo, tiene claras resonancias quijotescas. Otro espacio lacustre de origen similar es el de Peralvillo, en este caso en la Mancha Baja. Le da nombre una localidad que Sancho Panza recuerda con espanto. Los espacios acuáticos relevantes cuentan con protección medioambiental. Otro territorio montañoso visitado por don Quijote es el que hoy conforma el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Este lugar combina una gran belleza paisajística con un interés geológico notable (Fig. 9). El paraje atrae tanto al turismo recreativo y excursionista como al cultural. Su origen es consecuencia de la excavación de un valle por el río Guadiana, cuyas aguas han ido disolviendo rocas calco-dolomíticas (constituidas por carbonato de calcio y de magnesio) de más de 145 millones de años (del periodo Jurásico). Las formas de relieve se inscriben en procesos que describe la geomorfología kárstica. Las lagunas se han formado por hundimientos escalonados del fondo del valle (su nombre técnico es dolinas aluviales). A la formación de cuerpos de aguas contribuyen las barreras de toba travertínica que se han desarrollado entre lagunas. El paisaje es comparable al de los lagos de Plitvice, en Croacia, que son Patrimonio de la Humanidad. Fig. 9. Laguna de la Lengua en Ruidera Dentro de este parque se encuentra la Cueva de Montesinos, un lugar de especial significado en el Quijote. Cervantes anota características reales de la cavidad, aunque exagera su longitud. A pesar de la importancia histórica y literaria de la cueva (con referencias escritas desde principios del siglo XVI), sorprende que no se haya publicado un estudio espeleológico sobre ella, incluso tras haber sido declarada Lugar de Interés Geológico. En el último congreso de la SEDPGYM abordamos este tema. Esta cavidad tiene un valor didáctico significativo, ya que ilustra un proceso kárstico asociado a la disolución de la roca a lo largo de fracturas de origen tectónico (Fig. 10). Fig. 10. En la imagen se observa una grieta abierta por disolución de una fractura en el interior de la Cueva de Montesinos, y algunos bloques desprendidos La atracción geoturística de mayor nivel científico en la Mancha es el Geoparque Volcanes de Calatrava, catalogado por la UNESCO, lo que lo convierte en un referente de renombre mundial. Este espacio natural está marcado por edificios volcánicos formados por emisiones de lava que ocurrieron a finales del Cenozoico (menos de 8,7 millones de años). Estos volcanes han sufrido un proceso de degradación erosiva tal que, durante mucho tiempo, no se reconoció su origen volcánico. Don Quijote hubo de cruzar esta comarca en el viaje a Sierra Morena. En el volcán de Cerro Gordo, no lejos de la localidad de Almagro, se ha instalado un centro de interpretación, y se tiene previsto expandir esta iniciativa a otros volcanes de la zona. La actividad extractiva de áridos ha destruido varios edificios volcánicos, si bien esto ha permitido observar su estructura interna (Fig. 11). Fig. 11. Centro de Interpretación del volcán de Cerro Gordo y cantera inundada por agua de lluvia en un edificio volcánico próximo a Almagro Para completar la síntesis geológica del territorio manchego, es necesario mencionar la presencia de sedimentos lacustres y fluviales, derrubios de ladera y ‘rañas’ (mantos de gravas y arenas que se encuentran en las zonas adyacentes a los Montes de Toledo). Se trata de materiales de edad geológica reciente y actuales, que cubren algunas partes de la comarca. CARTOGRAFÍA DE LAS RUTAS DEL QUIJOTE Y GEOTURÍSTICA La interacción de los caminos literarios de don Quijote con el paisaje que los rodea ha sido abordada en un libro nuestro (Salinas: 2017) y en algunos epígrafes de otro posterior (Salinas: 2024). Además, existen diversas publicaciones que exploran la naturaleza de la Mancha (AA. VV.: 1991; Pons y col: 2011). En relación con la ruta del Quijote, el número de referencias es tan amplio que es recomendable realizar una búsqueda en Internet para acceder a ellas. Un lugar de la Mancha. Guía de pueblos de Don Quijote (Moyano: 2017) es un libro útil para adentrarse en las localidades mencionadas en la novela. El paisaje es, esencialmente, una imagen que refleja la historia geológica de un lugar. A esta imagen, conformada por rocas y suelos, frecuentemente acompañados de agua, se suman elementos bióticos e incluso antrópicos. El visitante que se acerca a un paisaje con la intención de conocerlo y disfrutarlo está participando en una experiencia de geoturismo. Una ruta de interés geológico será aquella que recorra parajes que merezcan tal distinción, ya que, evidentemente, no todos los lugares tienen el mismo atractivo. Como se explicó previamente, los itinerarios virtualmente seguidos por don Quijote en sus tres salidas se han reunido en una única ruta, sin criterio cronológico. La ruta geoturística propuesta se ha alineado con la del Quijote, de manera que al interés literario de los caminos del caballero andante se le pueda añadir el atractivo natural de enclaves con singularidad geológica. La ruta que proponemos comienza y termina en El Toboso. Ya justificamos con anterioridad que recorre lugares que se vinculan al Quijote, ya sea a partir de interpretaciones del texto cervantino o por albergar tradiciones y eventos o fomentar actividades y estudios relacionados con la novela, sin priorizar ningún sitio. El resultado se visualiza en el mapa de la Fig. 12. Debido al tamaño y detalle de la imagen, se recomienda ampliarla para su correcta lectura. Fig. 12. Itinerarios virtuales de don Quijote en el contexto natural de la Mancha En el mapa se representan espacios de interés natural, así como otros parajes con potencial geoturístico, todos ellos ya descritos. La ruta conjunta se marca con línea marrón, y se delimitan espacios naturales protegidos (sin acotar sus límites reales). También se incluyen nombres de lugares relevantes para el turismo geológico-minero, como el parque industrial de Puertollano o los restos de las explotaciones mineras de Horcajo. Este último enclave, atravesado por la antigua vía de la Plata, podría ser el punto más meridional visitado por don Quijote (las minas no fueron abiertas hasta mucho después). Actualmente, el acceso a esta zona es muy limitado, ya que sólo se puede llegar al Horcajo a través del túnel de un antiguo ferrocarril minero. Cabe señalar que los trazados aéreos de las líneas del AVE discurren en gran medida sobre el antiguo camino real. Los hitos geoturísticos de interés se visualizan en el mapa de la figura con una flecha. Con un círculo verde se marcan las colinas en las que se han construido molinos, que pueden ser relieves residuales, como en el caso del cerro Calderico, en Consuegra. Otros altozanos se señalan con círculos rojos. Así, en Belmonte se acota la colina de caliza mesozoica en la que se construyó el castillo. Fuera de la ruta, se encuentra el interesante cerro que ocupó el asentamiento de Calatrava la Nueva (Fig. 13). Las zonas de canteras para áridos reflejadas en el mapa se localizan en el triángulo formado por Almagro, Bolaños de Calatrava y la Yezosa, aunque también se abrieron en otros lugares, como Piedrabuena. La explotación de los edificios volcánicos los ha destruido en gran parte, pero también facilita la visita a su interior. La cantera de Cerro Gordo, como ya mencionamos, ha sido recuperada con fines geoturísticos. Como cicatrices han quedado algunas explotaciones en relieves residuales. Recordamos haber tomado muestras de roca, por necesidades de trabajo, en el cerro de Alcázar de San Juan. Otras pequeñas canteras permitieron la obtención de materiales rocosos para edificios (por ejemplo, la de Piédrola) y de arcillas para alfarería. Fig. 13. Castillo de Calatrava la Nueva en un cerro de cuarcitas paleozoicas Para poner en valor la propuesta que defendemos, sería necesario impulsarla mediante una adecuada promoción. Un primer paso podría ser la incorporación de descripciones y esquemas geológicos a los paneles explicativos actuales de los lugares relacionados con el Quijote, así como a la información general disponible sobre ellos. El segundo paso consistiría en llevar a los paneles que en la actualidad identifican hitos geoturísticos en territorio quijotesco una explicación que los relacione con algún aspecto de la novela cervantina. Y el tercer paso definitivo consistiría en articular una red de información que facilitara una sinergia entre literatura y paisaje. Se trata de fomentar un geoturismo literario que aporte un valor añadido al Quijote y a los escenarios naturales donde trascurren las aventuras del caballero. Recorrer los caminos de don Quijote no es únicamente un viaje literario, sino también una experiencia de inmersión en el paisaje y en las tradiciones de la Mancha. A lo largo de la ruta, se avistan no sólo lugares que nos acercan a la novela cervantina, sino un territorio cuajado con historia, cultura y belleza natural. Ya sea a pie, en bicicleta o en coche (idealmente, en caballo), esta ruta quijotesca permite revivir la magia de la novela mientras se disfruta de la hospitalidad de los pueblos manchegos y de los paisajes que inspiraron una de las historias más memorables de la literatura universal. RESUMEN Y CONCLUSIONES El geoturismo es una modalidad de viaje que centra su atención en el atractivo natural de los paisajes geográficos, poniendo especial énfasis en sus peculiaridades geológicas. Estas características constituyen la base de su singularidad, belleza y valor interpretativo. La propuesta que aquí se presenta tiene como objetivo poner en valor el territorio de la Mancha, promoviendo su visita mediante una mirada que sume al interés literario y monumental, el valor paisajístico derivado de sus peculiaridades geológicas y naturales. Este trabajo describe los principales elementos geológicos de la Mancha, delimitando aquellos que se consideran de interés geoturístico, y justifica los lugares que, según se deduce del texto cervantino, podrían haber sido recorridos por don Quijote. Estos enclaves se integran en un único itinerario, cuya representación se muestra en un mapa. Resulta necesario visibilizar los lugares y parajes de interés geoturístico relacionados con la novela magna de Cervantes mediante la instalación de paneles explicativos. Asimismo, sería conveniente dotar a los espacios considerados quijotescos de la información necesaria que permita su integración dentro del contexto territorial y natural. Consideramos fundamental que este proyecto cuente con la implicación no sólo de organismos oficiales, tanto locales como autonómicos, sino también de sociedades cervantinas, entidades excursionistas y agencias especializadas en viajes culturales, que puedan contribuir a la difusión y promoción de estas rutas. REFERENCIAS AA. VV. 1991. Guía de Castilla-La Mancha, Espacios Naturales. Servicio de Publicaciones, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Pons, Bárbara y otros.2011. Atlas de los Paisajes de Castilla- La Mancha. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. Cañizares Ruiz, María del Carmen. 2008. ‘La ruta de don Quijote’ en Castilla-La Mancha (España): nuevo Itinerario Cultural Europeo. Nimbus, n.º 21-22 Cervantes, Miguel de. 2005. El Ingeniosos Hidalgo don Quijote de la Mancha, edición Real Academia Española del Centenario. Moyano, A. L. 2017. Un lugar de la Mancha. Guía de pueblos de don Quijote. Caudal. Salinas Rodríguez, José Luis. 2017. ‘El paisaje geológico de los caminos del Cid y del Quijote (con un apéndice sobre la ruta Jacobea)’.CEDEX, Ministerio de Fomento. Salinas Rodríguez, José Luis. 2024. Un Quijote entre el realismo y la magia. Bubok. Salinas Rodríguez, José Luis. 2024. Los Paisajes del Quijote como recurso geoturístico. XX Congreso Internacional sobre Patrimonio Geológico y Minero. SEDPGYM, UNED. Comunicación (en proceso de edición). +++
Adhiérete a la propuesta de que Don Quijote y Sancho Panza sean declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad Fecha de Publicación: 18/04/2025 La elaboración del dossier avanza a buen ritmo y ya se están recopilando datos para apoyar la solicitud de declaración, especialmente en las áreas de influencia de ambos personajes en la cultura y el arte mundiales. También se está formando un catálogo de monumentos dedicados a Don Quijote y Sancho Panza esparcidos por todo el mundo Alcázar de San Juan, 18 de abril de 2025.- Ya está más cerca la declaración puesto que se ha iniciado el camino de darle forma al dossier y se ha abierto la posibilidad de recibir adhesiones públicas y privadas. La acogida de esta iniciativa por los medios de comunicación españoles y extranjeros ha sido espectacular. Después de que una infinidad de diarios y medios digitales tanto de España como internacionales se hicieran eco de la noticia y después de que personas de la Junta Directiva hayan mantenido diferentes entrevistas en medios audiovisuales (radio y televisión), los miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar se encuentran trabajando de lleno en la elaboración de un dossier lo más amplio posible que respalde la petición de que don Quijote y Sancho Panza sean declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad. Están conformando un catálogo completísimo de los monumentos dedicado a ambos personajes tanto en Castilla-La Mancha, como en el resto de España y en el mundo, donde los personajes de Cervantes son recordados y homenajeados en lugares y culturas tan diferentes como Serbia, Guinea Ecuatorial, Estados Unidos, Japón, Rusia, Argentina, México y otros muchos países del globo. Por otra parte, ya se ha implementado en la web una aplicación para recabar las adhesiones a este proyecto, tanto de particulares como de cualquier tipo de entidad o institución: Universidades, Ayuntamientos, Asociaciones, Empresas, etc. En la que es muy fácil mostrar el apoyo en unos sencillos pasos que se formalizan en segundos, de modo que fácilmente puede realizarlo cualquier persona que lo desee, en el sitio: www.cervantesalcazar.com También se está contactando con personas relevantes del mundo cervantino y de otros campos en los que don Quijote y Sancho Panza han ejercido influencia: el cine, el teatro, la literatura, la música, la botánica, la astronomía, el coleccionismo… Para que, a la luz de su experiencia en cada uno de esos campos, nos escriban unas líneas indicando los motivos por los que consideran que estos personajes deben ser declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan agradece de corazón a todas las personas e instituciones que ya nos han apoyado como es el caso de José Manuel Lucía Megías quien en una entrevista en EsRadio valoró muy positivamente la iniciativa, y como es el caso de la Asociación Internacional de Lectores y Coleccionistas de don Quijote, A.C. de México, y la Fundación El Quijote de Madera de la República Dominicana, quienes se pusieron a favor de esta idea desde el principio. También agradecen el apoyo verbal (que esperan que muy pronto se concrete por escrito), del Grupo de Investigación del Siglo de Oro de la Universidad de Navarra y de la Asociación de Cervantistas. Estamos, por tanto, en el momento apropiado para que cuántas más personas de todo el mundo, lo deseen, se sumen a esta iniciativa y apoyen el proyecto con su adhesión, para que entre todos juntos logremos que esta declaración pueda prosperar. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La Sociedad Cervantina de Alcázar solicitará a la UNESCO que declare Patrimonio Inmaterial de la Humanidad a Don Quijote y Sancho Panza Fecha de Publicación: 23/03/2025 . Desde hace unos meses, los cervantistas alcazareños están trabajando de forma intensiva en la elaboración de un amplísimo dossier que acompañe a la petición. Ya se han comprometido a apoyar esta ambiciosa iniciativa diferentes instituciones Alcázar de San Juan, 23 de marzo de 2025.- El nombramiento de los personajes don Quijote y Sancho Panza -principales protagonistas del Quijote, obra de Miguel de Cervantes Saavedra-, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es el objetivo último que persiguen los miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan. A tal efecto llevan trabajando intensamente desde hace unos meses en la confección de un dossier lo más amplio posible que sirva de intenso apoyo a esta petición, de forma que resulte incuestionablemente aprobatorio para las instancias que tengan que emitir su veredicto. Diferentes instituciones han mostrado ya su apoyo verbal a esta importante iniciativa, no obstante, y para reunir el mayor número de apoyos a esta propuesta, que nace en Alcázar de San Juan, la junta directiva de la asociación cultural ya ha elaborado un documento de adhesión para instituciones y otro para personas individuales que estará disponible para descargas en la web de la Sociedad www.cervantesalcazar.com. Para alcanzar el fin último que los cervantistas alcazareños se han propuesto, el de la declaración de Don Quijote y Sancho Panza como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, antes deben conseguir la calificación de Bien de Interés Cultural de carácter Inmaterial, por nuestra comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Y posteriormente deben obtenerse la designación como Bien Cultural Inmaterial de carácter nacional. Teniendo en cuenta que ambos personajes son el hidalgo y escudero más famosos del mundo, que han nacido en la Mancha y pertenecen al paisaje, al paisanaje y al entorno cultural manchego, y que siendo manchegos encarnan y representan al mismo tiempo los grandes valores de la humanidad, no es difícil comprender que la Comunidad de Castilla-La Mancha quiera prohijárselos otorgándoles de forma rápida la designación que de forma inmediata se solicitará. Pero don Quijote y Sancho Panza, a demás de haber calado en el imaginario mundial con sus personalidades tan dispares y a la vez complementarias, como son el idealismo, la voluntad, la cultura del esfuerzo, el trabajo incansable, el empeño por ayudar a los demás de don Quijote; así como el realismo, el estar con los pies en el suelo, la fidelidad, acompañar en lo bueno y en lo malo a su caballero, como hace Sancho Panza, son caracteres que existen en todos los países del mundo y a veces se concitan en una misma persona, puesto que más de cada uno de nosotros se ha levantado «quijote» por la mañana y se ha acostado por la noche sintiéndose «sancho». Hasta nuestra Real Academia española tiene acuñados los términos “quijote” y “quijotesco”, al igual que “sanchopancesco”, lo que demuestra que estos estereotipos de personalidades dispares y a la vez complementarias para el desarrollo de la novela de Miguel de Cervantes, han calado en el imaginario mundial. En este viaje, los cervantistas alcazareños esperan no estar solos, sino que confían en recibir infinidad de adhesiones a su propuesta, porque son personajes de alcance mundial. En cuanto esté avanzado el dossier, están convencidos de contar con el apoyo de la Red de Ciudades Cervantinas, así como con el de la Asociación de Cervantistas. También asociaciones de carácter nacional e internacional, y esperan que Universidades de diferentes partes del mundo se sumen a esta importante iniciativa. La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan tienen como objetivo fundamental la lectura, estudio y difusión de la obra de Miguel de Cervantes y especialmente el Quijote, y el hecho de promover esta iniciativa es un espaldarazo más en la trayectoria cultural de los alcazareños, que, si finalmente se alcanzase el logro propuesto, les colmaría de satisfacción. No hace falta recordar que existen monumentos dedicados a nuestros personajes en los más dispares y alejados países del mundo donde son conocidos y apreciados. Existe una ingente cantidad de ediciones del Quijote publicadas en muchos de los idiomas del mundo; por lo que, en base a los magníficos momentos de lectura que nos han ofrecido, pero también por las enseñanzas morales que nos proporcionan, por la influencia de ambos personajes en la literatura mundial, y por haber servido de inspiración a músicos, coreógrafos, pintores, escultores, ceramistas, cineastas y artistas de todo el mundo. Por todo ello, Don Quijote y Sancho Panza merecen ser reconocidos como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
«La provincia de Ciudad Real es el Quijote» Fecha de Publicación: 16/03/2025 Alcázar de San Juan, 16 de marzo de 2025.- Invitado por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, para tomar parte en uno de sus Almuerzos de don Quijote, el presidente de la Diputación Provincial de Ciudad Real, Miguel Ángel Valverde Menchero ha compartido mesa y mantel con los cervantistas alcazareños. En esta ocasión ha estado acompañado por José Antonio Navarro, portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan. Valverde ha podido saludar en el almuerzo a Fernando Sánchez Quesada quien fuera su compañero de estudios universitarios y que además de miembro de la Sociedad cervantina de Alcázar es el delegado-presidente del ilustre Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Madrid en Ciudad Real. La invitación fue cursada hace meses con el objeto de que Valverde visitase la sede de la Sociedad Cervantina a fin de que por parte de la Junta Directiva de la asociación se le mostrasen las diversas y numerosas actividades culturales (algunas de ellas internacionales) que a lo largo del año llevan a cabo. Al mismo tiempo y aprovechando su visita la Sociedad Cervantina de Alcázar se ha puesto a disposición de la institución provincial para apoyarla en todas aquellas actividades que organice relacionadas con Cervantes y el Quijote, y para colaborar con ella en todo lo que sean requeridos, como charlas, mesas redondas, congresos, o recepción y organización de visitas para personalidades extranjeras -que por ejemplo visiten FENAVIN- y la Diputación estime que necesiten una inmersión más personaliza en la Mancha de don Quijote. A su vez, Valverde presentó a los alcazareños las diferentes actividades que relacionadas con el Quijote llevan a cabo como por ejemplo “Sabor Quijote” que ya ha constituido un gran éxito y que ha sido muy apreciado por los participantes en esta ambiciosa promoción turística, cultural, gastronómica, histórica y patrimonial de la mano del Quijote. También dijo que “Ciudad Real es el Quijote” refiriéndose a todo el territorio provincial, no sólo porque aquí tuvieron lugar gran parte de las aventuras de universal hidalgo, sino porque se respira tradición quijotesca por los cuatro costados de la provincia, tanto en la Mancha como en el valle de Alcudia. Igualmente manifestó que los ciudadrealeños todavía no hemos sabido aprovechar la gran herencia que Miguel de Cervantes nos legó situando las aventuras del personaje más famoso de la historia en nuestra demarcación geográfica. Precisamente ahora es un buen momento para seguir incidiendo en la iniciativa “Comarca Quijote” de la Sociedad Cervantina de Alcázar que trata de aglutinar a todos los municipios de la comarca para que se posicionen como destino de turismo literario, un destino que es cada vez más apreciado y buscado por nuestros visitantes. Continuó diciendo que afortunadamente esto está cambiando y cada vez se está aprovechando mejor el tirón quijotesco que nuestra tierra tiene en países extranjeros, como en los asiáticos, en los que a pesar de que su cultura es muy diferente a la nuestra, les une a nosotros el gran conocimiento y aprecio que tienen por la obra cervantina. En Alcázar han estimado el enorme interés que Miguel Ángel Valverde ha mostrado por las actividades de la Sociedad Cervantina y han reparado en la gran sintonía que el presidente provincial tiene sobre estos temas, comprobando que entre ambas instituciones existe una gran similitud en cuanto a los objetivos relacionados con la difusión de los valores quijotescos de nuestra tierra. Finalmente, ambas partes se han emplazado a seguir manteniendo contactos y se han mostrado abiertos y dispuestos a la máxima colaboración en acciones culturales futuras. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
El Quijote viaja de nuevo a Viareggio Fecha de Publicación: 08/03/2025 La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan han impartido de forma virtual (mediante conexión en directo) tres ponencias a los alumnos del Liceo Giosué Carducci, de Viareggio (Italia), con el objeto de que conozcan un poco más el Quijote y su autor, Miguel de Cervantes Alcázar de San Juan, 08-03-2025.- Este sábado ha tenido lugar la actividad cultual denominada «El Quijote vuelve a Viareggio» que ha consistido en una conexión mediante videoconferencia en la que socios de la Cervantina de Alcázar de San Juan han expuesto varias ponencias para que los alumnos italianos de 4º de Liceo de las clases 4AL, 4BL, 4CL y 4DL, conozcan un poco mejor la obra cumbre de Cervantes, así como otras de inspiración claramente italiana como La Galatea o como las Novelas ejemplares en las que están muy presenten tanto los literatos como la cultura, los alimentos y el espíritu del país italiano. Esta actividad, de carácter internacional, es ya la tercera que lleva a cabo la Sociedad Cervantina de Alcázar y ha sido posible por la inestimable colaboración de la profesora de español Laura Alba García, aunque también han colaborado muy activamente las profesoras Simona Vanni, Bárbara Pendibene y Giovanna Sagramoni, todas ellas del departamento de lengua española del Liceo Giosué Carducci de Viareggio (LU). El Liceo Carducci fue fundado en 1912 y fue reconocido en el año escolar 1928/1929. En 1927 se construyó la que sigue siendo la sede histórica del instituto según un diseño del arquitecto Belluomini, un impresionante edificio histórico que pronto cumplirá 100 años de vida. Desde principios del año 2002/2003, tras la ampliación del personal, Carducci ha ocupado todo el edificio, pudiendo finalmente responder positivamente a las nuevas necesidades docentes. Durante décadas, la escuela secundaria ha formado a generaciones de profesionales de Viareggio y de toda Versilia. En los últimos diez años y para continuar su labor educativa, ha enriquecido los planes de estudio en múltiples direcciones, sin renunciar a su identidad y sus valores culturales. Actualmente el Liceo “G. Carducci” es un Liceo Clásico y un Liceo Lingüístico, cuenta con alrededor de 740 alumnos divididos en 32 clases (5 ciclos completos de bachillerato de dos años y de bachillerato de tres años), tiene una plantilla de 64 profesores y ofrece a estudiantes y familias de Versilia diversas ofertas curriculares. A las 9:30 de la mañana comenzaba la jornada con la ponencia titulada «El Quijote llega a la imprenta y el Quijote Universal Manuscrito en Internet», a cargo del presidente, Juan Bautista Mata Peñuela. Seguidamente ha intervenido el vicepresidente, Luis Miguel Román Alhambra, exponiendo la ponencia «Lugares, caminos y parajes de la Mancha. Contexto geográfico real en la ficción del Quijote». Y cerró la sesión Constantino López Sánchez-Tinajero, secretario, con la ponencia «La influencia de Italia en Cervantes… y en toda su obra literaria». Un poco antes de las 11:00 terminaban las charlas cumpliendo el horario previsto de forma escrupulosa. Una vez acabada la conexión se han enviado las ponencias a las profesoras. De este modo, la labor divulgativa de los alcazareños no acababa hoy, sino que, una vez escuchadas en directo, las ponencias serán nuevamente repasadas en clase y después de su exhaustivo estudio darán lugar a preguntas a las que desde Alcázar se responderá con gusto, seguramente a través de un video grabado que se remitirá al Liceo para que lo conserven como material de consulta junto con las ponencias. Los cervantistas alcazareños han propuesto también que los alumnos trabajen con este material y elaboren pequeños trabajos de ampliación y refuerzo para asentar los conocimientos recibidos y que algunos de estos resúmenes los hagan llegar a Alcázar de San Juan para ser «saboreados» por los ponentes. Cabe resaltar que esta actividad cultural se ha desarrollado sin incidencias y que según las propias palabras de las profesoras de Laura Alba García (una de las profesoras del departamento de español y artífice principal de su programación y desarrollo), ha resultado muy interesante e ilustrativa, siendo de enorme utilidad para los alumnos asistentes, los cuáles han elogiado el nivel expositivo de los cervantistas alcazareños, hecho que les produce gran satisfacción y consideran muy bien cumplido el objetivo propuesto de difundir el conocimiento, la lectura y el estudio de la obra de nuestro universal escritor, Miguel de Cervantes, más aún en Viareggio ciudad muy cercana a Luca de la que el escritor dijo: “Luca, ciudad pequeña, pero hermosa y libre, que debajo de las alas del imperio de España se descuella, y mira esenta a las ciudades de los príncipes que la desean; allí, mejor que en otra parte ninguna, son bien vistos y recibidos los españoles, y es la causa que en ella no mandan ellos, sino ruegan, y como en ella no hacen estancia de más de un día, no dan lugar a mostrar su condición, tenida por arrogante”. (Persiles, III, 19) Ahora sólo queda que los alumnos hayan recibido con agrado las aportaciones sobre la vida y obra de Cervantes y les sirva de estímulo para conocerlo todavía más y para desear leer su obra, que con un profundo contenido ético y moral nos hace -más de cuatrocientos años después- seguir leyéndola, estudiándola y disfrutándola. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La Sociedad Cervantina de Alcázar felicita a la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia por su distinción con la Bandera de Andalucía Fecha de Publicación: 22/02/2025 En el 125 aniversario de su fundación, la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia de El Puerto de Santa María ha sido distinguida con la Bandera de Andalucía de las Ciencias Sociales y de las letras en 2025 El presidente de la Academia, D. Luis Francisco Garrido Quijano, ha recogido este viernes 21 de febrero, la Bandera de Andalucía de las Ciencias Sociales y de las Letras con que la ha distinguido la Junta de Andalucía. La entrega de la Bandera la hizo Dª. Mercedes Colombo Roquette, delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Cádiz y la entrega del diploma ha corrido a cargo de D. Daniel Sánchez Román, delegado territorial de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo en Cádiz. La Junta de Andalucía ha distinguido con este galardón a la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia de El Puerto de Santa María (Cádiz) porque es una institución que lleva ciento veinticinco años mostrando y enseñando arte y cultura a la ciudad portuense. La Academia surgió por una idea del insigne doctor Federico Rubio y Gali en 1899 y que finalmente cristalizó, poniéndose en marcha el 6 de diciembre de 1905. Por sus aulas han pasado más de treinta mil alumnos desde su fundación que en un principio aprendieron idiomas, mecanografía, etc., con el objetivo de favorecer que los jóvenes se incorporasen al trabajo, tanto en bodegas, como en la pesca y en diferentes puestos laborales a los que accedían con una gran capacitación. Posteriormente, la Academia de especializó más en artes, formando a sus alumnos de todas las edades en música, pintura y escultura. De esta forma la Academia lleva ciento veinticinco años ofreciendo cultura y arte a la ciudad de El Puerto de Santa María, así como a toda la provincia de Cádiz, al tiempo que ha generado extraordinarios artistas en la pintura, la escultura y en las letras. La Academia ha contado a lo largo de la historia con académicos de relevancia cultural como Rafael Alberti, José Luis Tejada o Manuel Alejandro, a los que siguieron Juan Ignacio Varela, Joaquín Solís Muñoz, Alfonso Ussía, Javier Rubial, Ricardo Summers, Luis Suárez o Luis del Olmo entre otros y en la que destaca su Cuerpo de Académicos. Desde la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan consideran a la Academia una asociación hermana -pronto llevarán a efecto de forma oficial el protocolo de unión-, puesto que los alcazareños ya fueron invitados a participar de las múltiples actividades que organizan en la institución (todas de enorme calidad), concretamente impartiendo un ciclo de conferencias titulado “Cervantes y el Quijote. Sus lectores en el siglo XXI”, en abril de 2024. Por ello, felicitan muy calurosamente por este gran éxito, a su presidente D. Luis Francisco Garrido Quijano con quien les une una magnífica relación de amistad, sin olvidarse de toda su Junta Directiva que hace posible esta buena sintonía y especialmente de su Vocal en la Junta Directiva representante del Cuerpo de Académicos, el alcazareño D. Antonio Leal Jiménez que ha sido el lazo de unión entre ambas instituciones. En Alcázar sienten gran alegría por esta distinción concedida y supone un gran orgullo para los alcazareños, poder hermanarse con esta institución cultural gaditana que con un siglo y cuarto de actividad merece el máximo reconocimiento. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
El duque de Lerma, el conde de Lemos y la importancia del contexto histórico en la época de Cervantes Fecha de Publicación: 16/02/2025 La Dra. Amorina Villarreal Brasca, en cuarto lugar, por la izquierda En opinión de Amorina Villarreal, el VII conde de Lemos y Miguel de Cervantes no sólo mantenían una relación de mecenazgo y protección del primero sobre el segundo, sino que había una afinidad moral y espiritual muy acusada entre ambos Alcázar de San Juan, 16 de febrero de 2025.- Amorina Villarreal Brasca, Doctora en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, Profesora e Investigadora del Departamento de Historia de América, Medieval y Ciencias Historiográficas de la misma universidad y Directora de Revista Complutense de Historia de América, nacida en Rosario (Argentina) aunque residente más de 25 años en España; pronunció en la tarde del viernes una extraordinaria conferencia en el Museo del Hidalgo, a la que el público respondió de manera magnífica llenando el aforo de la sala. Resultó muy interesante para los asistentes (y todos aquellos que pudieron seguirla a través del perfil de YouTube de la SCA), porque explicó con toda claridad los entresijos de la política en tiempos de Miguel de Cervantes y las redes de amistades y sobre todo de favores que se tejían para alcanzar el poder y para mantenerlo. Para entender y sobre todo apreciar la obra de Cervantes, es fundamental conocer el contexto social, cultural y también político en que se desarrolló. La Dra. Villarreal explicó el funcionamiento de los Consejos que asesoraban directamente al rey y que eran quienes le permitían la toma de decisiones en el amplio imperio español en el que se decía que no se ponía el sol. En ellos se decidían las políticas a seguir y eran donde se proponían a las personas que habían de ocupar cada cargo de importancia en la amplia administración de un Estado de magnitud fuera de toda comparación con otras naciones de la época. Sobre el valimiento del duque de Lerma, explicó que estaba en continuo contacto con el rey Felipe III y que su función de “primer ministro” aligeró el gobierno del Estado al monarca. Contó que era un político con una capacidad extraordinaria y que acabó apoyándose en su sobrino (y además yerno), el conde de Lemos, eligiéndolo también por sus enormes capacidades de gestión y su talla política, incluso por delante de su propio hijo, anteponiendo los intereses del Estado, antes que los estrictamente familiares, considerando que Lemos no iba a defraudar la confianza en él depositada, como así fue. A lo largo de la conferencia, mostró el enorme crecimiento de los virreinatos por las excelentes gestiones de los nombrados para los gobiernos y cómo aquellas ciudades americanas no sólo enviaban riquezas en plata y minerales a España, sino que también se enriquecieron y crecieron hasta límites importantes, retornando en ellas y sus habitantes la riqueza que generaban. De forma que muchos deseaban llegar allí a hacer sus carreras como funcionarios de la Corona española, uno de ellos fue Miguel de Cervantes que intento obtener cargos en el Nuevo Mundo (por sus merecimientos y servicios al rey), hasta en dos ocasiones, para hacer carrera allí. Curiosamente, aunque él mismo no pisara el continente americano, su obra fue conocida, leída e incluso representada y sobre todo apreciada allí, desde muy poco tiempo después de la publicación de sus obras, refiriéndonos más concretamente al Quijote del que se tiene constancia que en 1607 ya era leído y representado en las calles de Pauza Perú). En la jornada del sábado, Amorina Villarreal tuvo ocasión de conocer los diferentes recursos turísticos de Alcázar de San Juan, como el cerro de San Antón donde se ubica el conjunto molinero, apreció especialmente el molino Rocinante que mantiene su maquinaria y efectúa moliendas en fechas determinadas. Visitó también el entorno palacial, la capilla de palacio, el torreón y la colegiata de Santa María la Mayor, en la que tuvo ocasión de ver el facsímil de la partida de bautismo de Miguel de Cervantes Saavedra y su pila bautismal. También conoció en esta iglesia, que es la parroquia más antigua de la diócesis de Ciudad Real (que cumplirá 800 años como parroquia en próximo año, 2026). el excelso camarín de la Virgen del Rosario, la parte más nueva de la iglesia colegial En su visita a los lugares alcazareños de interés, conoció la historia del Quijote Cósmico en la Plaza de Palacio y se fotografió en la icónica estatua de don Quijote y Sancho Panza en la Plaza de España. En su desplazamiento por las calles de la ciudad, los cervantistas alcazareños se han congratulado de encontrarse con diferentes grupos de turistas que se encontraban visitando la ciudad, aduciendo los visitantes que uno de los motivos de venir a Alcázar era conocer la Mancha como territorio geográfico en el que tuvieron lugar parte de las aventuras del más famoso hidalgo de la literatura universal. Tras la visita, Amorina Villarreal disfrutó de un Almuerzo de don Quijote en la sede de la Sociedad Cervantina de Alcázar, donde mientras degustaban un menú típicamente quijotesco, los miembros de la asociación cultural pudieron seguir disfrutando de los amplios conocimientos de la Dra. Villarreal. Los cervantistas alcazareños han querido agradecer a Amorina Villarreal Brasca su buena disposición a participar en estos dos actos culturales organizados por la Sociedad Cervantina y la enorme riqueza de conocimientos que han adquirido a lo largo de su visita, por lo que valoran de forma muy positiva las dos jornadas vividas en su compañía y confían en que la ciudad de Alcázar de San Juan y que la idiosincrasia de la ciudad le haya dejado una huella lo suficientemente fuerte como para que a su vez promocione nuestra ciudad por los países donde ejerce su docencia. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Amorina Villarreal Brasca una de las mayores expertas mundiales en la política y sociedad del Siglo de Oro, en Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 12/02/2025 . Amorina Villarreal impartirá una conferencia titulada «Cervantes, el conde de Lemos y los reinos de Indias: América en la España del Siglo de Oro» el viernes 14 de febrero a las 18:30 en el Museo del Hidalgo Alcázar de San Juan, 12 de febrero de 2025.- Nuestra siguiente invitada es Doctora en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, Profesora e Investigadora del Departamento de Historia de América, Medieval y Ciencias Historiográficas de la misma universidad y Directora de Revista Complutense de Historia de América. Nacida en la ciudad de Rosario, Argentina, lleva más de 25 años viviendo en España, donde ha desarrollado su trayectoria académica y profesional. En el año 2024 ha publicado el libro El duque de Lerma. Política y gestión para América en la Monarquía de Felipe III, en la Colección Historia de España y su proyección internacional, de la antigua y prestigiosa editorial Albatros. La obra es fruto de su tesis doctoral dedicada al estudio de la gestión política de las Indias durante el valimiento del duque de Lerma en el reinado de Felipe III (1598-1621), por la que ha recibido el premio extraordinario de Doctorado de la Universidad Complutense de Madrid. Es investigadora en distintos proyectos, como el Proyecto El Madrid Americano. Patrimonios compartidos y rutas turísticas en la Comunidad de Madrid, siglos XVI-XXI, que tiene como finalidad visibilizar y poner en valor el patrimonio documental, artístico y cultural de procedencia americana en la Comunidad de Madrid. Además, investiga en el Proyecto I+D Corrupción y Poder en España y América (siglos XVII-XVIII), por lo que sus estudios también comprenden la historia de la corrupción en la Edad Moderna. También pertenece al Grupo de Investigación Organización del poder y redes sociales en la Historia de América, es miembro fundacional del Seminario de Investigación en Historia Moderna de América (SIHMA) y del Seminario de Estudios Históricos Rioplatenses (SEHRIO), donde también desarrolla su actividad investigadora con metodologías interdisciplinarias de innovación y comparación. A lo largo de estos años ha participado en más de setenta congresos en Europa y América. Ha publicado diversos artículos en revistas indexadas, capítulos en libros científicos y también ha editado libros y catálogos. Dichas publicaciones representan los resultados de sus principales investigaciones sobre historia política y social de las Indias en los tiempos de la Monarquía de España. Ha realizado distintas estancias en el extranjero, como investigadora y profesora, entre las que destacan las realizadas en University of London, Reino Unido, Universidad Nacional de Rosario, Argentina, y en la Pontifica Universidad Católica del Perú. Imparte docencia reglada universitaria desde hace más de 10 años en asignaturas de la especialidad de Historia Moderna de España y de América, por la que ha recibido el diploma de excelencia del programa Docentia. Para los amantes de la historia de Alcázar de San Juan y su comarca -que nos consta que son muchos-, la Dra. Villarreal estará en nuestra ciudad impartiendo esta conferencia abierta al público con entrada libre hasta completar aforo, en la que podremos disfrutar de su amplísima preparación y aumentar nuestro conocimiento sobre aquella época tan importante de la historia de España. El sábado 15, Amorina Villarreal permanecerá en nuestra ciudad para conocer sus recursos turísticos y para participar en uno de los “Almuerzos de don Quijote” que regularmente organiza esta asociación cultural. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Mi caro y amado discípulo Fecha de Publicación: 09/02/2025 Maestro de escuela de Jan Steen (1626-1679) En cada nueva biografía de Cervantes que se publica busco el capítulo donde su autor describe dónde y cuándo, e incluso con quién, el autor del Quijote recibe los conocimientos de lectura, escritura y otras artes. Mantengo, que el «caro y amado discípulo» del maestro Juan López de Hoyos no es el Miguel de Cervantes nacido en Alcalá de Henares y bautizado en la parroquia de Santa María la Mayor el 9 de octubre de 1547, sencillamente porque este Cervantes con casi veintiún años no pudo ser discípulo del maestro López de Hoyos en el Estudio de la Villa de Madrid en 1568.La anterior biografía consultada fue Cervantes,de Santiago Muñoz Molina, publicada en 2022, en la que despacha esta parte importante de la vida de Cervantes con este breve párrafo: Aprende de niño en la escuela de López de Hoyos. Permanece solo unos cuantos meses y no ha sido concretado si como alumno o, dado que Cervantes ya pasaba de los veinte años y su edad desentonaría con la de los demás estudiantes, más jóvenes, tal vez como colaborador del maestro. Muñoz Molina pasa de puntillas sobre este más que espinoso asunto cervantino. Para Muñoz Molina, al principio de su etapa escolar con López de Hoyos Cervantes es un «niño» y «solo unos cuantos meses… ya pasaba de los veinte años». En un alarde de imaginación, casi sin precedentes en las biografías cervantinas, justifica esta relación con el maestro López de Hoyos de «tal vez como colaborador». Hasta hoy, no hay documentos que certifiquen dónde y cuándo Cervantes se sentó en el pupitre de una escuela o estudio preuniversitario. Sí disponemos de un documento, publicado en 1569, con el título Historia y relación verdadera de la enfermedad felicísimo transito, y sumptuosas exequias fúnebres de la Serenisima Reyna de España doña Isabel de Valois nuestra señora, escrito por Juan López de Hoyos, catedrático del Estudio de la Villa madrileña, donde sí aparece Miguel de Cervantes. El año anterior de 1568 fue convulso para la Monarquía Hispánica y especialmente para la villa de Madrid. Hacía siete años que la Corte se había trasladado a Madrid desde la imperial Toledo, y entre acomodos de todo tipo de personajes que la integraban y nuevos vecinos llegados de toda España para trabajar en ella, la villa estaba patas arriba entre demoliciones de casas y construcción de nuevas, problemas de higiene y salubridad en sus plazas y calles… Y en este trajín se muere el príncipe Carlos en las últimas horas del 24 de julio. Entre el entierro del príncipe en el convento de Santo Domingo el Real, sus exequias oficiales con procesiones, misas y responsos, y las ofrecidas después por el ayuntamiento de la Villa, con más procesiones, misas y responsos, Madrid no entró en cierta normalidad hasta finales del mes de agosto. Normalidad rota incesantemente por el ir y venir de carrozas y carruajes con embajadores de todo el mundo para dar el pésame al rey. Para las exequias municipales del príncipe, el ayuntamiento concertó con el maestro López de Hoyos, era funcionario municipal desde enero de ese mismo año que fue nombrado catedrático del Estudio de la Villa, para que su institución preparase las alegorías, jeroglíficos y epitafios necesarios para ilustrar los lienzos que colgarían en el convento de Santo Domingo el Real mientras estas se estaban celebrando. López de Hoyos pone a trabajar el ingenio de sus alumnos más aventajados nada más conocer el interés del ayuntamiento por que sea su Estudio el que se encargue de la parte artística en las honras por la muerte del príncipe Carlos. En su Relación de la muerte y honras fúnebres del SS. Príncipe D.Carlos, al final, orgulloso del trabajo de sus discípulos, así lo anota: «…de lo sobredicho en nuestro estudio los estudiantes hicieron muchas oraciones fúnebres, stancias y sonetos muy buenos con que dieron muestra de sus habilidades. Confío en el señor nos ayudará con su divino favor y gracia, para que ellos se vayan mejorando de virtud en virtud, y yo acierte en su buena instrucción de ciencia y costumbres». En esta Relación, el maestro López de Hoyos, aunque reconoce las habilidades de sus alumnos no nombra a ninguno de ellos. Isabel de Valois de Juan Pantoja de la Cruz (1553-1608) Museo del Prado Pero el sosiego, si es que en Madrid alguna vez lo hubo, duró bien poco. Casi no habían recogido los lutos oficiales cuando, el 3 de octubre, la reina Isabel de Valois, esposa de Felipe II, fallece durante el parto prematuro de una niña. Y Madrid se vuelve a alterar de nuevo. Solo el clamoreo de las campanas llamando a muerto, de las más de setenta iglesias y conventos de la villa, rompe el silencio por su joven querida reina. De la misma manera que con las exequias del príncipe, el ayuntamiento encargó a López de Hoyos que su Estudio preparase las alegorías, jeroglíficos, sonetos y epitafios necesarios para ilustrar los lienzos que colgarían en las paredes y columnas alrededor del túmulo preparado para la reina en el convento de las Descalzas Reales. Historia y relación verdadera de la muerte de la reina Isabel de Valois compuesta por Juan López de Hoyos BNE En este documento, el maestro está orgulloso de nuevo del trabajo de sus alumnos: «En torno al túmulo hubo todas estas letras, que de más de los ejercicios en latín que en el estudio hicieron nuestros discípulos, también compusieron en metro Castellano, y dedicado todo este tan maravilloso espectáculo, a la serenísima Reina, el ilustre ayuntamiento desta villa de Madrid». Y, ahora sí, nombra a uno de ellos, a su discípulo Miguel de Cervantes en tres ocasiones explícitamente y otra más implícitamente: Estas cuatro redondillas castellanas, a la muerte de Su Majestad, en las cuales como en ellas parece, se usa de colores retóricos y en la última se habla con su Majestad, son con una elegía que aquí va de Miguel de Cervantes, nuestro caro y amado discípulo. (fol. 147 v) Tabla: «Epitafios. 1. Primer epitafio en soneto con una copla Castellana que hizo Miguel de Cervantes mi amado discípulo.» Tabla: «Elegía de Miguel de Cervantes en verso Castellano al Cardenal en la muerte de la Reyna, trátense en ella cosas harto curiosas con delicados conceptos.» Es significativo advertir el cariño con el que el maestro trata a su discípulo del Estudio de la Villa como «nuestro caro y amado» y «mi amado discípulo», a la vez que elogia su composición «de colores retóricos», «elegante estilo» o de «delicados conceptos». No queda duda de que el maestro estaba reconociendo ya la genialidad de Miguel de Cervantes. Edificio actual en la Calle de la Villa edificado sobre el lugar donde estuvo el Estudio de la Villa y la placa que recuerda el paso de Miguel de Cervantes por la institución Todos los biógrafos cervantinos están obligados a tratar de explicar el paso de Cervantes por el Estudio de la Villa, al menos entre enero de 1568, cuando es nombrado catedrático de la institución el maestro López de Hoyos, y octubre del mismo año cuando muere la reina Isabel. Al Estudio de la Villa acudían los muchachos que ya sabían leer y escribir, con una edad de entre ocho a diez años, para formarse durante seis años en los conceptos de la Gramática, dejando la institución madrileña entre los quince o dieciséis años de edad preparados para ingresar en la universidad. Obviamente, los biógrafos echan cuentas y tienen que encajar en un pequeño pupitre de madera a un hombre de casi veintiún años. ¿Y si fuese otro niño con el mismo nombre del alcalaíno quien estuviese sentado en ese pupitre? Ninguno de los biógrafos se lo han planteado, o al menos si lo han hecho no lo han plasmado en el papel, ¿cómo van a pasar por alto un documento en el que aparece un Miguel de Cervantes elogiado por sus composiciones por el mismísimo maestro López de Hoyos? Y de una manera u otra hacen sentarse al alcalaíno en el Estudio de la Villa. Hace unos días, a finales de enero, el catedrático polaco Krzysztof Sliwa ha sacado a la luz su Vida de Miguel de Cervantes Saavedra. El autor afirma que: « … esta biografía, más completa, homogénea y vasta, en proporción con la fidelidad documental y la ordenación cronológica, retrata de cabo a rabo la construcción de la naturaleza auténtica y la historia de las hazañas del rey de la literatura española, y de sus familiares por medio del método estrictamente científico, descubridor y sistemático. Centraliza por primera vez en lo verificable y no en lo verosímil, en el escudriñamiento sumamente directo, riguroso y serio del vasto tesoro de los 4.350 documentos atestiguados hasta el presente…». Después de leer su Introducción, busco en esta voluminosa y documentada biografía cervantina a Miguel de Cervantes de estudiante. Miguel de Cervantes en Córdoba, de los seis a los diez años: «A los seis años, Miguel se encontró instalado en Córdoba, donde el 30 de octubre de 1553 su padre rubricó la escritura de obligación a favor del mercader Alonso Rodríguez…» «Se desconoce en qué escuela aprendió Miguel a leer, escribir y contar hasta la muerte de su abuela paterna, acontecida tras el 10 de marzo de 1557, aunque sabemos que asistió a la escuela primaria del licenciado clérigo Alonso de Vieras, hijo de Gonzalo de Cervantes y de Beatriz de Vieras, hermano de Alejo de Cervantes y padre de Gonzalo Cervantes Saavedra y Alonso de Cervantes Sotomayor, residente en el barrio de Castellanos.» De igual manera, resulta plausible que fuera alumno del colegio de Santa Catalina, de Córdoba, fundado el 25 de septiembre de 1553, el cual tenía dos cátedras de Teología especulativa, una de Moral, otra de Sagrada Escritura, otra de Filosofía y cuatro de Humanidades. Miguel de Cervantes entre los diez y diez y siete años en Cabra: «A mal dar. Es dejada al lado la adolescencia documental de Miguel durante siete años (de los diez a los diecisiete, 1557-1564), así como las actividades profesionales desarrolladas por el médico cirujano Rodrigo y su domicilio.» Toda la familia Cervantes-Cortinas: «De todas maneras, se da por supuesto que se hospedó temporalmente en Cabra, de 1557 a 1564, junto con su hermano el «magnífico señor» Andrés y, hasta la fecha, no ha llegado ningún dato que lo contradiga». Miguel de Cervantes con diecisiete años en Sevilla: «Cuando Miguel contaba diecisiete años, el 30 de octubre de 1564 Rodrigo trasladó su residencia a la capital andaluza, la ciudad más citada en el Quijote…» «En cualquier caso, retomando la formación de Miguel durante su juventud, no se conserva información fiable que dilucide si asistía a alguna escuela o si era «aficionado a leer, aunque sean los papeles rotos de las calles«…» «Resulta verosímil que adelantara sus estudios de gramática y retórica en el colegio jesuita de San Hermenegildo, pues este abrió tres nuevas clases: de gramática en 1561, de retórica en 1563 y de filosofía en 1564. Tampoco se excluye la posibilidad de que asistiera al colegio más antiguo de Sevilla, el de San Miguel, donde se educaba a los jóvenes en lengua latina, letras humanas, artes liberales, filosofía, religión, música y canto gregoriano, y al colegio universitario de Santo Tomás, donde había facultades de Artes y Teología». Miguel de Cervantes con dieciocho años en Madrid, estamos ya en 1565: «Miguel, de casi dieciocho años, ya estaba en Madrid, y es posible que en mayo conociera al maestre de campo Álvaro de Sande (1489-1573), muy buen amigo de su padre…» «Tampoco cabe ninguna duda de que Miguel podría haber continuado su educación con tutores privados y oyendo en su cátedra a Juan López de Hoyos, vicario de la parroquia madrileña de san Andrés y seguidor del filósofo y teólogo neerlandés Geert Geertsen (1466-1536), y quien, con toda seguridad, introdujo algunas ideas progresistas y liberales de Erasmo de Róterdam.» «… En cualquier caso, se desconoce cuándo llegó a ser Cervantes alumno de Juan López de Hoyos, elegido, el 12 de enero de 1568, rector de Gramática del Estudio de la Villa, radicado en la calle del Petril de los Consejos e instituido por el rey Alfonso XI en 1346, quien lo preparaba para el ingreso en la universidad. Igualmente, se omite qué materias le enseñaba Juan y por qué Miguel nunca aludió al cronista madrileño en sus obras. Pero el alcalaíno, entre enero de 1568 que López de Hoyos se hizo cargo del Estudio y octubre que la reina Isabel muere, no estaba en Madrid. Según el propio Sliwa: «a principios de 1567 Miguel decidió acompañar al ejército del III duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel… De cualquier manera, el 17 de abril Miguel partió con su hermano Rodrigo al puerto cartagenero… y de esta forma, Miguel, de diecinueve años, y Rodrigo, de dieciséis, llegaron a la ciudad portuaria, donde se encontraba el almirante genovés Juan Andrea Doria (1539-1606), general de la escuadra de las galeras de Génova, con treinta y siete galeras y quince banderas de infantería española de bisoños (en Tarragona se embarcarían dos más) que se había mandado levantar para izar en los presidios y guarniciones de donde salían los tercios viejos de Cerdeña, Lombardía, Nápoles y Sicilia, …» «Retomando el hilo, el 10 de mayo de 1567, en Cartagena, Miguel se embarcó con el duque de Hierro en su armada de 10.500 hombres (8.800 a pie y 1.250 a caballo), un total de diez compañías de veteranos y diecisiete de bisoños en las galeras de Juan Andrea Doria. Dejaron trece compañías de bisoños en los presidios italianos, antes de dirigirse a Flandes por la ruta militar del Camino Español desde Italia, y entraron en Bruselas el 22 de agosto de 1567.» «Hasta la actualidad no se ha rebuscado, a fondo, en los registros de soldada de los ejércitos de Felipe II para averiguar la fecha exacta de alistamiento de Miguel y Rodrigo, no obstante, soy de la opinión de que Miguel y Rodrigo se enrolaron primero como soldados de ocasión, y más adelante, a su regreso de Flandes a Madrid, hacia finales de 1568 o principios de 1569, como oficiales soldados en la compañía del capitán granadino Lope de Figueroa y Barradas, del tercio viejo de Sicilia, bajo el mando del sargento mayor general del ejército Julián Romero de Ibarrola (1518-1577)» Si el alcalaíno Miguel de Cervantes vuelve a poner un pie en Madrid «hacia finales de 1568 o principios de 1569» no pudo participar en los trabajos que los discípulos del maestro López de Hoyos compusieron para las exequias de la reina Isabel, lógicamente menos aún en las del príncipe Carlos. Sliwa encaja al alcalaíno con el maestro López de Hoyos, desde que regresa a Madrid desde Sevilla, en 1565, «quien lo preparaba para el ingreso en la universidad. Igualmente, se omite qué materias le enseñaba Juan y por qué Miguel nunca aludió al cronista madrileño en sus obras», hasta que decide marcharse al ejército con su hermano en 1567 «lo que sin duda no fue del agrado de su profesor, motivo por el cual quizá no participara en el entierro de este el 28 de junio de 1583». Para Sliwa, el alcalaíno, entre los dieciocho y veinte años, estuvo formándose para su ingreso a la universidad hasta que se alistó al ejército con su hermano Rodrigo. Me surgen unas consideraciones y algunas preguntas: – El alcalaíno se marcha al ejército a principios de 1567, con destino Italia y Flandes, regresando a finales de 1568 o principios de 1569. – Juan López de Hoyos se hace cargo en enero de 1568 del Estudio de la Villa. – La reina Isabel muere el 3 de octubre de 1568. En sus exequias, pocos días después, un alumno del Estudio de la Villa, de nombre Miguel de Cervantes, tiene escritas unas composiciones muy celebradas por su maestro. – En 1578, Rodrigo Cervantes, su padre, solicita una información ante un alcalde de corte en Madrid, para probar que su hijo Miguel, cautivo en Argel, no podrá hacer frente al rescate pedido: «… que a Miguel de Cervantes mi hijo al presente está cautivo en Argel y a mí como su padre conviene averiguar y probar como el Miguel de Cervantes mi hijo ha servido a su Majestad de diez años a esta parte…» Por tanto el alcalaíno ya estaba en 1568 en el ejército español. Archivo General de Indias, patronato, 253 – En el memorial solicitando un puesto vacante en América, que el propio alcalaíno redacta en 1590, exponiendo sus méritos y servicios a la Corona afirma «que a servido de 22 años a esta parte». Confirmándose que, aunque partiese en abril de 1567 con su hermano Rodrigo en una galera desde el puerto de Cartagena, en 1568 estaba sirviendo oficialmente en el ejército. Aún siendo posible que el alcalaíno Miguel de Cervantes y el maestro Juan López de Hoyos coincidieran en Madrid entre 1565 y principios de 1567, lo que parece fuera de toda duda, con los documentos que hoy disponemos, es que no estaba sentado el alcalaíno en uno de los pupitres del Estudio de la Villa en octubre de 1568 como alumno, escribiendo sus composiciones a la muerte de la reina. Pocas dudas me quedan ya de que, en el Estudio de la Villa, en el año 1568, bajo la atenta mirada de Juan López de Hoyos, había sentado en un pupitre otro Miguel de Cervantes, mientras el alcalaíno, vestido de soldado, caminaba por el Camino Español de Bruselas a Milán. Entonces, ¿quién es el Miguel de Cervantes, el «caro y amado discípulo del maestro Juan López de Hoyos en el Estudio de la Villa de Madrid?, ¿por qué no hay documentación de este muchacho, entre los ocho y quince años, homónimo del alcalaíno? Sliwa anota de que «es triste decirlo, pero hay multitud de documentos que han desaparecido: unos 500 según mi recuento, empero hay más; datos que habían de buscarse porque consta que existieron y ninguno de ellos se ha localizado. Pero ¿dónde están estos documentos?, ¿por qué no se han encontrado?, ¿quién los ha destruido; y si es así, ¿por qué?» Desafiantes y certeras preguntas de Krzysztof Sliwa que, de momento, no tienen respuesta. Termino, reconociendo el gran valor que esta biografía, que tengo en mis manos, tendrá en el futuro, como el mismo Sliwa lo anota: «Este estudio no solo da pie a la base para todas las biografías documentales subsiguientes y reflexiona acerca de la complejidad del campo y de las obligaciones personales y profesionales referentes a la investigación cualitativa, sino que también es la biografía más documentada que se interrelaciona y se complementa con los nuevos datos cervantinos acreditados, a menudo, dejados en el tintero ―a propósito― por lo eruditos, siendo a su vez, la más cómplice, exacta y precisa que he redactado hasta la fecha». Luis Miguel Román Alhambra Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
¡Veinticinco maravedís y medio! Fecha de Publicación: 03/02/2025 LO QUE CERVANTES DESCOSIÓ EN EL PRIMER QUIJOTE En la primera parte del Quijote hay un lugar donde se desarrollan gran parte de sus capítulos, siendo, además, un punto de referencia geográfica para situar las andanzas de don Quijote y Sancho por Sierra Morena. Se trata de una venta, a la que nuevamente don Quijote toma como castillo. Esta venta se recuerda, incluso por quienes no han leído la novela, por ser donde Sancho es manteado. En La venta cervantina de Sierra Morena y el lugar de don Quijote (2012) doy nombre a esta venta situada al final del Real Valle de Alcudia, en la entrada de Sierra Morena: La Venta de la Inés, conocida en tiempo de Cervantes como Venta del Alcalde. Una venta, en el camino real de Toledo a Sevilla, en la que Cervantes estuvo, sin duda alguna, durante el tiempo que ejerció su oficio de comisario de abastos para la Armada, entre 1587 y 1601. El proveedor general Antonio de Guevara, de quien dependía, tenía su residencia en Sevilla. Desde allí partía a los lugares encomendados con una comisión real y una vara de justicia en la mano, con los requerimientos de expropiar principalmente cereal y aceite a los enfurecidos alcaldes, curas y vecinos que veían como una buen aparte de sus cosechas eran cargadas en carretas con destino a los almacenes de la Armada en Sevilla, a cambio de librarles recibos de cobro, que bien sabían que los harían efectivos más tarde que temprano. En sus idas y venidas entre Madrid y Esquivias a Sevilla, en esta venta encontró aposento y comida, como también para la mula de alquiler que le habría tocado en suerte en cada viaje. No en vano, era una de las mejores del camino donde una persona de su cargo podía medio alojarse con cierta comodidad. En las Relaciones Topográficas de Almodóvar del Campo contestaban en 1575 que «la venta del Alcalde que es de los hijos y herederos de Esteban Sánchez, difunto, y vale mil y quinientos ducados porque renta más de cuarenta mil maravedís y hay correo de postas». A ella llegan don Quijote y Sancho Panza, en la segunda salida de hidalgo manchego. Salen de su pueblo en mitad de la noche para no ser vistos, evitando los más que seguros impedimentos de sus familias a esta aventura. Al amanecer, don Quijote ve unos descomunales gigantes, que amenazantes aparecían sobre las crestas de unos cerros. Sin temor a los más de treinta que eran, entra en batalla con uno de ellos y es derrotado, cayendo al suelo junto a Rocinante. Terminada la tan famosa batalla contra los molinos de viento, que eso es lo que en realidad eran esos gigantes, don Quijote toma la decisión de dirigirse desde allí hacia Puerto Lápice, «porque allí decía don Quijote que no era posible dejar de hallarse muchas y diversas aventuras, por ser lugar muy pasajero». Paraje donde, además de una venta, existían varias casas y quinterías de labradores. Aquí termina el primer día de aventuras Pasan la noche entre unos árboles junto al camino. Mientras Sancho duerme don, Quijote rehace su lanza con una rama seca de uno de ellos. Al amanecer siguen el camino a Puerto Lápice y lo divisan «a obra de las tres del día». Entrando en él se encuentran en el camino con dos frailes de San Benito y un coche de caballos con una señora vizcaína y sus sirvientes, que iban juntos a Sevilla. En este encuentro, don Quijote vence en su disputa con uno de los sirvientes de la señora vizcaína, aunque con una oreja maltrecha y Sancho «tendido en el suelo sin aliento ni sentido» por los golpes de los mozos de mulas de los frailes. Pasan el resto del día caminando por medio de un bosque y comen lo poco que Sancho llevaba en sus alforjas «una cebolla y un poco de queso y no sé cuántos mendrugos de pan», hasta que se les hizo de noche. Al ver unas chozas de cabreros deciden pasar la noche con ellos. Son bien acogidos por estos que, además de compartir su comida y curar la maltrecha oreja de don Quijote con remedios propios de la sabiduría pastoril, les cuentan la historia del pastor Grisóstomo, muerto por los amores no correspondidos de la hermosa pastora Marcela, y cuyo entierro se iba a celebrar al día siguiente. Aquí termina el segundo día de aventuras Después de asistir a tan sentido sepelio, al que también acudió la pastora Marcela, don Quijote y Sancho se dirigen hacia unas sierras con la intención de despojarlas de «ladrones malandrines», de las que según don Quijote, estas estaban llenas. Estas sierras forman la cordillera de Sierra Morena, frontera natural entre el Reino de Toledo y Andalucía. Paran a descansar y a comer lo poco que en las alforjas todavía llevaba Sancho Panza. Mientras, el bueno de Rocinante trata de «comunicar su necesidad»con las yeguas de unos arrieros que por allí también estaban descansando. Las yeguas tenían más ganas de comer que de otra cosa y ante la insistencia de Rocinante este fue recibido con coces y mordiscos. Peor paradas quedaron las costillas de don Quijote y Sancho al ir a defenderlo, por la gran cantidad de palos que les dieron los arrieros yangüeses. Siguieron su camino como pudieron hasta que vieron al final del día la venta. Aquí termina el tercer día de aventuras Después de pasar en la venta la noche, no sin sobresaltos y más golpes, siguen su camino por mitad de Sierra Morena. Allí tienen varias aventuras junto al camino real a Sevilla: la de los rebaños de ovejas, el cuerpo muerto, el batán, el famoso yelmo de Mambrino y la liberación de los galeotes. Desde este punto del camino, se adentran por mitad de la sierra donde se encuentran con la mula muerta de Cardenio, con este y un pastor hasta que llegan al lugar donde don Quijote decide hacer su penitencia. Localizado por sus amigos, el cura y el barbero de su pueblo, regresan todos de nuevo a la venta, también en compañía de Cardenio y Dorotea, donde después de varios encuentros y desencuentros entre más personajes que a la venta llegan, el cura y el barbero deciden como volver a casa con don Quijote «y procurar la cura de su locura en su tierra». El narrador describe precisamente este viaje de regreso a casa desde esta famosa Venta de la Inés: Y lo que ordenaron fue que se concertaron con un carretero de bueyes que acaso acertó a pasar por allí, para que lo llevase en esta forma: hicieron una como jaula de palos enrejados, capaz que pudiese en ella caber holgadamente don Quijote, y luego don Fernando y sus camaradas, con los criados de don Luis y los cuadrilleros, juntamente con el ventero, todos por orden y parecer del cura, se cubrieron los rostros y se disfrazaron, quién de una manera y quién de otra, de modo que a don Quijote le pareciese ser otra gente de la que en aquel castillo había visto. (Q1, 46) Meten a don Quijote atado de pies y manos en aquella jaula encima del carro. Después de las despedidas y parabienes de todos los que allí estaban, arranca esta comitiva compuesta por la carreta de bueyes guiados por su dueño, el cura y el barbero sobre sus mulas, y Sancho Panza en su borrico llevando de las riendas a Rocinante. Como escoltas, el cura había concertado que los cuadrilleros de la Santa Hermandad les acompañasen hasta su pueblo. El paso, lógicamente, lo marcaban «el paso tardo de los bueyes». A unas tres leguas de la venta paran a comer. Con ellos comen un canónigo de Toledo y sus acompañantes que les habían alcanzado en el camino, y un cabrero que se acerca a ellos persiguiendo a una cabra. Liberado don Quijote de su cárcel para hacer sus necesidades y comer, de nuevo más y más golpes, ahora este cabrero. En fin, don Quijote y el cabrero terminan con la cara ensangrentada por los golpes mutuos, quedando en paz al escuchar que se acercaba una procesión de rogativas para que lloviese. De nuevo malos entendidos y más golpes que dan con don Quijote en el suelo mal parado. Cansado, pide a Sancho le vuelva a meter en el carro y todos se despidieron quedando tan solo el cura, el barbero y Sancho con el carro de bueyes y el boyero en dirección a casa: El boyero unció sus bueyes y acomodó a don Quijote sobre un haz de heno y con su acostumbrada flema siguió el camino que el cura quiso, y a cabo de seis días llegaron a la aldea de don Quijote, adonde entraron en la mitad del día, que acertó a ser domingo y la gente estaba toda en la plaza, por mitad de la cual atravesó el carro de don Quijote. (Q1, 52) Desde que salen de su casa, don Quijote y Sancho tardan tres días en llegar a la venta y en su regreso seis, cinco y medio si consideramos que llegan «en la mitad del día». Es evidente que el paso, la velocidad de marcha, de esta comitiva lo marca el paso tardo de los bueyes que tiran de la carreta donde va enjaulado don Quijote. En Historia de los caminos de España, de José I. Uriol, encontramos descrito como era el transporte de mercancías en carretas tiradas por bueyes, y sus privilegios de paso y pasto: «Sobre las carreterías sabemos que, además de efectuar transportes privados, prestaban ordinariamente servicios de carácter público,…; que la velocidad de marcha de estas cuadrillas era del orden de unas tres a cuatro leguas al día» Este paso lento, es muy similar al paso de Rocinante, que andaba media legua a la hora, la mitad de un caballo normal. Si bien, las mulas del cura y el barbero tuvieron que acortar su paso, Rocinante iba cómodo al paso de los bueyes. Por tanto, este paso tardo de los bueyes no justifica esta diferencia de tiempo en realizar aproximadamente el mismo recorrido. Muchos autores han escrito miles de páginas, y lo siguen haciendo, sobre el “olvido”, en la primera edición de la primera parte del Quijote, del robo del borrico de Sancho Panza en Sierra Morena. Olvido del autor o descuido del impresor, como diez años después Cervantes hace puntualizar a Sancho sobre este suceso: «…que el historiador se engañó, o ya sería descuido del impresor» (Q2, 4). Los primeros lectores de esta primera edición, sin duda alguna, advirtieron este descuido, de uno o del otro, de forma tan sonora en los círculos o mentideros de la Villa, que en la segunda edición de esta primera parte, también impresa en el taller de Juan de la Cuesta, se intercalan en el texto tanto la versión del robo como la de la recuperación del borrico (Q1, 23 y 30) Pero si se ha escrito tanto de este olvido, no se ha hecho, ni los primeros lectores ni los críticos cervantistas, sobre esta diferencia tan importante de tiempo de viaje de los protagonistas por un mismo espacio real tan concreto. ¿Está justificado este tiempo para un lector de la primera parte del Quijote porque la vuelta es al paso lento de los bueyes? A esta primera pregunta, sí puede ser que para el lector de principios del siglo XVII el regreso de don Quijote en carro tirado por bueyes justificase en su mapa mental la diferencia tan importante de tiempo. Más cuando, poco antes de iniciar este regreso, don Fernando quiere que Dorotea termine su actuación como princesa Micomicona de ir hasta el lugar de don Quijote, y Cervantes precisa el tiempo que a caballo se tardaría en llegar, y por tanto para cualquier viajero la distancia que separa la venta y su pueblo: Ofreciose Cardenio de proseguir lo comenzado, y que Luscinda haría y representaría la persona de Dorotea. —No —dijo don Fernando—; no ha de ser así, que yo quiero que Dorotea prosiga su invención, que como no sea muy lejos de aquí el lugar deste buen caballero, yo holgaré de que se procure su remedio. —No está más de dos jornadas de aquí —dijo el cura. —Pues aunque estuviera más, gustara yo de caminallas a trueco de hacer tan buena obra. (Q1, 37) Cervantes desde el inicio del Quijote ya nos describe las condiciones de Rocinante, como la de un caballo de la misma triste figura que su amo, aquejado de la enfermedad de los “cuartos” en sus pezuñas, que casi lo invalidaban para el paso. El mismo ventero, antes de oficiar el nombramiento de caballero en el patio de la venta, lo tasa como «ni aún la mitad» que cualquier caballo normal, condición por la que don Quijote justifica poco después de su caída ante los mercaderes toledanos: «¡No fuyáis, gente cobarde! ¡Gente cautiva, atended; que no es por culpa mía, sino de mi caballo, estoy aquí tendido» (Q1, 4). Según el narrador «Lo que parecía un triunfo fácil sobre aquellos mercaderes toledanos, por un simple tropiezo de Rocinante se torna en derrota con el molimiento de las costillas de don Quijote», no es hasta la segunda parte, publicada diez años después, cuando Cervantes cuantifica precisamente el paso o trote de Rocinante como la mitad que un caballo. ¿Le habrían llegado quejas del error de bulto entre la ida y la vuelta? Para Sancho, su borrico «vale dos veces más que el caballo de mi amo» (Q2, 13). Y para que no quedase duda, en la batalla contra Sansón Carrasco, disfrazado del Caballero de la Blanca Luna, la distancia que separa a ambos antes de iniciar la justa, dos partes la recorre el caballo de Sansón Carrasco y una Rocinante, justo la mitad, cuando el simple encontronazo entre los caballos, tiró por la arena de la playa a Rocinante y a don Quijote: …volvieron entrambos a un mesmo punto las riendas a sus caballos; y como era más ligero el de la Blanca Luna, llegó a don Quijote a dos tercios andados de la carrera, y allí le encontró con tan poderosa fuerza, sin tocarle con la lanza ―que la levantó, al parecer, de propósito―, que dio con Rocinante y con don Quijote por el suelo una peligrosa caída. (Q2, 64) Un ingenioso recurso creativo de Cervantes que, además de dar una imagen de caballero y caballo similar, ralentiza el tempo del cuento y posibilita que no solo las aventuras se produzcan de frente en los caminos, sino que otros protagonistas alcancen con sus caballerías al bueno de Rocinante. Por ejemplo, el Caballero del Verde Gabán les alcanza en el camino: «En estas mismas razones estaban cuando los alcanzó un hombre que detrás dellos por el mismo camino venía sobre una muy hermosa yegua tordilla» (Q2,16), o en el camino a la Cueva de Montesinos, don Quijote y Sancho, son alcanzados por dos estudiantes y dos labradores «que sobre cuatro bestias asnales venían» (Q2, 19). Vemos, por tanto, que el paso de Rocinante era muy similar al de los bueyes, lo que no justifica la diferencia de tiempo entre el viaje de ida y el de vuelta. ¿Estamos en otro lapsus de Cervantes, para unos o descuido del impresor para otros, como en el robo del borrico de Sancho, aunque no tan llamativo al simple lector ni al cervantista más crítico? Cervantes es un experimentado viajero por obligación, más que de por devoción, de sus funciones de comisario y otros encargos más o menos conocidos. Conoce perfectamente este Camino de Toledo a Sevilla, tan importante y transitado en la época, como también los que comunicaban lugares del reino de Toledo y Andalucía, posiblemente también por negocios particulares o familiares. Si en el Quijote hay una parte anotada precisamente en los espacios y tiempos que separan algunos puntos o referencias geográficas, es en esta segunda salida de su casa del hidalgo manchego: 1. Distancia entre el lugar del encuentro con los yangüeses y la famosa venta de Sierra Morena: «Y la suerte, que sus cosas de bien en mejor iba guiando, aún no hubo andado una pequeña legua cuando le deparó el camino, en el cual descubrió una venta, que a pesar suyo y gusto de don Quijote había de ser castillo.» (Q1, 15). 2. Distancia a caballo entre la venta y el lugar de don Quijote: «No está más de dos jornadas de aquí —dijo el cura». A unas diez o doce leguas por día a caballo, en verano y en llano como acontece en esta salida de don Quijote, la venta no estaría a más de 20-24 leguas del lugar de don Quijote. Esta forma de cuantificar un espacio a través del tiempo que se tarda en recorrerlo, todavía hoy lo hacemos: “tardo en llegar a mi trabajo veinte minutos andando”. En nuestro mapa mental somos capaces, casi inconscientemente, de calcular que el trabajo está a unos 1-2 kilómetros. 3. Don Quijote tarda en llegar desde la venta a su pueblo seis días sobre un carro tirado con bueyes: El boyero unció sus bueyes y acomodó a don Quijote sobre un haz de heno y con su acostumbrada flema siguió el camino que el cura quiso, y a cabo de seis días llegaron a la aldea de don Quijote, adonde entraron en la mitad del día, que acertó a ser domingo y la gente estaba toda en la plaza, por mitad de la cual atravesó el carro de don Quijote. (Q1, 52) Al paso tardo de los bueyes, a 3-4 leguas por día, el lugar de don Quijote se encuentra entre 18-24 leguas de la Venta de la Inés. Como podemos apreciar esta distancia coincide con la calculada por el cura «No está más de dos jornadas de aquí» a caballo, unas 20-24 leguas. 4. Distancia de dos leguas por el camino de Toledo a Sevilla entre la venta y la entrada a la sierra hacia el lugar de la penitencia, «que estaría hasta dos leguas de allí» (Q1, 29). Este es el mismo punto donde se encontraron con la cadena de galeotes. Una vez que han convencido a don Quijote de volver a su casa, con el cuento de acompañar a la princesa Micomicona, don Quijote, Sancho, Dorotea, cura, barbero y Cardenio, ya en este punto del camino inician el camino hacia la venta «que estaría hasta dos leguas de allí». 5. Distancia de tres cuartos de legua entre este punto en el camino de Toledo a Sevilla y la zona de la penitencia. Después de la liberación de los galeotes, por más miedo a la Santa Hermandad que otra cosa, don Quijote y Sancho dejan el camino y se adentran por mitad de la sierra hasta el lugar donde don Quijote decide quedarse a hacer penitencia. Por este mismo punto sale Sancho con intención de ir a El Toboso. Una vez que llega a la venta y es reconocido por el cura y el barbero vuelve con ellos en busca de don Quijote: «Tres cuartos de legua habrían andado, cuando descubrieron a don Quijote entre unas intrincadas peñas…» (Q1, 24) 6. Ocho leguas es la distancia que separa el punto del encuentro de don Quijote, Cardenio El Roto y Almodóvar del Campo. Abandonado el camino, después del encuentro con lo galeotes, y antes de llegar al lugar de la penitencia, don Quijote y Sancho se encuentran con una mula muerta que pertenece a Cardenio que andaba por aquel entorno tratando de sobrevivir de lo que quitaba a los cabreros. Uno de ellos, en conversación con don Quijote y Sancho, les cuenta cómo querían ayudar a Cardenio de su extraña enfermedad: —Y en verdad os digo, señores —prosiguió el cabrero—, que ayer determinamos yo y cuatro zagales, los dos criados y los dos amigos míos, de buscarle hasta tanto que le hallemos, y después de hallado, ya por fuerza, ya por grado, le hemos de llevar a la villa de Almodóvar, que está de aquí ocho leguas, y allí le curaremos, si es que su mal tiene cura… (Q1, 23) Este encuentro con Cardenio y el viejo cabrero se produce a una media legua del camino real de Toledo a Sevilla, en mitad de la sierra, poco antes del lugar de la penitencia. Sigamos el itinerario que en el Reportorio de todos los caminos de España de Juan de Villuga, publicado en 1546. En el itinerario entre León y Sevilla, pasando por Toledo. De Almodóvar del Campo a la Venta de Tartanedo, hay dos leguas, de Tartanedo a la Venta del Molinillo otras dos leguas, de la Venta del Molinillo a la Venta del Alcalde solo media legua. En total, desde Almodóvar y esta Venta del Alcalde o de La Inés hay cuatro leguas y media. Desde la Venta de la Inés al punto donde don Quijote y Sancho dejan el camino para adentrarse por medio de la sierra hay dos leguas, y una media legua más hasta que se encuentran con Cardenio y el cabrero. En total, obtenemos una distancia de siete leguas entre este punto y Almodóvar del Campo, una menos de las ocho que nos describe el cabrero. Esta guía de caminos, como la editada por Alonso de Meneses en 1576, tiene errores o contradicciones entre algunos de sus itinerarios. Por ejemplo, en el itinerario de Toledo a Córdoba, una parte del mismo camino, Villuga omite la Venta de Tartanedo y anota solo tres leguas y media entre Almodóvar y la Venta del Alcalde, cuando con un simple vistazo en un mapa esta distancia es mucho mayor. Con la intención de volver a estar con Felipe Ferreiro, el propietario de la Venta de La Inés, recorrí en 2016 parte del camino de Toledo a Sevilla, precisamente entre Almodóvar del Campo y esta venta, para después seguir el camino hasta el lugar de la penitencia de don Quijote, que dio lugar a mi ensayo Las aventuras de don Quijote en Sierra Morena. El camino se puede seguir no sin cierta dificultad en algunos tramos. Muy distinto a cuando Cervantes transitaba por él, uno de los mejores y principales caminos de rueda de la península. No en vano era el camino por el que funcionarios y viajeros tenían que transitar desde la Corte para embarcarse en Sevilla hacia el Nuevo Mundo, o a su regreso, como mucha de la mercancía que llegaba tras cruzar el Atlántico. Inicié mi camino desde la Plaza Mayor de Almodóvar del Campo. A unos 15,5 km llego a un pequeño núcleo urbano conocido como Estación de Veredas-Brazatortas, creado alrededor de la antigua estación ferroviaria de Veredas, en la línea de Ciudad Real-Badajoz. A las afueras, junto a las casas edificadas entre finales del siglo XIX y el XX, se distingue las ruinas de lo que en tiempo de Cervantes fue la Venta de Tartanedo. Restos de la Venta de Tartanedo Sigo la vieja traza del camino, y, a 30,4 km de Almodóvar del Campo, casi terminando de atravesar el Real Valle de Alcudia paso junto a una casa de labor, conocida hoy como de la Divina Pastora, contruida sobre los cimientos de la antigua Venta del Molinillo. Desde aquí, casi se podría ver la Venta del Alcalde si no fuera porque lo impide la línea ferroviaria del AVE Madrid-Sevilla. Descontando el pequeño rodeo que hay que hacer para cruzar las vías del ferrocarril por un paso inferior llego a las mismas puertas de la Venta de la Inés, donde me esperaba Felipe, con el que, de nuevo, volví a quedarme encantado de su memoria y fina ironía manchega. Había recorrido 33 km desde que salí de la plaza de Almodóvar del Campo por el Camino de Toledo a Sevilla. Hago cuentas y estoy a cinco leguas y media de camino de Almodóvar del Campo. Sumo las dos leguas anotadas por Cervantes, desde la venta hasta el punto donde don Quijote se adentró en la sierra, y una media legua más, hasta donde se encontró con el cabrero, y resultan ocho leguas, las mismas a las que refería el cabrero que habían de allí a Almodóvar. No cabe duda de que, tanto Almodóvar del Campo como la venta y el punto de reunión del cabrero, son espacios reales que Cervantes conoce bien y los utiliza como recurso narrativo para dar verisimilitud a su cuento en esta parte de Sierra Morena. 7. Más de treinta leguas separa el lugar de la penitencia y El Toboso. Don Quijote una vez elegido el lugar de su penitencia encarga a Sancho Panza que lleve una carta a Dulcinea, a El Toboso. Sancho aprovecha para que, en el mismo librito de notas, escriba una nota a su sobrina para que le entregue tres de los borricos que tenía don Quijote en su cuadra. Sancho, al que le había robado su borrico uno de los galeotes tiene que hacer el viaje hasta El Toboso con Rocinante, y aprovechando que tiene que pasar por su pueblo podría hacerse de nuevo con un nuevo borrico. Esto decía la cédula: «Mandará vuestra merced, por esta primera de pollinos, señora sobrina, dar a Sancho Panza mi escudero tres de los cinco que dejé en casa y están a cargo de vuestra merced» (Q1, 25) Sancho se pone en camino y cuando pasa por la venta, en la que le habían manteado, es reconocido por el cura y el barbero, que los estaban buscando, y le convencen para regresar a por don Quijote. Ya de vuelta a la venta, de nuevo, junto a Dorotea, el cura, el barbero y Cardenio, don Quijote le dice a Sancho: «¿Sabes de qué estoy maravillado, Sancho? De que me parece que fuiste y veniste por los aires, pues poco más de tres días has tardado en ir y venir desde aquí al Toboso, «habiendo de aquí allá más de treinta leguas» (Q1, 31) Hago el cálculo de la distancia real del camino que habría tenido que hacer Sancho para llegar a El Toboso. Anoto las distancias en leguas de camino y km reales, entre los distintos puntos o lugares de paso: -Desde el lugar de la penitencia en Sierra Morena, en mitad de la Sierra de La Garganta, y el Camino de Toledo a Sevilla «tres cuartos de legua» (4,5 km) -Desde este punto del camino real hasta la Venta de la Inés «que estaría hasta dos leguas de allí» (12 kilómetros) -Venta del Alcalde-Almodóvar del Campo: cinco leguas y media (33 km) -Almodóvar del Campo-Caracuel: tres leguas (20,7 km). En las Relaciones de Almodóvar «… que es una villa pequeña de esta jurisdicción a tres leguas, que hoy se llama Caracuel» -Caracuel-Ciudad Real: tres leguas (20,8 km). En el Reportorio de Villuga y Meneses «III leguas». -Ciudad Real-Villarrubia de los Ojos: seis leguas (34,2 km). En las Relaciones de Villarrubia «… que yendo por el camino derecho desde esta villa a Ciudad Real hay seis leguas» -Villarrubia de los Ojos-Herencia: cuatro leguas (28,8 km). En las Relaciones de Herencia «…al poniente de esta villa está un pueblo que se dice Villarrubia, cuatro leguas de esta villa de las ordinarias» -Herencia-Alcázar de San Juan: dos leguas (13,3 km). En las Relaciones de Herencia «… que desde esta villa está hacia la parte donde sale el sol la villa de Alcázar dos leguas ordinarias camino derecho» -Alcázar de san Juan- El Toboso: 4 leguas (24,1 km) En total 30 leguas y cuarto de camino, y por kilómetros reales 191,4 km, casi treinta y dos leguas de camino separa el lugar de la penitencia de El Toboso. Es increíblemente preciso don Quijote en anotar: «habiendo de aquí allá más de treinta leguas». Cervantes, para precisar tanto esta distancia, debió de haberla recorrido más de una vez en su vida al paso de su mula. Solo queda aquí hacer una última comprobación final. Desde la venta a Alcázar de San Juan, el lugar de don Quijote, hay 23,5 leguas de camino, cálculo que coincide precisamente con las anotaciones anteriores: «Al paso tardo de los bueyes, a 3-4 leguas por día, el lugar de don Quijote se encuentra entre 18-24 leguas de la Venta de la Inés. Esta distancia coincide con la calculada por el cura «No está más de dos jornadas de aquí» a caballo, unas 20-24 leguas» Es ahora evidente que Cervantes conoce estos parajes y lugares, y las distancias que los separan precisamente, no solo los caminos que venían reflejados en las guías de caminos de su época sino también otros menos importantes en esta parte de la Mancha. Si esto es así, ¿cómo es posible que en la novela don Quijote tardase tres días en llegar a la venta desde su casa y seis en regresar, cuando el paso de Rocinante como el de los bueyes y el espacio recorrido son similares? Algo no se ajusta al cuento. Geográficamente hay un salto evidente entre el final de la aventura con el vizcaíno, en Puerto Lápice, y la zona, ya cercana a los inicios de Sierra Morena donde pasan esa noche con unos cabreros, antes del entierro de Grisóstomo. Después del entierro tratan de seguir a la pastora Marcela encontrándose con los yangüeses, llegando al final del día a la venta. Entre el final de la aventura de Puerto Lápice y el encuentro con los pastores hay tres días que han desaparecido del cuento. Ahora surgen unas nuevas consideraciones y preguntas. Si es evidente que hay un salto de espacio y tiempo de tres días en esta primera parte del Quijote ¿se quedaron en algún cajón del escritorio de Cervantes aguardando mejor ocasión las aventuras que ocurrieron en ellos?, si es así ¿qué le motivo para hacerlo? Antes de ver la luz esta primera parte del Quijote, a mediados del mes de enero de 1605, Cervantes tuvo que tener varias entrevistas durante el año 1604 con el librero Francisco de Robles, que sin duda estaba muy interesado en comprarle el manuscrito, hasta llegar a un acuerdo de cesión de sus derechos de autor por un determinado dinero. Detalle de la impresión del Quijote (1605) AHN, Consejos, doc. 1159 Cervantes solicita al Consejo de Castilla el privilegio de impresión de «un libro intitulado El Ingenioso hidalgo de la Mancha» por veinte años. No conocemos la fecha de esta solicitud porque el documento no está fechado. En el expediente de la solicitud guardado en el AHN sí aparece el informe favorable del cronista real Antonio de Herrera fechado en Valladolid el once de septiembre. Este privilegio es concedido finalmente el veintiséis de septiembre de 1604 pero solo para diez años. Por el tiempo que se tardaba en imprimir un libro a principios del siglo XVII, es muy posible que el librero Robles encargase al impresor Cuesta imprimirlo a falta del primer pliego, con sus cuatro folios, en el que debía añadirse el Testimonio de erratas, firmado el «primero de Diciembre, de 1604» por el licenciado Francisco Murcia, y la Tassa, en la que quedaba fijado el precio de venta en «doscientos y noventa maravedís y medio», firmada en Valladolid «a veinte días del mes de Diciembre, de mil y seiscientos y cuatro años». Una vez compuestas las ocho planas de este pliego con la portada, la tasa, el testimonio de erratas y el privilegio el libro, sin encuadernar, salió por fin a la venta. El licenciado Francisco Murcia debió cotejar durante el mes de noviembre el manuscrito y una copia ya impresa, o al menos eso debió de haber hecho, para afirmar que «Este libro no tiene cosa digna que no corresponda a su original», por lo que el famoso episodio del robo del burro ya estaba así impreso y, según este licenciado, fielmente copiado del manuscrito de Cervantes. El escribano Juan Gallo de Andrada, en sus funciones de tasador, certifica y da fe que El ingenioso Hidalgo de la Mancha «tiene ochenta y tres pliegos», los que corresponden exactamente a la primera edición princeps de la novela. Por tanto, la decisión de Cervantes de dejarnos sin tres días de las aventuras de don Quijote y Sancho ya la había tomado con antelación. Nunca sabremos el motivo. Mi opinión, como simple lector desocupado, del motivo que le llevó a Cervantes, o al librero Robles, para dejarnos sin tres días de aventuras, entre Puerto Lápice y la venta de Sierra Morena, fue el precio final del libro que tendría que pagar un lector en la librería madrileña del librero, esos «doscientos y noventa maravedís y medio», relacionados directamente con el número de pliegos que lo componían. Esto o que el librero no quiso rascarse más el bolsillo y pagarle a Cervantes unos pocos maravedís más por unos cuantos pliegos de más, por lo que el autor los quitó del manuscrito. Y argumento mi opinión. Esta primera parte del Quijote contiene un cuento en el que desaparecen nuestros protagonistas: la Novela del Curioso impertinente. Este texto aparece intercalado cuando llegan a la venta «la cuadrilla de don Quijote»: don Quijote y Sancho, con el cura, el barbero, Dorotea y Cardenio. Don Quijote se retira a descansar al camaranchón porque venía muy cansado. El resto, después de comer, junto con el ventero, su mujer, su hija y Maritornes, hablan entre ellos sobre el mal de don Quijote y que, según el cura, fue la lectura de los muchos libros de caballerías que disponía nuestro hidalgo, la causante de su falta de juicio. El ventero muestra su desacuerdo con el cura, pues él mismo tiene dos o tres en una maleta que un viajero olvidó y que se leen en su venta por quienes pasan por allí. Entre críticas de uno y justificaciones del otro sobre los libros de caballerías y más precisamente por estos tres que contenía la maleta, el cura observa que además en la misteriosa maleta había unos papeles manuscritos con el título Novela del Curioso impertinente. El cura a petición de los demás accede a leerla en voz alta. Esta novela de corte romántica italiana, muy del gusto del tiempo de Cervantes, se intercala en los capítulos 33 al 35 íntegros, en ocho pliegos de los ochenta y tres que componen esta primera parte del Quijote. Terminada la lectura del Curioso comienza el capítulo 36, «Que trata de la brava y descomunal batalla que don Quijote tuvo con unos cueros de vino tinto, con otros raros sucesos que en la venta le sucedieron», apareciendo Sancho alborotado de ver a don Quijote dar cuchilladas a unos cueros de vino. Cervantes cose hábilmente esta novelita en medio de la siesta que se había tomado don Quijote, mientras los demás comen y conversan sobre los libros de caballerías. Tengo que confesar que cuando vuelvo a releer esta primera parte del Qujote me salto estos tres capítulos, buscando de nuevo a don Quijote y a Sancho. Y parece que a los primeros lectores de 1605 también les llegó a suceder lo mismo que a mí, cuando Cervantes hace decir a Sansón Carrasco, al principio de la segunda parte del Quijote, que: «Una de las tachas que ponen a la tal historia —dijo el bachiller— es que su autor puso en ella una novela intitulada El Curioso Impertinente, no por mala ni por mal razonada, sino por no ser de aquel lugar, ni tiene que ver con la historia de su merced del señor don Quijote» (Q2, 4) ¿Fue idea de Cervantes o del libreo intercalar esta novela, que impresa suelta no tendría venta y ni beneficios? ¿Pasó lo mismo con la historia del capitán cautivo y la del oidor, su hermano, que llega justo a la venta al acabar la lectura del Curioso? De nuevo, el mismo Cervantes reconoce haber utilizado este recurso o reciclaje de obras suyas en el primer Quijote cuando dice el narrador: «…y que por huir deste inconveniente había usado en la primera parte del artificio de algunas novelas, como fueron la del Curioso Impertinente y la del Capitán cautivo, que están como separadas de la historia…» (Q2, 44) Más y más preguntas me surgen al no disponer del manuscrito original del Quijote, donde estarían estos tres días y sus aventuras en el camino de Puerto Lápice a Almodóvar del Campo, que tanto echo en falta, quizás, ¡por unos veinticinco maravedís y medio! Luis Miguel Román Alhambra
Chals Oskar Silva Conchucos de Churín (Perú) es el ganador del cuarto concurso de cartas a los Reyes Magos de Café Monago Fecha de Publicación: 12/01/2025 De izquierda a derecha: Constantino López, Manuel Rubio (secretario del Jurado) José Antonio Castellanos (Rey Melchor, Monago), Juan Bautista Mata (presidente), Enrique Lubián y Luis Miguel Román (vicepresidente) . Este año dos de los premios en metálico han viajado al continente americano, siendo el primer premio para Perú por la carta «La última luz del monasterio» y el segundo para María Sofía Abarca de Mendoza (Argentina). El domingo 12 de enero a las 18:00 se han dado a conocer en directo los ganadores del concurso que ha tenido una excelente participación y una calidad de alto nivel Alcázar de San Juan, 13 de enero de 2025.- A las 18:00 del domingo, desde el Café Monago de Alcázar de San Juan, Manuel Rubio (secretario del jurado) leyó el acta con el fallo del jurado, dando a conocer el nombre de los diez finalistas en orden inverso. Todos ellos han obtenido un diploma de reconocimiento por el mérito de sus trabajos. Tras la lectura del acta, Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la SCA, anunciaba en último lugar (prologando el suspense) el nombre del ganador de este del 4º concurso: Chals Oskar Silva Conchucos de Perú, así como del resto de finalistas de esta edición de cartas a los Reyes Magos “Café Monago” organizado por la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan y patrocinado por Centro de Conductores Rondilla y por Aplicaciones Tecnológicas Alcázar. El encuentro ha sido transmitido en directo a través del canal de YouTube de la Sociedad Cervantina de Alcázar, donde se encuentra el vídeo completo del evento. El acto ha estado conducido por Luis Miguel Román Alhambra (vicepresidente de la SCA), y tras el anuncio de los premiados, ha tenido lugar la lectura de la carta ganadora a cargo de nuestro socio Manuel Castellanos que con su voz de actor de doblaje ha cautivado a cuantos han seguido el acto. Este año no ha podido estar presente y ha grabado un magnífico audio. Esta es la lista completa de las cartas mejor valoradas: 1.er Premio, Diploma y 100 euros a Chals Oskar Silva Conchucos (Churín, Perú), por «La última luz del monasterio», con 214 puntos. 2.º Premio, Diploma y 50 euros a María Sofía Abarca (Mendoza, Argentina), por «De cómo los Reyes Magos fueron confundidos con caballeros andantes y otros graciosos ingenios dignos de feliz recuerdo», con 208 puntos. 3.º Premio, Diploma y 50 euros a Mela Ortiz Arbones-Dávila (Madrid), por «La maestra», con 206 puntos. 4.º Premio, Diploma a Luis David San Juan Pajares (Segovia), por «Confesiones (no para mi)», con 205 puntos. 5.º Premio, Diploma a María Jesús Echániz Iturriaga (Castro Urdiales), por «Como niños», con 202 puntos. 6.º Premio, Diploma a Antonio Olmos Belmonte (Murcia), por «Carta de un niño especial», con 201 puntos. 7.º Premio, Diploma a Lorena Díaz Moreno (Leganés), «Helio en el futuro», con 195 puntos. 8.º Premio, Diploma a Pablo Miguel Argudo (Valencia), por «El concierto de los colores», con 194 puntos. 9.º Premio, Diploma a Jorge Almagro Bolívar (Almería), por «Una partida de cartas que nunca terminó», con 193 puntos. 10.º Premio, Diploma a Sonia Pilar Barrilero Villajos (Alcázar de San Juan), por «De amor, muerte y esperanza», con 192 puntos. Nuevamente, queremos reseñar que a pesar de que el tema es único y cerrado, y teniendo en cuenta que el estilo epistolar es bastante limitado, ello no ha sido obstáculo para que los escritores hayan puesto en práctica su desbordante imaginación y hayan compuesto cartas muy bonitas, y aunque muchas han recordado la difícil situación de las personas afectadas por la reciente Dana que afectó a parte de las Comunidades de Castilla-La Mancha y de la Comunidad Valenciana y por ende las dificultades a que se encuentran sometidos -sin culpa-, los niños que habitan esos territorios, la mayoría de participantes ha optado por reivindicar la alegría de esa noche mágica y por la ilusión con que niños y mayores esperamos la llegada de los Magos de Oriente, por la esperanza que aporta a nuestras vidas. Un año más, los escritores han tenido un cariñoso recuerdo para los mayores y para los que ya no están con nosotros. Recordarlos, aunque sea de forma epistolar, hace que se mantengan vivos en nuestros corazones. Los miembros del jurado quieren señalar que siempre se ven sorprendidos por la agudeza y estilo narrativo de algunos autores, que hace que sea más placentero el trabajo de emitir una valoración. Después de conocer los trabajos premiados, hemos realizado una breve investigación para conocer más a fondo a sus autores y hemos encontrado que al menos los cinco primeros son escritores con un “recorrido”. Concretamente del Ganador Chals Oskar Silva Conchucos podemos decir que ha ganado el IX Concurso “La malvaloca” de la Asociación Klias (Alicante) por su trabajo en poesía «Amanecer sin sombras», en noviembre de 2024. De la segunda clasificada, la mendocina María Sofía Abarca, decir que ha ganado el IX Certamen de Poesía Amalio Gran, en Villena (Alicante) por su trabajo «Duele tanto atravesarse con un ruiseñor» en diciembre de 2024. También obtuvo recientemente una Mención de Honor el en Certamen Internacional Notas Migratorias César Vallejo de Perú. Podemos decir que Mela Ortiz es concursante habitual en concursos por su fino y depurado estilo y que al igual que este año, obtuvo el tercer premio en nuestro concurso del pasado año. Lo mismo ocurre con Luis David Sanjuan Pajares, ganador del 17 Certamen de Narrativa solidaria Osmundo Bilbao Garamendi (Muskiz) en diciembre 2023, que, aunque por segundo año consecutivo ha quedado en cuarta posición (al borde del premio económico), su estilo gusta y la prueba son sus buenas clasificaciones finales. La quinta clasificada María Jesús Echániz Iturriaga es ilustradora y poeta, habiendo participado en concursos de relatos como Vinarfest o Esta Noche te cuento. En unos días se publicará en las redes y web de la Sociedad Cervantina de Alcázar un documento en formato pdf conteniendo las diez mejores cartas de esta edición para solaz y disfrute de todos nuestros amigos y seguidores y quizás también para que sirva de inspiración a futuros participantes en la edición de 2026. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
La Sociedad Cervantina de Alcázar visita el museo Palmero en Almodóvar del Campo Fecha de Publicación: 06/01/2025 . Miembros de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan han sido acogidos por Carmen Cervera de Gregorio en Almodóvar del Campo para una visita guiada al Museo Palmero y otros recursos cervantinos de la localidad Alcázar de San Juan, 06-01-2025.- En la mañana del jueves 2 de enero, una delegación de miembros de la Sociedad cervantina de Alcázar viajaba hasta Almodóvar del Campo para conocer el Museo Palmero, donde Carmen Cervera les enseñó muchas de sus curiosidades. El Museo Palmero muestra la vida y obra del pintor Alfredo Palmero (1901-1991) en la que fue su casa natal en Almodóvar del Campo. Además de una parte de sus cuadros, el museo conserva objetos personales, esculturas, cerámica y obras de arte. Fundado en los años 60 del siglo pasado, entrañable por sus obras, recuerdos y vivencias, es el lugar escogido para perpetuar la obra de este genial artista. La visita al museo tiene un marcado sentido cronológico que contempla las tres etapas fundamentales en la vida y obra del artista: Inicios y formación (de 1914 a 1937), El fin de la guerra y Barcelona (de 1937 a 1958) y El éxito (de 1958 a 1981). En 1920, realizó su primera exposición en el Casino de Ciudad Real. Posteriormente, viajó a París e Italia, donde entró en contacto con las principales corrientes artísticas de la época, incluyendo el impresionismo y el realismo moderno. A su regreso a España, trabajó como profesor en institutos de Ciudad Real, Burgos, Toledo y Barcelona, ciudad donde finalmente se estableció. A partir de su tercera etapa, la temática de sus cuadros es cada vez más libre y variada. La huella de París y sus ambientes es uno de sus temas más conocidos. Recreó también los tipos y lugares de los felices años 20, sus famosos cafés de Madrid, parís o Roma. La libertad de los caballos está presente en toda su obra. Las escenas de toros con los incendiados cielos de la Mancha y también la mujer, la mujer en toda su esencia. Durante 30 años el ya conocido como “Maestro Palmero” cosecha grandes éxitos. Realiza de la mano de su hijo Alfredo cientos de exposiciones nacionales e internacionales: Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Bruselas, Luxemburgo, París, caracas, Múnich, Osaka, Miami, Ámsterdam, Nueva York, La Haya, Lisboa… siendo su obra conocida en el mundo entero. La pasión de Palmero por Cervantes desde su primera juventud, le llevó a plasmar con gran fuerza y destalle no sólo sus aventuras sino también sus personajes. “La colección cervantina” del maestro Palmero consta de 125 retratos de los personajes que aparecen en el Quijote. Realizada entre 1979 y 1991 está expuesta de forma permanente en el Museo Palmero de Barcelona (a excepción de 12 obra, que se pueden ver en el Museo del Quijote de Ciudad Real). Aunque la iconografía cervantina es en general muy amplia, ningún artista ha realizado una colección de estas características, que capte la esencia de cada personaje ya sea histórico, mitológico, alegórico, simbólico o literario. Los cervantistas alcazareños visitaron el Museo Palmero donde contemplaron la obra del artista y también la parte de la colección cervantina que se encuentra actualmente expuesta en la Biblioteca Municipal de Almodóvar. Igualmente visitaron la Biblioteca Cervantina que se encuentra en la glorieta del Carmen (es creación de Alfredo Palmero hijo). Cuentan que, en conversación con Alfredo, Eulalio Ferrer ideó aquí el Museo del Quijote de Guanajuato en México. También visitaron los alcazareños, la capilla de la Santísima Trinidad, donde conocieron sus varias e interesantes historias, tanto de la propia capilla como de sus ornamentos. Y acabaron visitando el convento de las Monjas Jerónimas en la calle Corredera, en el que se encuentra accidentalmente (mientras acaban las obras de la iglesia) una imagen de la Dolorosa de Mariano Benlliure con una expresión de verdadero dolor, de la que nuestro socio Juan Miguel Ruiz contó -por conocer la historia-, que el escultor se inspiró en una madre afligida que perdió a sus hijos. En resumen, una visita muy ilustrativa en la que los manchegos han tenido ocasión de conocer una parte de los tesoros culturales que posee Almodóvar (la patria del doctor Pedro Recio de Agüero, personaje del Quijote, natural de Tirteafuera una de las pedanías de Almodóvar), gracias a la inestimable ayuda de Carmen Cervera, guía cultural que nos atendió con verdadera amabilidad. Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan Galería fotográfica de la visita:
A falta de unos días para que acabe el plazo, se siguen recibiendo trabajos para el Concurso de cartas a los Reyes Magos de Café Monago Fecha de Publicación: 28/12/2024 El próximo 31 de diciembre, a las 23:55 horas. Se cerrará el plazo de recepción de Cartas. Hasta ahora se han recibido en el concurso 118 trabajos procedentes de 14 países Alcázar de San Juan, 28 de diciembre de 2024.- Aun faltan unos días para que los escritores puedan enviar sus creaciones al Cuarto Concurso de Cartas a los Reyes magos «Café Monago» de Alcázar de San Juan. Desde el día en que se publicaron las bases del concurso hasta esta fecha la participación ha sido masiva, contabilizando 118 trabajos recibidos. Los trabajos proceden de 14 países: Argentina 10, Brasil 1, Canadá 1, Chile 1, Colombia 1, Cuba 1, Ecuador 1, España 91, Francia 1, Israel 1, México 3, Perú 2, Uruguay 2 y Venezuela 2. Prácticamente de toda América del Sur. En cuanto a los trabajos procedentes de España, han llegado de casi todas las Comunidades Autónomas, tan solo no han enviado Cartas desde Baleares, Cantabria, Extremadura, Ceuta y Melilla. El resto de Regiones están presentes en el concurso. El jurado calificador va a tener una tarea difícil para resolver el concurso por la calidad de muchos de los trabajos recibidos. El domingo 12 de enero de 2025, a partir de las 18:30 horas (en España) se retransmitirá en directo -desde el Café Monago de Alcázar de San Juan-, el fallo del jurado y se harán públicos los ganadores de los premios: un primero dotado con 100 euros y diploma y dos segundos dotados con 50 euros y diploma (cada uno), importes que ha sido aportados por las empresas Centro de Conductores la Rondilla y Aplicaciones Tecnológicas Alcázar. Al mismo tiempo, se conocerán los clasificados en los puestos cuarto al décimo que también recibirán un diploma de finalistas. Juan Bautista Mata Peñuela, presidente de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan anunciará los nombres de los premiados, estará acompañado por Luis Miguel Román Alhambra, vicepresidente y por Manuel Castellanos, miembro de la Sociedad y actor de doblaje, que dará lectura al trabajo ganador. El acto se transmitirá en directo y podrá seguirse desde el perfil de Facebook de la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan: https://www.facebook.com/profile.php?id=100007940075912 Todavía tienes tiempo de participar, escribe tu carta y envíanosla a través de la web de la Sociedad: https://cervantesalcazar.com/cartas/ Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Con la entrega de los libros finaliza la campaña «Ningún niño/a sin imaginación» de la Sociedad Cervantina de Alcázar Fecha de Publicación: 17/12/2024 . La Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan, en colaboración con la Asociación Cultural y Social el Sosiego, lleva siete años realizando esta campaña de Navidad en la que se recogen libros infantiles y juveniles con destino a los niños con menos recursos económicos Alcázar de San Juan, 17/12/2024.- En la séptima edición de la campaña de Navidad de recogida de libros infantiles y juveniles -nuevos y usados- en Alcázar de San Juan, llevada a cabo por la Sociedad Cervantina de Alcázar, se ha notado un notable descenso en el número total de unidades donadas. A duras penas hemos podido llegar a las 250 unidades, muy por debajo de las cantidades alcanzadas en años anteriores, sobre todo si comparamos esta cuantía con la de libros recogidos en 2023 que alcanzó la cifra de 464. Desconocemos el motivo que ha originado que los alcazareños hayan flaqueado en sus aportaciones a lo largo de esta campaña; pensamos que quizás hayan sido las dificultades económicas que están pasando algunas familias o quizás que en años anteriores ya habían donado los ejemplares en su poder y este año han adquirido menos libros nuevos para sus bibliotecas; pero en ningún caso queremos creer que esta baja cifra de libros donados haya estado motivada por la falta de apoyo a esta llamada, ya que Alcázar de San Juan es una ciudad que siempre se ha caracterizado por la enorme solidaridad de sus vecinos, demostrada recientemente por sus ayudas materiales y personales para combatir los efectos de la dana sufrida en la Comunidad Valenciana y parte de la de Castilla-La Mancha. Como en años anteriores, instituciones como la Biblioteca Municipal Miguel de Cervantes, o como Miguel Ángel Morillo (un alcazareño que reside en Sevilla y que año tras año envían por mensajería su colaboración a la Sociedad Cervantina de Alcázar), así como infinidad de personas particulares que se han sumado generosamente a este llamamiento, han hecho posible que esta séPtima campaña «Ningún niño/a sin imaginación», se haya cerrado con unos números -al menos- aceptables. El secretario de la Sociedad Cervantina de Alcázar, Constantino López, junto con Enrique Lubián y Manuel Rubio, miembros de la junta directiva, hicieron entrega a Milagros Plaza, presidenta de la Asociación Cultural y Social el Sosiego, de los libros infantiles y juveniles recogidos. El acto de entrega ha tenido lugar en la Plaza de España de Alcázar de San Juan, frente a la fachada del Ayuntamiento. Los cervantistas alcazareños llevan siete años realizando su recogida de juguetes solidaria, para poder entregarlos cada Navidad y Reyes a los niños más desfavorecidos y que menos recursos tienen. Consideran que es una gran labor social teniendo en cuenta los escasos recursos de que se dispone, lo que pone en valor su esfuerzo y dedicación. Para la Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan es un orgullo desempeñar esta gratificante tarea. Agradecemos muy sinceramente a Enrique Lubián su implicación en esta campaña y a todas cuantas personas nos han ayudado, que han hecho suya la máxima: «Haced el bien a cuantos más podáis, y os sucederá frecuentemente hallaros con caras que os infundan alegría» (Alessandro Manzoni). Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Las ponencias del II Congreso Internacional de Alcázar, dejaron poso Fecha de Publicación: 15/12/2024 Pablo Comino Vela . Que el II Congreso Internacional «Cervantes y el Quijote desde Alcázar: ficción creativa, turismo literario y ciencia» representó un gran éxito, está fuera de toda duda, que el nivel de los ponentes ha rayado a una altura difícil de igualar, también, pero que la Sociedad Cervantina de Alcázar -y la ciudad de Alcázar de San Juan en general-, desaprovechemos las enseñanzas que en él se impartieron, más que un desatino sería casi un pecado. Nos queremos referir en este artículo a la ponencia de Pablo Comino Vela, Jefe de Gestión de Viajes del Real Madrid C.F., quien impartió una interesantísima conferencia que llevó por título «Desde don Quijote como dinamizador del turismo hasta el turismo vinculado al deporte, pasando por Alcázar de San Juan». En su exposición dio las claves para que las ciudades de la Mancha vinculen su potencial cultural y patrimonial al turismo y cómo deben trabajar de forma holística en ese ámbito, en todas las disciplinas posibles y mancomunados con las ciudades de alrededor buscando entre todas, la consecución de un objetivo común. No vale que cada cual vaya por su lado de forma independiente. A fin de cuentas, Pablo Comino otorgó la razón a esta Sociedad Cervantina y lo que él propuso no deja de ser una referencia directa a lo que llevamos planteando desde hace tiempo y que no es otro que lo que nosotros denominamos «Comarca Quijote». Pero no sólo se quedó ahí, fue mucho más allá, dijo que los turistas de hoy no viajan como los de antes -una evidencia tan palmaria que no necesita explicaciones-, y en el futuro más cercano, nuestros hijos lo harán de manera diferente. Profundizó en que el viajero demanda un trato especializado y personal, ya se acabaron las excursiones en desplazamientos multitudinarios, de forma que, si no se reunía un determinado número de viajeros, el viaje se acababa anulando. Ahora lo que los clientes demandan son viajes a medida tanto en planificación como en contenido personalizado, y la forma de aproximarse a los posibles clientes es a través de los medios digitales y las redes sociales. Si se trata de los jóvenes, ya ni hablamos… La única forma de aproximarse a ellos con cualquier propuesta es a través de los medios que ellos siguen y en los que se encuentran cómodos. Esto es totalmente innegociable. Estos postulados son los que esta Sociedad Cervantina debe asumir si quiere acercarse a los jóvenes y promocionar entre ellos la difusión y el conocimiento del Quijote, o cuando menos que se aproximen a la genial novela de Cervantes. No vale el libro como tal, no lo van a leer porque no “tienen tiempo” para ello. Se trata de inventarse los medios necesarios para generar la mayor cercanía a los destinatarios. La acción más acertada es llegar a ellos rápida y eficazmente, mostrándoles aspectos del Quijote que les resulten entretenidos, incluso divertidos, y que no les cansen. Está demostrado que sus niveles de atención decaen rápidamente cuanto mayor es el tiempo que se les requiere para ello, de forma que unos pildorazos rápidos y que les lleguen a través de los medios que ellos utilizan habitualmente (y en los que se mueven como peces en el agua), esos son los que hay que utilizar. Las ponencias, como decíamos en el titular, no deben caer en saco roto, al contrario, deben dejar el poso necesario y deben ser aprovechadas de la mejor forma posible, las enseñanzas proporcionadas por verdaderos expertos en el tema, como es el caso de Pablo Comino. De este modo los cervantistas alcazareños tomaron buena nota de estos apuntes y en esa dirección encaminarán las próximas actividades a llevar a cabo con nuestros jóvenes para tratar de difundir entre ellos el conocimiento de la obra más universal de Miguel de Cervantes. Y no, Pablo. No nos equivocamos al invitarte al evento de comienzos de noviembre (palabras con las que comenzabas tu ponencia…), al contrario, lo hicimos a propio intento y aportaste mucha información y muy buena al II Congreso Internacional. Dejaste un gran poso que ahora nosotros trataremos de aprovechar. Alonso M. Cobo Andrés y Constantino López Sánchez-Tinajero Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan
Un estudio recoge todas las placas de cerámica instaladas en las calles de Alcázar de San Juan Fecha de Publicación: 04/12/2024 . Estas placas con el nombre de las calles informan al paseante o turista de la historia, curiosidades y las personas que las habitaron. La recopilación ha corrido a cargo del alcazareño Constantino López El proyecto “La ciudad que habla” se llevó a cabo entre los años 2000 y 2010, con él se pretendió recuperar la historia de las calles de Alcázar de San Juan y al propio tiempo añadir otro atractivo turístico más a los muchos de que dispone la ciudad. La idea inicial era conformar un recorrido turístico que pudiera realizarse por los visitantes de la ciudad, así como un circuito educativo que podría ser utilizado por los colegios para que los más pequeños pudieran conocer el origen del nombre de las calles. La colocación de las placas se fue haciendo por etapas, cada año se instalaban un determinado número de ellas, teniendo en cuenta que es un producto genuinamente alcazareño ya que tanto los dibujos, que fueron realizados por el pintor alcazareño Ángel Vaquero, como los textos, que fueron elaborados por José Fernando Sánchez Ruiz. Rebuscar en la historia y sobre todo hablar con los vecinos mayores de esas calles para obtener de ellos las anécdotas, curiosidades y datos que no se encuentran en ninguna otra parte salvo en los recuerdos de los propios vecinos e incluso en la transmisión oral recibida de sus antecesores, fue una ardua tarea que hay que valorar en su justa medida, estimamos el trabajo realizado por estas personas que empeñaron todas sus fuerzas para que este proyecto viese la luz con la calidad que todos podemos apreciar. La recopilación ha sido realizada por Constantino López (miembro de la Sociedad Cervantina de Alcázar), y es un reconocimiento al esfuerzo y dedicación de las personas que idearon y llevaron a término el proyecto. Visto así, el estudio recopilado al completo muestra la grandiosidad del trabajo realizado que ha quedado para el disfrute futuro de los alcazareños y de todos aquellos que nos visitan, siendo una de las señas de identidad de nuestra ciudad. Además de las placas conteniendo los nombres de las calles, algunas otras están vinculadas a personajes relevantes que vivieron o estuvieron en ellas tales como los poetas Miguel Hernández (estación), José Corredor Matheos (plaza Aduana) y Juan de Dios Raboso, un alcazareño que fue un político importante en Madrid en el siglo XIX. En palabras de su autor, Constantino López: “Pretendo en este estudio, hacer un catálogo detallado de ellas, reflejadas en orden alfabético, indicando el lugar donde están colocadas y la leyenda que incluyen”. El estudio recopilatorio recoge un índice alfabético de las calles que disponen de una placa, también acompaña un plano de situación de cada una de las placas, dedica una página completa para cada placa que va acompañada con el texto de su leyenda. También recoge sitios muy particulares en los que, por la solera de la historia de las calles, confluyen en un pequeño espacio muchas placas que están cerca unas de las otras, lo que ocurre en dos lugares del centro histórico. Lo más curioso de todo es que al final del estudio, el autor ha diseñado una serie de rutas organizadas por temas, objetivo que desde un principio estaba marcado por el consistorio y que nunca se ha llegado a desarrollar. A juicio del autor es posible hacer los siguientes recorridos: 1.- Ruta de los pintores. 2.- Ruta de maestros y médicos. 3.- Ruta de escritores y personajes literarios. 4.- Ruta de políticos, gobernantes y acontecimientos. 5.- Ruta religiosa, santos e iglesias. 6.- Ruta de las curiosidades de Alcázar de San Juan. 7.- Ruta de Cervantes y el Quijote. Estudio completo para descargar Ventanitas
El rebaño de Andresillo por el Cordel de los Serranos Fecha de Publicación: 02/12/2024 “… y me dio de nuevo tantos azotes que quedé hecho un Sambartolomé desollado” La aventura del pastor Andrés dibujada por Doré, BIQ Si en el Quijote hay un agravio felizmente resuelto por don Quijote, que después se torna en cruel llanto del agraviado, es en la aventura que tuvo al poco de salir de la venta, donde fue armado burlescamente caballero, con un joven pastor al que su amo tenía atado a una encina dándole azotes, porque, según el ganadero le afirma: «este muchacho que estoy castigando es un mi criado que me sirve de guardar una manada de ovejas que tengo en estos contornos, el cual es tan descuidado que cada día me falta una; y porque castigo su descuido, o bellaquería, dice que lo hago de miserable, por no pagalle la soldada que le debo, y en Dios y en mi ánima que miente.» (Q1, 4) Don Quijote toma partido por el indefenso muchacho, y con la amenaza de atravesarlo con su lanza hace que el ganadero lo desate de la encina y se comprometa a pagarle lo que le debe por nueve meses de trabajo. Al no llevar ese dinero encima el ganadero jura ante don Quijote que una vez que Andrés le acompañe a su casa se lo pagará. Andrés no confía en su palabra, ni mucho menos que fuese caballero como advertía don Quijote que lo sería, sino «Juan Haldudo el rico, el vecino del Quintanar». El final de esta aventura es bien conocido. Una vez que don Quijote se retira de ellos siguiendo su camino, «contentísimo de lo sucedido, pareciéndole que había dado felicísimo y alto principio a sus caballerías», el ganadero vuelve a atar al pastor a la encina «donde le dio tantos azotes que le dejó por muerto». Puede parecer que con una simple lectura de esta parte del capítulo no es posible ubicar precisamente este paraje en el camino. Hoy, los lectores del Quijote, necesitamos de muchas más referencias geográficas o descripciones precisas de la imagen del escenario donde se está desarrollando la acción de los personajes. Sin embargo, a principios del siglo XVII una simple descripción de la imagen del territorio era suficiente para que el lector, conocedor del entorno, ubicase la acción. Un lector de esta parte de la Mancha, o que hubiese viajado por esta parte del camino de Toledo a Murcia, ya tenía identificado este paraje en su mapa mental. Anotemos lo que el narrador de esta historia nos dice: -Don Quijote deja la venta con dirección a su casa por el mismo camino que trajo el día anterior: «Mas viniéndole a la memoria los consejos de su huésped cerca de las prevenciones tan necesarias que había de llevar consigo, especial la de los dineros y camisas, determinó volver a su casa y acomodarse de todo, y de un escudero, haciendo cuenta de recebir a un labrador vecino suyo que era pobre y con hijos, pero muy a propósito para el oficio escuderil de la caballería». -La aventura con el pastor es cerca de la venta, en un bosque de encinas que hay junto al camino: «No había andado mucho cuando le pareció que a su diestra mano, de la espesura de un bosque que allí estaba, salían unas voces delicadas… y volviendo las riendas, encamino a Rocinante hacia donde le pareció que las voces salían, y a pocos pasos que entró por el bosque vio atada una yegua a una encina, y atado en otra a un muchacho…» -La siguiente aventura que tiene lugar antes de llegar a su casa en ese mismo camino es aclaratoria tanto en el camino que está llevando don Quijote como su dirección: «Y habiendo andado como dos millas descubrió don Quijote un grande tropel de gente, que, como después se supo, eran unos mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia». Don Quijote iba hacia su casa por el camino de Toledo a Murcia, con dirección a Toledo. -Junto al camino tenía el ganadero de Quintanar su rebaño de ovejas guardado por el pastor Andrés: «—Señor caballero, este muchacho que estoy castigando es un mi criado que me sirve de guardar una manada de ovejas que tengo en estos contornos» Imagen del SignA con anotaciones del autor «No había andado mucho». La supuesta indeterminación del narrador en el espacio caminado por Rocinante en el camino desde la venta y la acción antrópica del hombre, que en estos cuatro siglos ha provocado la casi desaparición del monte de encinas en esta parte de la Mancha, hacen difícil la localización a simple vista del escenario de la aventura. Observando el mapa del SignA (Instituto Geográfico Nacional), a unos tres kilómetros del lugar donde se encontraba la Venta de Manjavacas, venta donde fue armado caballero don Quijote, al Camino de Toledo a Murcia, también conocido en esta parte de la Mancha como Camino de los Valencianos, se le incorpora por su izquierda lo que hoy solo parece otro camino y después de coincidir aproximadamente un kilómetro lo abandona por su derecha. El mapa remarca este camino entre dos líneas de puntos con el nombre de Cordel de Los Serranos. No es un camino sino una vía pecuaria por el que en tiempo de la escritura del Quijote los ganados transitaban por él con privilegio de paso. Estas vías pecuarias han estado siendo utilizadas por los ganaderos hasta bien entrado la mitad del siglo XX. Estas vías pecuarias fueron instituidas por el rey Alfonso X el Sabio. Estas vías de tránsito de ganados se regularon con un buen número de privilegios y reales cédulas, confiadas a la Mesta. Se les denominó cañadas, cordeles y veredas. Todas tienen los mismos derechos y solo se diferenciaban principalmente en su anchura, mientras las cañadas tenían un ancho de noventa varas, los cordeles tenían cuarenta y cinco y las veredas veinticinco varas. Las grandes cañadas principales, conocidas así desde su principio a su fin, que vertebraban la península Ibérica son la Leonesa, Soriana y Segoviana. Son bienes de dominio público, destinadas al tránsito de los ganados, que han llegado hasta nuestros días. Los ganados, además, se podían aprovechar del pasto que en ellas se daban. Hoy estas vías ganaderas casi se han desvanecido en la imagen del territorio convirtiéndose en meros caminos, perdiendo esas grandes dimensiones de unos 75 m. de anchura para las cañadas, 38 m. los cordeles y 21 m. las veredas. En ellas, también, se establecieron descansaderos y abrevaderos con sus lindes amojonadas para dar descanso y servicio a los ganados. Durante finales del siglo XIX y durante buena parte del siglo XX estas vías pecuarias sufrieron modificaciones en su trazado, bien por declararse innecesarias, bien por atravesar nuevos terrenos de cultivo especialmente de regadío o por la ejecución de obras públicas de interés general, como carreteras o vías de ferrocarril. En ocasiones se variaba el trazado mediante una permuta de terrenos y en el caso de cruces con ferrocarriles o carreteras la entidad constructora debía facilitar el paso de ganados, con puentes o pasos a nivel, con el ancho necesario, por lo menos la mitad, de la vía pecuaria. Incluso, según el RD de 23 de diciembre de 1944, si una carretera se construía sobre vías pecuarias, los ganados podían transitar libremente por ellas, siempre por su mitad derecha y con especial vigilancia. Este tránsito excepcional resultaba muy peligroso y en la mayoría de los casos se enajenaban los terrenos limítrofes a la carretera incorporándolos a la vía pecuaria. Igual de excepcional, en tiempo de la escritura del Quijote, era ver transitar por un camino real un rebaño de ovejas entre viajeros, comerciantes y arrieros, y todos con derecho de paso. No es difícil pensar que por esta singularidad, en este corto espacio del camino, pudiesen ocurrir entre ellos situaciones o anécdotas de todo tipo, fáciles de recordar por quienes las vivían especialmente en primera persona. Los ganados que se desplazaban por las vías pecuarias, además de tener privilegio de paso, tenían derecho de pasto de todo lo que en estas vías ganaderas se producía en sus límites establecidos, también cuando atravesaban montes públicos. Y, concretamente en esta zona de la Mancha, los ganaderos de los lugares de la Orden de Santiago también disponían de derecho de pasto en todo su territorio. Esta parte del Camino de Toledo a Murcia atraviesa el territorio de la Orden de Santiago y el rebaño de ovejas era de un ganadero de Quintanar, villa perteneciente a dicha Orden. Este Cordel de los Serranos, pertenece a la Cañada Real Soriana. Cañada que tiene su origen en la provincia de Logroño y Soria, y tierras de Yanguas, termina unida a la Cañada Real Segoviana en el Real Valle de la Alcudia, en la provincia de Ciudad Real. Sigamos a grosso modo el recorrido de esta cañada. Después de dejar la provincia de Logroño, recorre la de Soria y Guadalajara para entrar en la de Madrid por el Partido de Chinchón. En tiempo de la escritura del Quijote, el río Tajo se cruzaba en barca entrando al Partido de Ocaña por el término de Santa Cruz de la Zarza, pasando por mitad del lugar. Cruza el término de Villacañas junto a la rivera del Riansares entrando en el de Quero, Alcázar de San Juan, Villafranca de los Caballeros, Herencia, Villarta de San Juan hasta llegar a Manzanares, lugar donde se le une la Cañada Real Conquense. Juntas desde allí, con el nombre de Cañada Real Soriana Oriental seguían camino al Real valle de Alcudia. Mapa del SignA con anotaciones del autor En este recorrido, a la cañada se le unen otras vías pecuarias menores, cordeles y veredas, pero ninguna con el nombre de Cordel de los Serranos. Este Cordel de los Serranos tiene su origen en la Sierra de Almenara, baja de norte a sur por el término de Villamayor de Santiago entrando en el término de Los Hinojosos donde recoge los ganados de Quintanar de la Orden y Los Hinojosos, que le llegan por la conocida Vereda de Quintanar. Continúa hacia el sur por el término de Mota del Cuervo hasta encontrase con el Camino de Toledo a Murcia con el que coincide su trazado durante un kilómetro, junto a los parajes de Quintería de Guevara y Monte Girona, donde dispone de un abrevadero a unos 75 m. del camino actual. Atraviesa el término de Pedro Muñoz y en el vértice de este con el río Záncara entra en el de Socuéllamos por un puente romano hasta encontrase, cerca de Socuéllamos, con la Cañada Real Conquense. Esta Cañada Real Conquense atraviesa Tomelloso, que fue una pequeña aldea de Socuéllamos, y Argamasilla de Alba siguiendo hacia Manzanares donde se une definitivamente con la cañada Real Soriana. Al Cordel de los Serranos le llegaban los rebaños por su derecha desde Quintanar de la Orden, el lugar del pastor Andresillo y de su cruel amo Haldudo, por la Vereda de Quintanar. Esta vereda tenía su inicio en las afueras de la Villa de Don Fadrique, pasando por medio de La Puebla de Almoradiel y Quintanar de la Orden, llegando hasta Los Hinojosos. A medio camino, entre Quintanar de la Orden y Los Hinojosos se cruzaba con el Cordel de los Serranos (39º 35′ 35″ N – 2º 54′ 16″ O). Detalle del mapa en Cañadas Reales de España con anotación del autor Hasta ahora, a Quintanar de la Orden se le ha relacionado cervantinamente por ser el lugar del ganadero Juan Haldudo y de Andresillo, su pastor; también el de Antonio de Villaseñor, uno de los personajes principales del Persiles, además donde Sansón Carrasco compró los famosos perros Barcino y Butrón para don Quijote. Pero ahora vemos que, además, hay un vínculo directo, geográfico y social, que relaciona a Quintanar con la aventura descrita por Cervantes en este paraje del Camino de Toledo a Murcia: desde Quintanar hay una vía pecuaria por el que Andresillo llevó su rebaño hasta el paraje donde su amo lo azotaba cruelmente y por el que don Quijote volvía a casa por el camino. Una excepcionalidad geográfica que solo se puede dar en este punto del camino. Sin duda alguna, Cervantes tuvo una relación directa con esta villa manchega y con sus vecinos, conoció su territorio, su paisaje y su paisanaje, y la aprovechó para dar verosimilitud a sus cuentos. Este paraje de la aventura del pastor Andresillo es creíble para sus lectores, e incluso para algunos es reconocible su imagen. El cuento narrado, con tanta trascendencia moral, posiblemente es todo o en parte ficción, pero el escenario de esta aventura es real. Coincide con el texto de encontrarse cerca de la venta, por lo que Rocinante «no había andado mucho”, solo unos tres kilómetros, «y a pocos pasos que entró por el bosque vio atada una yegua a una encina, y atado en otra a un muchacho…». Y, lo más importante es la relación directa que tiene este paraje con Quintanar, lugar desde donde Andresillo podía llegar con su rebaño y pastar alrededor del Camino de Toledo a Murcia con total derecho de paso y pasto. Las notas sobre las cañadas y el trazado de la Cañada Real Soriana están tomadas de: Cañadas Reales de España. Leonesa, Segoviana y Soriana, Ed. Sindicato Nacional de Ganadería (Madrid 1954). Luis Miguel Román Alhambra
Cervantes en Valladolid Fecha de Publicación: 24/11/2024 . EDUARDO ALONSO FRANCH, Sociedad Cervantina de Alcázar La capital vallisoletana La primera estancia de Cervantes en Valladolid se remonta a su niñez, ya que tenía poco más de tres años cuando llegó a la ciudad con su familia. Aunque es dudoso que conservara recuerdos precisos de los meses que pasó allí entre abril de 1551 y abril de 1533, Cervantes tuvo que esperar medio siglo para volver a orillas del Pisuerga. En enero de 1601, Valladolid se había convertido en sede de la Corte. Cervantes fue a establecerse con los suyos en un suburbio y alquiló un alojamiento en una casa de dos pisos recién edificada y próxima al Rastro de los Carneros. Al parecer, fue en Valladolid donde se vendieron, poco antes de la Nochebuena de 1604, los primeros ejemplares del Quijote. Al menos tres de las Novelas ejemplares sitúan parte de la acción a orillas del Pisuerga: El licenciado Vidriera, El casamiento engañoso y El coloquio de los perros. La humedad de Valladolid era objeto de la sátira de los poetas en un momento en que se iban agudizando las disputas entre Madrid y Valladolid. En El casamiento engañoso y El coloquio de los perros, Valladolid viene a ser su lugar inicial y conclusivo[1]. En 1601, Lerma consiguió alejar a Felipe III de la influencia de su abuela y acercarlo a sus tierras. En el verano de 1599, una pestilencia mortífera llegaba inclemente a la ciudad; de junio a septiembre las pérdidas humanas se elevan a unas 6.000 personas. Seis años más tarde, en el verano de 1605, están en la ciudad muchos grandes del reino y los literatos más celebrados de Castilla: el joven Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, Lope de Vega y Miguel de Cervantes. La ciudad está abierta al mundo: acoge a los embajadores de todas las naciones importantes. En 1603 pasó por Valladolid Rubens, que retrató al duque de Lerma. Por si fuera poco, acaba de llegar al mundo el futuro Felipe IV. Desde 1601, y después de cuarenta años de ausencia, la Corte había vuelto a Valladolid. Felipe III hizo su entrada solemne en la ciudad el 9 de febrero. Había llamado mucho la atención el hecho de que el duque de Lerma quisiera levantar una gran casa en Valladolid. A partir de octubre, cada día resulta más evidente que el traslado de la Corte a Valladolid es cosa decidida, lo que constituye para muchos una catástrofe. El traslado de la Corte resultó para la ciudad del Pisuerga el principio de una bonanza extraordinaria, aunque efímera y en cierto modo engañosa. La reconstrucción posterior al incendio de 1561 había iniciado un proceso de expansión. La llegada de la Corte, tan repentina, fue un choque. El crecimiento del vecindario fue brutal. La familia de Miguel de Cervantes vino a establecerse en Valladolid en la primavera de 1604. La inminente aparición de su obra impulsó a Cervantes a salir con destino a Valladolid. La familia tuvo que conformarse con una de esas casas nuevas casi sin acabar que edificaban con pisos los promotores para aprovechar la demanda urgente de los recién llegados. Y los Cervantes se resolvieron a vivir en un barrio desagradable, de olores fuertes, plagado de depósitos de basura, el Rastro de los Carneros. Barrio de mala fama, donde vivían muchos pícaros, tahúres, rufianes y putas. Aparte de la incomodidad de muchos alojamientos, durante cinco años, Valladolid se convirtió para muchos, sobre todo para el rey, en el paraíso del ocio, del entretenimiento y de las diversiones. El centro habitual del ocio, de la recreación honesta y de la galantería más o menos atrevida fue por estos años el Prado de la Magdalena, especialmente en tiempos de calores. Quizás las epidemias graves que padeció Valladolid a finales del verano de 1605 y que se prolongaron hasta octubre sirvieron de pretexto para determinar la vuelta de la Corte a Madrid. Vinieron centenares de carros para asumir el transporte de toda la Casa Real y de la Casa del Duque. A últimos de febrero de 1606 emprendieron el viaje. La salida de la Corte marcó el comienzo de una larga decadencia para la capital del Pisuerga[2]. La breve, pero intensa, etapa de crecimiento demográfico experimentado por Valladolid entre 1601- 1606, como consecuencia del establecimiento de la Corte en la ciudad, tuvo también repercusiones en el ámbito urbano. La construcción de viviendas fue acompañada, además, por la realización de importantes obras de infraestructura urbana. El Regimiento se esforzó tanto por embellecer los lugares de recreo y esparcimiento, como el Espolón o el Prado de la Magdalena, como por mejorar el servicio de abastecimiento de agua potable, impulsando la traída de esta desde los manantiales de Argales hasta el interior de la ciudad, donde a la vez se levantaban prácticas y bellas fuentes, o el servicio de limpieza de la ciudad, etc.[3] El siglo XVII, en el ámbito europeo, es una época testigo de una depresión económica, social, política e incluso cultural. España no solo no fue ajena a esa crisis, sino que la sufrió con más intensidad que otros países. Valladolid experimentó un notable hundimiento. En el siglo XVII vallisoletano se observan dos etapas claramente diferenciadas. Una, muy breve, estrechamente vinculada a la estancia de la Corte. Valladolid se elevaba hasta alcanzar metas jamás conseguidas durante la Edad Moderna. A partir de 1697, un profundo y prolongado declive se apoderó de ella. En 1601, Felipe III y el Duque de Lerma, su valido, decidieron trasladar la Corte desde la villa de Madrid a la ciudad del Pisuerga. La medida significó para esta el inicio de una etapa de auge y esplendor. Ante todo, el establecimiento de la Corte produjo un espectacular aumento de la población. Valladolid, durante el periodo cortesano, llegó a tener entre 60.000 y 65.000 habitantes. La recesión económica lanzaba en el siglo XVII sobre la Corte riadas de personas que buscaban en ella una solución a sus problemas. Las obras literarias han reflejado la gran cantidad de pícaros y gente maleante que vino a Valladolid en seguimiento de la Corte. Durante los años que aquí residió la Corte, aumentó proporcionalmente la población no trabajadora. Por otra parte, la nobleza adquirió un gran desarrollo. El aumento de población creó agudos problemas de vivienda. Las casas escasearon y, en consecuencia, los alquileres se dispararon. Una fiebre constructora se apoderó de la ciudad. Ello dio lugar a que se produjera una ligera expansión del espacio urbano. Los poderes públicos también se preocuparon por adornarla con vistosas obras públicas y mejorar sus condiciones de salubridad. El hecho de que Valladolid se convirtiera en capital de la monarquía hispánica también repercutió en el ambiente político, cultural e incluso recreativo de la ciudad. El panorama cultural vallisoletano se renovó totalmente. Los más cualificados poetas, pintores, novelistas, etc. residieron y produjeron sus obras durante estos años en nuestra ciudad. Los festejos más espectaculares fueron los que acontecieron en la primavera de 1605. El sistema de abastecimiento de la ciudad se vio desbordado. La mortalidad alcanzó cotas muy altas. Los partidarios del regreso de la Corte a Madrid cargaban las tintas sobre la falta de salud. Durante un lustro Valladolid vivió uno de los momentos más brillantes de su historia. La Corte era la única razón del auge demográfico, del crecimiento urbano, del relanzamiento de la economía. Hacia 1607 Valladolid tendría un número de habitantes ligeramente inferior al de fines del siglo XVI. La breve estancia de la Corte y su posterior marcha influyeron desfavorablemente en el posterior desarrollo de Valladolid.[4] Valladolid albergó, durante sus años de Corte, a las figuras más destacadas del mundo intelectual y literario. El entonces joven Francisco de Quevedo y Villegas llegó a Valladolid en los primeros meses de 1601. En Valladolid inició su carrera poética. Por este tiempo se inició también en la prosa satírica de los juguetes burlescos que tanta fama habían de proporcionarle. Don Luis de Góngora llegó a Valladolid en 1603. Su entrada en la ciudad no le produjo una impresión muy grata. Entre las muchas composiciones que pueden fecharse entre 1603 y 1605, bastantes se refieren a Valladolid. Pero entre todos los escritores que se hicieron presentes en Valladolid durante la estancia de la Corte, el más relevante es Miguel de Cervantes. Entró en la ciudad por el mes de febrero de 1603 como encausado ante la justicia por impago de fondos públicos. Cervantes se aposentó con su familia en el piso principal de una de las casas nuevas que había edificado el adinerado Juan de las Navas en la margen izquierda del Esgueva. Valladolid era para Cervantes la ciudad de su infancia. A ella llegó, aproximadamente, hacía cincuenta años. Los estudiantes de Valladolid celebraban bulliciosas fiestas regocijándose con los disfraces de don Quijote y Sancho[5]. La villa de Valladolid se convirtió en el centro del poder político de Castilla en la Baja Edad Media y principios de la Época Moderna. Desde el siglo XV hasta comienzos del siglo XVII, cuando ya había recibido el título de ciudad, Valladolid fue escenario de múltiples estancias de los monarcas. Ha sido, en múltiples ocasiones, sede de la corte real[6]. Felipe III realizó una visita a Valladolid en 1600, en un momento en que se había avivado la disputa entre Valladolid y Madrid para ver quién conseguía el acercamiento definitivo de la Corte. Menéndez Pidal, Aguado y José Antonio Escudero consideran que fue el duque de Lerma, el brazo derecho del rey – que era un monarca incompetente, sin preparación intelectual e indeciso -, quien tomó la decisión de alejar al monarca de la influencia de su abuelo y para aislarse él mismo de los sectores críticos de Madrid. Este traslado fue como consecuencia de las intrigas del duque de Lerma, valido del rey. A comienzos del reinado de Felipe III, un monarca que ocupó el trono español algo más de veinte años (1598 – 1621), Valladolid tuvo ocasión de ser de nuevo capital de España, si bien durante cinco escasos años. Las dos sedes palaciegas en las que el reinado de Felipe III se centró fueron Valladolid, sede capitalina entre 1601 y 1606, y el Real Sitio de El Pardo. El traslado de la Corte de Madrid a Valladolid se realizó a principios de 1601. El 9 de febrero de 1601 el rey Felipe III hizo su entrada en la ciudad de Valladolid, a la que trasladó la Corte desde Madrid por espacio de seis años, una decisión que había tomado su valido el duque de Lerma. En Valladolid había en ese momento 15.000 viviendas y cerca de 80.000 vecinos, que aumentan lógicamente con el traslado de la Corte. La llegada repentina de tantas personas a Valladolid provocó una crisis de alojamientos y una fuerte fiebre inmobiliaria. El esfuerzo de construcción fue ingente. Y Valladolid vivió un resurgir sin igual, con una población que fue creciendo hasta alcanzar los 70.000 habitantes. Fueron cinco años mágicos y gloriosos, hasta que en 1606 la capitalidad volvía a Madrid. El anuncio de la salida a Madrid, en febrero de 1606, que tuvo lugar después del brote epidémico de 1605, produjo en Valladolid un descalabro impresionante. Para Valladolid, ser capital del reino durante cinco años fue algo importante. De hecho, la Corte ocupa toda la ciudad y sus edificios más notables. La ciudad atrae advenedizos de la política, del poder, de la guerra, de la paz, de la riqueza y de la miseria, como dirá Miguel de Cervantes[7]. El Quijote aportó numerosas notas y datos sobre las controversias literarias de su tiempo. En tres meses, el Quijote había batido récords de venta con una notable popularidad de este hidalgo manchego de ficción. Para los analfabetos, Don Quijote estaba presente en las cabalgatas, en los bailes, en las mascaradas de las fiestas del barroco. Será en Valladolid donde Quevedo y Góngora iniciaron sus diatribas literarias. El primero pudo avanzar en esta ciudad, y de manera decisiva, en la elaboración de El Buscón. Valladolid no se encontraba preparada, en sus infraestructuras, para acoger a principios del siglo XVII todo lo que movía la Corte. La casa de Cervantes en Valladolid es la mejor documentada de las que habitó el escritor a lo largo de su transitada existencia[8]. Cervantes y Valladolid En la época preindustrial, el hecho de que una población diera acogida a la Corte y actuara como cabeza del reino representaba un impulso decisivo para su desarrollo económico y su auge demográfico. Durante la Edad Media y los comienzos de la Edad Moderna, la Corte tuvo un carácter itinerante. En la primera mitad del XVI, Valladolid, junto a Toledo, se convirtió en la ciudad favorita de Carlos V y su Corte. Con la subida al trono de Felipe III y la llegada del nuevo siglo, la urbe pudo recuperar por un tiempo el esplendor y el protagonismo perdidos con la marcha de la Corte a Valladolid. La orden de trasladar la Corte a Valladolid se promulgó oficialmente el 10 de enero de 1601. La familia real entró en la ciudad del Pisuerga el día 9 de febrero. En las páginas de El licenciado Vidriera, Cervantes dejó un testimonio ecuánime de la polémica entre madrileños y vallisoletanos en su momento más álgido. La ciudad y su gobierno tuvieron que hacer frente a numerosos problemas ocasionados por la afluencia de gente, las dificultades en el abastecimiento, la falta de viviendas y su precio prohibitivo, o relacionados con la higiene, la salud y el orden público. La población de Valladolid fue en aumento, hasta alcanzar los 36.000 habitantes en 1591 y cerca de 40.000 en la última década del siglo. Tras la llegada de la Corte, en 1601, se establecieron en Valladolid los funcionarios de la administración real, la nobleza cortesana con su familia y criados, los mercaderes, servidores y artesanos que requería esta nueva clientela y, junto a ellos, una multitud de pleiteantes, solicitadores de mercedes, aspirantes a un empleo, hidalgos empobrecidos, pícaros, delincuentes, prostitutas y mendigos. Cuatro años después, su población casi se había duplicado durante el último lustro y llegaba a los 70.000 ó 75.000 habitantes como consecuencia del establecimiento de la Corte. El movimiento de la población y el auge de la demanda que el traslado de la Corte generó durante el primer lustro del siglo ocasionaron cierta carestía en determinados productos esenciales y un aumento de los precios desconocido hasta entonces[9]. Las principales plazas y vías de la ciudad estaban empedradas, lo cual contribuía a mejorar su buen aspecto e higiene. El Esgueva, antes de ser canalizado y desviado en el siglo XIX, atravesaba la ciudad de este a oeste, dividido en dos ramales que llegaban al Pisuerga, con lo que sus aguas, que entraban limpias y cristalinas por el Prado de la Magdalena, llegaban sucias y malolientes a su desembocadura, después de haber cruzado la población. En épocas de sequía, o si el agua se estancaba, el Esgueva quedaba convertido en un muladar hediondo. No es de extrañar que a algunos visitantes les sorprendiera la suciedad de Valladolid, a cuyo incremento debió contribuir el aluvión de forasteros y el repentino crecimiento que la urbe experimentó en aquellos años. Debido a la falta de salubridad y limpieza, las epidemias, especialmente la del tabardillo o tifus, hicieron su agosto en el Valladolid cortesano; además, faltaban hospitales y era difícil atender a los enfermos. A pesar de todos estos problemas y deficiencias, el Valladolid de aquella época era conocido por la espléndida belleza de algunas de sus plazas, calles y edificios. Y entre sus edificaciones figuraban unas cuantas joyas de la arquitectura gótica y renacentista. A principios del siglo XVII, Valladolid había alcanzado una dimensión notable, que hasta el siglo XX no sería superada. Por el mediodía, la ciudad llegaba hasta el extremo sur del Campo Grande; por el norte, hasta la Rondilla de Santa Teresa y puerta de Santa Clara; el Pisuerga marcaba el límite occidental, aunque había algunos conventos y construcciones al otro lado del río; mientras que el perímetro oriental quedaba delimitado por la iglesia y el Prado de la Magdalena, la puerta de la Pólvora (actual plaza de Luis Braille) y la puerta de Tudela, al final de la calle de este nombre. Entre los lugares que llamaban la atención de los visitantes de la época, hay que destacar el centro de la ciudad, y especialmente la Plaza Mayor y sus alrededores. Junto a la Plaza Mayor, también era generalmente admirada la calle de la Platería. La joya de la corona, auténtico emblema de la Corte vallisoletana, era la plaza de San Pablo o de Palacio, convertida, junto a algunas construcciones de su entorno, en centro de poder, espacio residencial y escenario de la realeza. Tras el retorno de la Corte en 1601, aquel conjunto de mansiones nobiliarias, junto con su entorno urbano, fue ampliado y mejorado, con la intención de convertirlo en un lugar adecuado para alojar a los reyes y su séquito, recibir a los visitantes extranjeros y mostrar la magnificencia de la que entonces se consideraba monarquía más poderosa del mundo. Frente a San Pablo se encontraba el edificio que fue el Palacio Real de Valladolid. El palacio, de sencillas líneas clasicistas, fue ocupado por Felipe III y su familia a finales de 1601. Los rentistas, los hidalgos, los soldados que aspiran a ennoblecerse, los letrados y los clérigos o los señores, representantes conspicuos de una sociedad inmóvil, propia del Antiguo Régimen, tienen mucha más importancia numérica en la villa del Pisuerga que los mercaderes, los cambistas o los tejedores, y además sus valores y modelos de conducta son los que dan el tono a la ciudad. Desde mediados del siglo XVI, y especialmente a partir de 1600, la antigua aristocracia consigue ensanchar su base social y el número de sus miembros, refuerza su rango económico y su influencia política, y logra recuperar aquel prestigio y poder de que gozó en la Edad Media. La alta nobleza cambia la actividad militar por la política, especialmente desde que Felipe III inicia su reinado. En este periodo, a través de la figura del valido, se completa la alineación del poder regio en favor del estamento nobiliario, y queda de manifiesto el empeño de los nobles en adueñarse de todos los resortes del poder. Los artesanos, mercaderes, tratantes y hombres de negocios abundan en la ciudad. Tanto en Valladolid como en el resto de España, y en la mayor parte de Europa, es la clase nobiliaria la que impone a la colectividad sus ideales y modelos de conducta, basados en la vida ociosa, el orgullo, la ostentación y el honor, a los que todos aspiran. Personaje representativo de aquel Valladolid cortesano es el protagonista de El casamiento engañoso, el alférez Campuzano. A las numerosas fiestas populares o litúrgicas que, de forma habitual, tenían lugar en Valladolid durante el Antiguo Régimen, vinieron a unirse muchas otras celebraciones de carácter palaciego desde el momento en que la Corte fue a instalarse en la ciudad. El año 1605 fue, probablemente, el más glorioso del reinado de Felipe III, el que proporcionó más motivos de alegría. Aunque la hacienda real no levantaba cabeza, la peste había dejado algunas zonas del reino medio diezmadas y los primeros síntomas de la decadencia eran cada día más patentes, en política exterior se habían cosechado algunos éxitos. Que el propio Cervantes era aficionado al juego, parece más que probable. Quevedo aprovechó la afición de Góngora por el juego para burlarse de él. El autor debió de componer la novela cervantina El casamiento engañoso en Valladolid hacia 1605 junto con El coloquio de los perros. En condiciones extraordinarias como las que conoció Valladolid con la llegada de la Corte, en que la población se multiplicó por dos y la ciudad hubo de dar acogida a gentes de todo tipo, parece lógico que la desenvoltura y la promiscuidad entre los sexos progresaran en la misma proporción. Miguel de Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1547. En el momento de tomar el camino de Valladolid, en la primavera de 1604, Cervantes tenía 56 años, una edad respetable en aquel tiempo. A mediados de 1605, Cervantes alquiló el primer piso de una de las cinco casas que por entonces construía Juan de Navas en las inmediaciones del Rastro nuevo de Valladolid, fuera del perímetro de sus antiguas murallas. En 1875, se formó la Sociedad Casa de Cervantes, con el objeto de transformar el edificio en biblioteca y museo cervantino. En 1916, el conjunto se cedió al Estado, y en sus locales se instaló una biblioteca y un primer museo cervantino, con la idea de recrear el ambiente en que vivió el escritor. En 1948, el edificio y el museo adquirieron el aspecto que presentan en la actualidad. En un espacio reducidísimo, durante casi dos años, vivieron con enormes incomodidades y apreturas Cervantes, su esposa, dos hermanas, su hija, su sobrina y una criada. La casa de Cervantes se encontraba al sur de la población, en la orilla izquierda de uno de los dos brazos en que se dividía el río Esgueva antes de verter sus aguas en el Pisuerga. Cervantes debió de componer dos de sus novelas ejemplares más conocidas, El casamiento engañoso y El coloquio de los perros, durante la época que pasó en Valladolid, probablemente en la primavera de 1605, y en ellas quiso dejar un recuerdo perdurable de la ciudad y el barrio en que vivió. Al publicar el Quijote, Cervantes vivía en Valladolid. Por aquellas fechas, lo más granado del mundillo literario residía en la ciudad. La Corte fue el primer lugar en que el libro fue distribuido y en ella se acogió, leyó y juzgó con más rigor y apasionamiento. El mundo de la edición cambió totalmente al trasladarse la Corte a Valladolid. Tras fijar Felipe III su residencia en la ciudad en 1601, Valladolid acogió durante los primeros años del siglo XVII a las figuras más destacadas del mundo artístico y literario, la mayoría de ellas llegadas desde Madrid. Francisco de Quevedo se trasladó a la nueva Corte a principios de 1601, con veinte años recién cumplidos. Y en Valladolid empezó la redacción de los Sueños y el Buscón, que ya entonces se difundieron manuscritos por la Corte. Fue durante su estancia en Valladolid cuando el joven escritor se enemistó para siempre con don Luis de Góngora, al tiempo que entablaba una amistad duradera con Cervantes. Para abrirse camino en el mundo de las letras y promocionar la historia de don Quijote, era imprescindible situarse cerca de quienes ejercían el poder y estaban en condiciones de socorrerle y ampararle, y más en una ciudad como Valladolid, que se caracterizó en su época por la proliferación de escritores y por una incesante actividad literaria y en la que la competencia iba a ser muy dura. Aunque el Quijote se imprimió en Madrid a finales de 1604 y fue leído con especial atención por los escritores reunidos en la Corte vallisoletana, la idea original del libro y su primer borrador son muy anteriores. Y tanto la novela de El curioso impertinente como la historia de Dorotea y don Fernando debieron de existir como novelas cortas independientes y podían haber formado parte de las ejemplares, de no haberse publicado El ingenioso hidalgo. Cervantes debió de tener El ingenioso hidalgo terminado hacia la primavera de 1604. A comienzos del verano de 1604, Cervantes marchó a Valladolid con su familia. Valladolid fue la primera ciudad en que se distribuyeron ejemplares del Quijote y la primera en que el libro se leyó. El Quijote tuvo un éxito inmediato, lo cual debió ser motivo de satisfacción y orgullo para Cervantes. Cuando los operarios de Juan de la Cuesta empezaron a componer el Quijote, a finales de 1604, Cervantes acababa de cumplir 57 años –una edad considerable en aquel tiempo-. Son varios los pasajes del Quijote en que, recurriendo al dardo irónico y al improperio educado, se ataca a autores y libros. En el otoño de 1615, al año de haberse puesto a la venta el libro de Avellaneda, la imprenta de Juan de la Cuesta concluye la impresión de la Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha. La obra venía a ser una síntesis de los temas y géneros de moda en el siglo XVI, que aún seguían en vigor. El Quijote de 1605 se vendió bastante bien. La aparición de la segunda parte del Quijote en 1605 supuso un relanzamiento de la primera, aunque de corta duración. El Quijote fue acogido en general como un libro cómico y paródico. En las mascaradas y festejos populares, en que hacen su aparición, el ingenioso hidalgo y su fiel acompañante desatan de inmediato la hilaridad de los espectadores. Además de los cinco años de cautiverio que sufrió en Argel, Cervantes conoció la cárcel en tres ocasiones más, la última durante su estancia en Valladolid en el verano de 1605, cuando él y su familia fueron encarcelados durante unas horas. Mientras, el Quijote empezaba a ser conocido y aplaudido en todas partes y su autor salía por primera vez de la oscuridad en que la mala suerte le tenía arrinconado, su vida y la de los suyos quedaba cubierta por la maledicencia, la sospecha y el escándalo. Los detenidos pasaron en la cárcel dos días al menos – el 30 de junio y el 1 de julio -. La mudanza de la Corte a Valladolid hubo de tener por fuerza carácter provisional. En Valladolid se acrecentaban las quejas sobre la incomodidad y pésima salud de la ciudad. La decisión de trasladar la Corte se hizo pública el 24 de enero de 1616. Los reyes salieron de Valladolid el 20 de febrero. Al año siguiente, los reyes volvieron a visitar Valladolid por unos días. Igual que otros cortesanos y gentes afincadas en la ciudad de forma provisional, la mayoría de los vecinos de las casas de Juan Navas, incluidos Cervantes y su familia, debieron de salir de Valladolid y de aquella vivienda llena de malos recuerdos, en cuanto tuvieron noticias del traslado de la Corte. Algunos incluso lo hicieron antes. La familia de Cervantes seguía en Valladolid en noviembre de 1605. Para Valladolid, el traslado de la Corte tuvo consecuencias desastrosas. Cuando en 1606 los reyes y su valido regresaron a Madrid, Valladolid no solo se vio abandonada por los cortesanos, sino también por muchos de los naturales y residentes en ella. Tal declive demográfico afectó a toda la vida de la ciudad y a algunas de sus instituciones más relevantes, como la Universidad. Por culpa de la decadencia y la escasez, crecieron las tensiones sociales. 1605 fue una fecha clave en la vida de Cervantes. Cervantes debió de componer total o parcialmente la novela de El licenciado Vidriera en Valladolid. A pesar de la popularidad creciente del Quijote en España y fuera de ella, y del éxito que inmediatamente alcanzaron las Novelas Ejemplares, a su autor se le ignora y menosprecia en los pasillos y academias. Si, a pesar de su creciente popularidad, Cervantes no pudo hacerse un hueco entre sus colegas más ilustres, tampoco parece que el éxito del Quijote y otros libros posteriores fuera un remedio contra la pobreza. Que Cervantes se entregó de lleno a la creación durante los últimos quince años de su existencia, en que compuso trabajos originales y rehízo obras antiguas que permanecían olvidadas en el fondo de un cajón, lo prueban la cantidad y el volumen de los libros que dio a la estampa desde 1605 y, sobre todo, entre 1613, fecha en que aparecen las Novelas Ejemplares, y 1617, en que imprime póstumamente el Persiles. Tres novelas de las que después formaron parte de las ejemplares, escritas probablemente en Valladolid entre 1605 y 1606, convierten a Cervantes en un auténtico pionero en el tratamiento literario del tema del desengaño. Esa ironía sutil sitúa a Cervantes en el punto de partida de la sátira moderna. Inmortalizó Cervantes a Valladolid en sus obras como recuerdo de una ciudad con la que tuvo una relación, si no muy larga, sí al menos intensa. El Quijote también tiene algo que ver con esto. Según Francisco Rico, en Valladolid recibió los últimos toques y fue revisada la Primera Parte de la novela. Y Valladolid tuvo el privilegio de ser la sede de la presentación en sociedad de la novela. El Quijote debió de leerse en Valladolid para la Nochebuena de 1604. Valladolid llegó a tener por aquellos días entre 60.000 y 75.000 habitantes. Y la actividad editora fue ciertamente brillante. Cervantes vivió dos veces en Valladolid: una siendo niño, la otra a las puertas de ser el autor conocido de la obra más universal de la literatura española. No tendría más de cinco años Miguel de Cervantes, cuando sus padres le llevaron a Valladolid y allí ocuparon una vivienda en el barrio de Sancti Spiritus. Eso sería hacia 1551. Cervantes volvió a Valladolid, siguiendo a la Corte, que se había establecido en la ciudad del Pisuerga, hacia 1603. Seguramente pasó un tiempo en otra vivienda antes de pasar a residir en la situada en el Rastro Nuevo o de los Carneros. Era Valladolid entonces lugar estratégico en las comunicaciones, con tierras fértiles, capital intermitente durante el reinado de Carlos V, reconstruida su traza moderna por Felipe II, con una Plaza Mayor sin igual en toda la Península y una calle Platería o de los orfebres símbolo de riqueza y prosperidad, con más y mejores iglesias y palacios que Madrid. Y que se convirtió también en la capital intelectual del Reino. En Valladolid pudo escribir Miguel El casamiento engañoso y El coloquio de los perros. Y hay autores que aseguran que también El licenciado Vidriera y La ilustre fregona. La calle Miguel Íscar cubre lo que fue uno de los ramales de la Esgueva. La moderna urbanización ha dejado el nivel de las casas del siglo XVII por debajo del general. El pestilente brazo de la Esgueva era cauce de los residuos del sacrificio de los animales y de los desechos de la urbe, y las viviendas estaban rodeadas de escombros e inmundicias. En el jardín exterior inmediato a la fachada, además de una fuente, podemos ver la bella portada renacentista (año 1579) que formaba parte del Hospital de la Resurrección, derribado en 1890, y el busto del marqués de Vega Inclán, según traza de Mariano Benlliure. En un patio trasero se conserva asimismo un hermoso arco procedente del Monasterio de la Armedilla de Cogeces del Monte. Sabemos que Cervantes frecuentaba el mentidero del Corrillo, así como la iglesia de San Lorenzo. Cervantes se servía a menudo de la realidad como materia de inspiración para sus obras, incluido el Quijote. Cervantes había irrumpido en la ciudad del Pisuerga con la naturalidad de la lengua, rompiendo con lo existente e imponiendo el lenguaje oral en la escritura. Una calle dedicada a El licenciado Vidriera podemos verla frente a la Casa de Cervantes y en el flanco de esta ha surgido un Peaje de Dulcinea. En la torre que queda de la iglesia de San Lorenzo sendas lápidas rememoran dos fragmentos de obras cervantinas[10]. La novela de Cervantes circuló por Valladolid y por Madrid antes de que empezara a circular legalmente en 1605. El Quijote, en pliego suelto posteriormente plegado y encuadernado a la rústica, se pudo leer tanto en Madrid como en Valladolid. A nuestra ciudad debieron llegar los primeros ejemplares para que empezara a circular en la corte hacia el mes de noviembre de 1604[11]. Valladolid fue Corte entre 1601 y 1606. Comienza el siglo XVII Cervantes en Valladolid. Y lo hará con el éxito, no pensado, de la primera parte del Quijote. Y lo hará de manos de la imprenta y de un género editorial que no da prestigio en este momento, como es el de los libros de caballerías. Pero este es solo el principio, pues realmente su época de plenitud comienza en 1613 con la publicación de las Novelas ejemplares[12]. El éxito es inmediato. Ya en el mismo año de su publicación, Don Quijote aparece en fiestas y desfiles populares, como testimonian el soneto atribuido a Góngora y el texto del portugués Tomé Pinheiro da Veiga, escritos con motivo de las fiestas habidas por Valladolid para celebrar el nacimiento del futuro Felipe IV[13]. Valladolid en Cervantes En el año 1551, los ocho miembros de la familia Cervantes se trasladaron a Valladolid en busca de alguna fortuna no encontrada en Alcalá. Magdalena nacería en Valladolid. Vivieron en una casa de dos pisos, alquilada en el barrio de Sancti Spiritus, cerca de la Puerta del Carmen, en las afueras de la ciudad. Valladolid tiene casi 40.000 habitantes. El futuro autor del Quijote tenía entonces 5 años. En este ambiente transcurrió el año y medio largo que pasó Miguel de Cervantes niño en Valladolid la primera vez que vino con su familia más allegada. Cuando volvió la segunda vez, ya viejo, las cosas en la ciudad del Pisuerga no le fueron demasiado bien y también saboreó el amargor de los interrogatorios y la sombra de la cárcel. Es posible que Miguel de Cervantes aprendiera a leer y escribir en Valladolid. La segunda vez que Miguel de Cervantes se traslada a Valladolid ya es un hombre maduro de 57 años cumplidos. Para aquel tiempo, un hombre viejo. Viene por obligación a rendir cuentas de su oficio de alcabalero. La casa que habitó era nueva. En ella vivió al menos entre 1603 y 1606 (o 1608, según los más meticulosos cervantistas), conociendo en Valladolid las primeras sensaciones del éxito popular de la novela que le hizo inmortal, aunque no le hiciera rico. Cervantes tenía muchas mujeres en su casa. Miguel de Cervantes fue puesto en libertad en la cárcel de Sevilla, bajo fianza, para poder trasladarse a Valladolid y aquí rendir cuentas[14]. Alfonso XIII pagó de su propio bolsillo la compra de la casa que habitó Cervantes. En 1873, Pérez Mínguez formó la Sociedad Casa de Cervantes y decoró la casa con muebles antiguos, ediciones del Quijote y cuadros alusivos a la época cervantina. La casa pasó a cumplir la función de biblioteca popular en 1916. Es casa – museo desde 1922. El arco de la puerta del antiguo monasterio, en ruinas, de la Armedilla fue trasladado desde el pueblo de Cogeces del Monte a este espacio en 1950. En 1914, la propia casa y los jardines exteriores se convirtieron en biblioteca pública, situación que se prolongó hasta 1936. Benigno de la Vega Inclán nombró a Narciso Alonso Cortés director de la Casa de Cervantes y sucesivamente fueron ocupando este cargo Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña (durante 53 años, desde 1928 hasta 1981), Jesús Urrea Fernández y María Bolaños. Miguel de Cervantes vino a Valladolid a mediados de 1603. El regreso a Madrid de la familia Cervantes debió de producirse dos años después de ida la Corte, en 1608. Es posible que Cervantes aprovechara los primeros meses de 1605 para trasladarse a Salamanca, donde tomó referencias para su novela El licenciado Vidriera, que pudo escribir en Valladolid en el otoño. Miguel tenía entonces 57 años. La “imitación” del Quijote obligó a Miguel de Cervantes a tomar de nuevo la pluma para escribir la segunda parte de las aventuras de sus auténticos personajes, con lo que el libro engordó en las sucesivas ediciones a partir de 1615. Cervantes fue un hombre con limitaciones por las heridas de guerra recibidas. Siempre se ha dicho que, si Miguel de Cervantes fue diestro con la pluma, no debió de serlo tanto con la voz, con la palabra, porque era tartamudo. El autor del Quijote necesitaba lentes correctoras. El Quijote daba dinero y también sus obras teatrales y sus Novelas ejemplares. Cuando llegaron los Cervantes a Valladolid con la Corte, esta ciudad era la más cara del reino. La novela de don Quijote, el visionario manchego, salió a la calle en el mes de enero de 1605. Tres retratos se conocen de Cervantes. En 1890 se decidió derribar el Hospital de la Resurrección. Miguel de Cervantes lo había hecho famoso por haber situado en su interior los diálogos de los perros Cipión y Berganza. Ocupaba lo que hoy es la Casa Mantilla y parte de la manzana siguiente. Fue fundado en 1553 en el sitio donde estaba la mancebía pública. El Hospital de la Resurrección aparece no solo en El coloquio de los perros, sino también en la novela ejemplar antecedente El casamiento engañoso. Del Hospital de la Resurrección solamente se conserva, en el jardín exterior de la casa de Cervantes, el nicho de la parte alta de su fachada, en el que aparece una escultura de Jesús Resucitado al que le falta parte del brazo derecho. Además de la figura del Resucitado, se había salvado la puerta principal del famoso hospital cervantino. En la plaza de la Universidad se instaló en 1889 una estatua dedicada al autor del Quijote. La modeló el escultor Nicolás Fernández de la Oliva. Los bajorrelieves con cuatro escenas del Quijote (hoy conservados en el patio interior de la Casa de Cervantes) fueron realizados por el profesor de modelado Pablo Santos Berasategui. La estatua de Miguel de Cervantes fue la primera estatua pública de Valladolid y la segunda en España en rendir homenaje al escritor. Curiel, Medina del Campo, Alaejos, Tordesillas y Valdestillas son considerados lugares cervantinos por haber sido citados por el autor en algunas de sus obras. De la vecina localidad de Valdestillas habla Cervantes en La ilustre fregona. Cervantes tenía a Valdestillas como lugar de reconocida fama picaresca, preferentemente femenina, tal y como menciona a este pueblo en el Coloquio de los perros. Hay en Valladolid una calle dedicada a Cervantes y otras a alguna de sus obras y personajes, aunque no al Quijote. El Pasaje de Dulcinea es un pasaje modernista que une las calles del Rastro y de Miguel Íscar. En materia de enseñanza, llevan el nombre de Miguel de Cervantes una universidad privada y un grupo escolar. La primera fue creada en 2001. La Sala Cervantes se encuentra situada en la calle del Santuario, número 22. Antes cumplía todas las funciones de un teatro en el que se daba preferentemente cine. El Restaurante Cervantes está en la calle del Rastro, a muy pocos metros de la casa del escritor. Su elegante fachada está construida a base de madera y reproducciones de algunos grabados de la edición del Quijote ilustrada por Gustavo Doré. La ciudad, los pueblos, los ríos capitalinos o provinciales, el conde repoblador y algunos mesones surgen de la pluma del autor del Quijote. La ilustre fregona es una de las novelas ejemplares mejor escritas. Además de la fuente de Argales se citan otros lugares vallisoletanos: Valdestillas, la puerta del Campo y el pueblo de Mojados. El casamiento engañoso y El coloquio de los perros fueron escritas en Valladolid. La casa que acoge el museo dedicado al autor del Quijote fue adquirida en 1912 por Alfonso XIII y el marqués de Vega Inclán. Residiendo en Valladolid, ciudad a la que llegó a sus 57 años, con el deseo de tramitar el privilegio de impresión de su novela, el escritor vio publicada la primera parte de la que es considerada una de las mejores obras de la literatura universal. También en la ciudad del Pisuerga escribió algunas de sus Novelas Ejemplares: El licenciado Vidriera y El coloquio de los perros. La identificación de la vivienda se produjo en 1866, pero no fue hasta 1875 cuando el farmacéutico vallisoletano Mariano Pérez Mínguez la decoró con muebles y objetos antiguos y se abrió al público. Cada uno de los cuatro edificios que conforman el Museo Casa de Cervantes se desarrolla de manera idéntica: tres niveles y buhardilla. El conjunto se acompaña de un amplio jardín delantero y un patio trasero, que corresponde a los canales originales de estas casas[15]. La primera ocasión en que oficialmente se vinculó la figura de Miguel de Cervantes a un espacio urbano de Valladolid fue en 1854, con motivo de la rotulación como Calle de Cervantes a la hasta entonces denominada Calle de la Horca, en el antiguo barrio de San Juan, que comunica la Plaza Circular con la calle Don Sancho. Cuando el Ayuntamiento el 23 de junio de 1866 tomó el acuerdo de reconocer oficialmente la casa número 14 de la Calle del Rastro como la habitada en Valladolid por Cervantes durante su estancia en la ciudad coincidiendo con la publicación de su inmortal Quijote (1604 – 1606), ordenó sortear y colocar en su fachada una lápida recordatoria de su estancia. Los cuatro tarjetones con episodios del Quijote (la aventura de los molinos, la del león, la de los pellejos de vino y de don Quijote en casa de los Duques) los modeló el profesor local Pablo Santos de Berasategui (n. 1890). La estatua de Cervantes la modeló Nicolás Fernández de la Oliva. El monumento vallisoletano se inauguró el 29 de septiembre de 1877 y fue la primera estatua pública que tuvo Valladolid y la segunda que se dedicó a Cervantes en España. En 1889, se acordó trasladar el monumento a la Plaza de la Universidad, instalándose en el centro de los jardines próximos a la Catedral. Posteriormente, la memoria de Cervantes se ha continuado honrando con la instalación de varias lápidas en distintos pasajes de la ciudad. En el pedestal de la estatua de Cervantes se colocó una lápida alusiva a su condición de Vecino de Honor. Así figuran recuerdos evocadores de su estancia en Valladolid o de su obra, colocados en el solar que ocupó el Hospital de la Resurrección en la Acera de Recoletos, en la pared baja de la torre de la iglesia parroquial de San Lorenzo o sobre el pretil del Puente Mayor. Igualmente, la ciudad cuenta con otras calles rotuladas con los nombres del licenciado Vidriera, de la Galatea y el pasaje titulado de Dulcinea. En el 2001, una Universidad privada vallisoletana ha acogido como seña de identidad el nombre del inmortal escritor[16]. En Valladolid, a 26 días del mes de septiembre de 1604, Felipe III otorga licencia y facultad para imprimir El Ingenioso Hidalgo de la Mancha. Pero ya en 1604, antes de su impresión, era conocido por no pocos. En 1872, el Ateneo nació emparejado con Cervantes, cuya Casa sacó del olvido y aderezó como su primer domicilio. La estatua de Cervantes fue trasladada en 1889 a la plaza de Santa María, hoy de la Universidad. En la Casa de Cervantes se estableció en 1915 la mejor Biblioteca Cervantina de España[17]. [1] CANAVAGGIO, Jean: Diccionario Cervantes. Madrid: Centro de Estudios Europa Hispánica, 2020. [2] BENNASSAR, Bartolomé: “Valladolid fue una fiesta”. La Aventura de la Historia, nº 33, julio 2001, pp. 34 – 40. [3] GUTIÉRREZ ALONSO, Adriano: Estudio sobre la decadencia de Castilla. La ciudad de Valladolid en el siglo XVII. Valladolid: Universidad, 1989. [4] GUTIÉRREZ ALONSO, Adriano. “Valladolid en el siglo XVII”. Valladolid en el siglo XVII. Historia de Valladolid, IV / Adriano Gutiérrez Alonso… [et al.] Valladolid: Ateneo, 1982. [5] RUBIO GONZÁLEZ, Lorenzo: “Ambiente literario y cultural de Valladolid durante el siglo XVII”. Ibid. [6] BELLOSO, Carlos: Prólogo. “Valladolid ciudad de reyes”. La Corte en Valladolid / Carlos Belloso Martín (ed.). Valladolid: Universidad Europea Miguel de Cervantes, 2022. [7] BELLOSO MARTÍN, Carlos: “Valladolid, corazón del Imperio y centro político”. Ibid. [8] BURRIEZA SÁNCHEZ, Javier: “La sociedad vallisoletana en el siglo XVI: cultura, fiesta, religiosidad y vida cotidiana”. Ibid. [9] SALAZAR RINCÓN, Javier: El escritor y su entorno. Cervantes y la Corte de Valladolid en 1605. S.l.: Junta de Castilla y León, 2006. [10] GUERRERO MARTÍN, José: Por los caminos del Quijote. S.l.: Junta de Castilla y León, 2004. [11] VAL, José Delfín: “El Quijote de 1604”. Argaya, 2ª época, 30, marzo 2005, pp. 52 – 54. [12] LUCÍA MEGÍAS, José Manuel: La madurez de Miguel de Cervantes. Una vida en la Corte (1580 – 1604). Madrid: Edaf, 2016. [13] 10 de junio de 1605: Don Quijote se pasea por Valladolid. Exposición Cuatrocientos años de Don Quijote por el mundo, Valladolid 2005. Textos 2). [14] VAL, José Joaquín: Cervantes en Valladolid. Valladolid en Cervantes. Urueña: Castilla Tradicional, 2016. [15] QUINTANA, Sonia: ”Donde Cervantes escribió El coloquio de los perros”. El Norte de Castilla, 28 de febrero 2023, p. 14. [16] URREA, Jesús: “Recuerdos cervantinos en Valladolid”. Argaya, 2ª época, 30, marzo 2005, pp. 6 – 9. [17] CAMPOS SETIÉN, Josemaría: “Cervantes, el soldado que nos enseñó a hablar y el Ateneo ‘Cervantino` de Valladolid”. Argaya, 2ª época, 30, marzo 2005, pp. 55 – 59. * * *
Desde el Corazón de la Mancha al Canal de la Mancha Fecha de Publicación: 22/11/2024 Torreón del Gran Prior, Alcázar de San Juan. Al fondo se ve la actual Capilla de Palacio, antigua ermita de San Juan Bautista, lugar donde se hizo la recluta de soldados . Autores: Juan Víctor Carboneras Coba (31 Enero Tercios) y Constantino López Sánchez-Tinajero (Sociedad Cervantina de Alcázar) . En Simancas hay datos de que en 1587 el capitán Hernando de Olmedo estuvo en Alcázar para reclutar una compañía de soldados, estos soldados de diferentes localidades y también algunos alcazareños que se alistaron, acabaron embarcados en la Gran Armada de 1588 y estuvieron presentes en la Jornada de Inglaterra En la época de Cervantes, es decir, a finales del siglo XVI y comienzos del XVII, los reclutamientos o levas de soldados eran voluntarios, pero el Consejo de Guerra tenía una maquinaria bien engrasada que era capaz de reclutar una media de 40 a 50 compañías al año, llegando en épocas de necesidad a pasar de las 80 compañías levantadas como ocurrió por ejemplo en 1607. El documento dice que tanto el gobernador del Priorato como los alcaldes ordinarios y los regidores, se juntaron en la ermita de San Juan (actual Capilla de Palacio) con el capitán Olmedo y junto con el escribano local Hernando de Belmonte que fue quien tomó nota de toda la leva y evacuó el informe de los documentos a que en este artículo nos referimos. A continuación, se adjunta la transcripción de lo más importante del documento de 6 páginas: Todos los estudiosos de la historia moderna y en especial de los Tercios españoles, conocen la fortaleza de nuestros afamados Tercios, que fueron capaces de dominar con mano de hierro los campos de batalla de Europa y fueron durante más de ciento cincuenta años el ejército más temido del viejo continente. Los tercios españoles eran un ejército permanente de soldados altamente cualificados y experimentados, pero que estaba en continuo trasiego entre las altas y las bajas, lo mismo se licenciaban soldados que habían servido por muchos años, como que entraban otros nuevos, los llamados bisoños. Aunque durante el gobierno de los Habsburgo no se disponía de un ejército permanente, había una gran flexibilidad y capacidad de reacción para conseguir voluntarios. Cuando los Tercios necesitaban soldados el rey concedía un permiso firmado de propia mano llamado «conduta» a nombre de un capitán determinado y que lo facultaba, dentro de un distrito de reclutamiento para formar o levantar una compañía. El procedimiento consistía en que una vez en el lugar de recluta, el capitán desplegaba la bandera e iba alistando a los voluntarios, que solían acudir en tropel atraídos por la fama de los Tercios y porque pensaban hacer una carrera militar que los encumbrase a una buena posición social. Los voluntarios eran labriegos o campesinos, pero también acudían hidalgos arruinados o segundones de familias nobles que albergaban ambiciones de fama militar con la que dar lustre a la estirpe familiar. El veedor en una rápida revista comprobaba si el soldado estaba apto para el combate y lo admitía o excluía en ese mismo momento, quedando los aceptados alistados por tiempo indefinido. A diferencia de otros ejércitos, el soldado no estaba obligado a jurar fidelidad o lealtad al rey. Por otra parte, el Consejo de Guerra asignaba un comisario que controlaba que la recluta de varias compañías (las que tenía a su cargo) se hiciese de acuerdo con las normas, a saber, que no se reclutase a nadie menor de 20 años ni a ancianos, y que todos los soldados estuviesen en buena disposición para pelear. Estas normas a veces se saltaban cuando la necesidad apremiaba. Castilla era una de las principales regiones donde los ejércitos reclutaban a sus soldados, por eso no es de extrañar la presencia en Alcázar de capitanes con ánimos de “formar” su bandera. Este capitán junto con el alférez Sancho de Lezcano llegó a nuestra ciudad en julio de 1587 a levantar una compañía en el Priorato de San Juan. Tras reclutar a 28 soldados continuó su ruta hacia Extremadura y Portugal, para incorporarse en Lisboa al contingente que habría de embarcar en la Gran Armada al mando del duque de Medina Sidonia. El documento dice que tanto el gobernador del Priorato como los alcaldes ordinarios y los regidores, se juntaron en la ermita de San Juan (actual Capilla de Palacio) con el capitán Olmedo y junto con el escribano local Hernando de Belmonte que fue quien tomó nota de toda la leva y evacuó el informe de los documentos a que en este artículo nos referimos. A continuación, se adjunta la transcripción de lo más importante del documento de 6 páginas: «En la villa de Alcázar a 15 días del mes de julio de 1587 años. El comisario don Juan de Ábalos trabajaba para la compañía del capitán Hernando de Olmedo que justo se estaba levantando en el Priorato de San Juan. Juan de Ábalos, por orden de su majestad, va a Alcázar de San Juan donde se encuentra este capitán con su compañía. Se juntaron en la ermita de San Juan y también se unieron el gobernador del priorato, los alcaldes ordinarios, los regidores y el escribano Hernando de Belmonte (es el que escribe el documento) tomó la muestra: 1.- Al capitán Hernando de Olmedo se le pagó 2.083 maravedís 2.- El alférez Sancho de Lezcano se le pagó 900 maravedís. 3.- Abanderado Francisco Pérez 4.- Pero Sánchez atambor 60 maravedís. 5.-. Juan Hernández furriel 6.- Antonio Martín atambor 60 maravedís. 7.- Antón López barbero, hijo de Juan López, natural de Daimiel. 8.- Don Pablo de Plasencia, hijo de Agustín de Plasencia de edad de 18 años, natural de Ávila, sin barba menudo de rostro. 9.- [ahora sale un soldado que se cambió de compañía. Era de Ocaña. Está tachado] 10.- Andrés Hernán de Zorropero, hijo de Gabriel Hernández Zorropero vecino de esta villa de Alcázar de edad de 22 años de buen cuerpo, barbirrubio, menudo, sin señal en el. Un real. 11 y 12.- [ahora vienen dos soldados tachados. Uno de un pueblo de Santander y otro de Almagro] 13.- Miguel López, hijo de Juan López de Carrizosa, vecino de esta villa de Alcázar de 25 años, con una herida en cada ceja. De buen cuerpo, barbinegro. Un real. 14.- Juan de Castro, hijo de Luis Castro, vecino de esta villa de Alcázar de edad de 22 años con dos señales de heridas en la frente, alto de cuerpo. Un real. 15.- Benito García, hijo de Hernando Marco, vecino de la Roda, de edad de 22 años de buen cuerpo con una herida en la frente sobre la ceja derecha. Un real. 16.- Juan Martínez, hijo de Rodrigo Álvarez Godoy, vecino de Jerez de los Caballeros, de edad de 20 años, una señal en medio de la frente y otra en la nariz, junto al ojo izquierdo. Un real. 17.- Juan Díaz hijo de Francisco Díaz, vecino de Villacañas de 20 años con una señal grande atravesada en el carrillo izquierdo. Un real. 18.- Pedro Martínez, hijo de Pedro Martínez Cogedor, vecino del Toboso, de 21 años, con una señal pequeña de herida en la frente junto al cabello. Recio de cuerpo. Un real. 19.- Jerónimo Aguado Lupe, hijo de Juan de Agua de Lupe, natural de Daimiel, de edad de 25 años, encima de la ceja derecha una herida, barbirrubio. Un real. 20.- [viene un soldado tachado que era vecino de Baeza] 21.- Bartolomé de Segovia, hijo de Andrés de Segovia, vecino de Pozuelo de Aravaca de 20 años, calvo un poco en el cornero izquierdo, una herida. Es de buen cuerpo. Un real. 22.- Juan González de Lalobera, hijo de Cristóbal González de Lalobera. Vecino de Andújar de edad de 20 años, barbiponiente, de buen cuerpo, sin señal, un real. 23.- Pedro de Espinosa, hijo de Diego Hernández de Espinosa, vecino de Toledo de edad de 20 años, recio de cara y cuerpo. Una señal en el carrillo izquierdo. Mediano. Un real 24.- [Viene un soldado tachado de Villacañas] 25.- Alejo de Salazar, hijo de Baltasar Caballero, vecino de Dos Barrios de 20 años, junto al pelo en medio de la frente una señal. Mediano, recio. Un real. 26.- Juan Fernández, hijo de Gonzalo Fernández, vecino de Iniesta de edad de 22 años, 4 señales en la cabeza y un lunar junto a la barba en el lado derecho e izquierdo. Un real. 27 Esteban Hernández, hijo de Gonzalo Hernández, vecino de Iniesta de edad de 25 años, sin señal, pequeño de cuerpo. Un real. 28 Antonio de Espinosa, hijo de Diego Hernández de Espinosa de 20 años, recio de rostro sobre la ceja derecha un lunar. Un real. 29.- Miguel Sánchez del Billar, hijo de Juan Martín del Billar, vecino de la Calzada, de edad de 21 años. Una herida en la barba en el lado derecho. Un real. 30.- Diego de Orlando, hijo de Juan Martín de Orlando, de 27 años, alto, barbinegro, junto al ojo izquierdo una señal. Un real. 31.- Juan de Mincho, hijo de Gabriel de Mincho, vecino de Ocaña, de edad de 20 años, barbiponiente, rubio con una señal en la frente en el lado derecho. Un real. 32.- Miguel Hernández, hijo de Pedro Hernández, vecino del Villarejo de Fuentes de 20 años, alto sin barba en el lado derecho. En la ceja y frente dos señales. Un real. 33.- Diego Jiménez, hijo de Pedro Martínez Carrasco, de edad de 28 años, barbiespeso, rubio, alto. Un real. Es vecino de Alcázar. 34.- Martín Sánchez Zamorano, hijo de Andrés Sánchez, vecino de Noblejas de edad de 21 años, pequeño, con una señal en la frente. Un real. 35.- [viene un soldado tachado procedente de Agreda] 36.- Martín de Iniesta, hijo del mismo, vecino de Baeza, de edad de 30 años, barbitaheño, que le falta un diente de la parte de arriba. Un real. «E asi se fenesció y acabó la dicha lista y reseña e se hicieron las dichas pagas y lo firmaron de sus nombres el dicho comisario y gobernador y alcaldes e regidores e parece que son del capitán, alférez dos tambores, tres mil ciento e tres maravedíes de veintinueve soldados a real cada uno nueve cientos y ochenta y seis maravedís que todo junto monta cuatro mil e ochenta e nueve maravedís según por las dichas partidas parece y lo firmaron don Juan de Ábalos, el licenciado Alonso Hidalgo, Martín Román, Cristóbal de Cervantes, Juan Gómez Tardío, Hernando de Olmedo, fui presente Hernando de Belmonte escribano quedo otro tanto en mi poder y lo firmaron los mesmos. Don Juan de Ábalos, el licenciado Alonso Hidalgo, Cristóbal de Cervantes, Martín Román, Juan Gómez Tardío, fui presente Hernando de Belmonte escribano.» Nuestro recuento, sin contar los tachados (que son 6) serían 30, 28 soldados y 2 oficiales. De estos 28 soldados, cuatro son de Alcázar de San Juan: Andrés Hernán de Zorropero, hijo de Gabriel Hernández Zorropero vecino de esta villa de Alcázar de edad de 22 años de buen cuerpo, barbirrubio, menudo, sin señal en él. Un real. Miguel López, hijo de Juan López de Carrizosa, vecino de esta villa de Alcázar de 25 años, con una herida en cada ceja. De buen cuerpo, barbinegro. Un real. Juan de Castro, hijo de Luis Castro, vecino de esta villa de Alcázar de edad de 22 años con dos señales de heridas en la frente, alto de cuerpo. Un real. Diego Jiménez, hijo de Pedro Martínez Carrasco, de edad de 28 años, barbiespeso, rubio, alto. Un real. Es vecino de Alcázar. Es curioso, como a los alistados de Alcázar los anota diciendo quienes son sus padres, quizás para que resulten más conocidos por sus convecinos. Puede que fuese una forma más de atraer a los jóvenes al alistamiento, además de la posible fortuna y gloria militar que el ejército ofrecía a cuantos se enganchaban en la milicia. También la necesidad y la falta de recursos en la familia era un importante motivo para el alistamiento. Pero muy importante también es conocer con certeza documental quienes eran los regidores de entonces y entre ellos nos encontramos con Cristóbal de Cervantes (tío del Miguel de Cervantes bautizado en Alcázar de San Juan) del que este documento ofrece nuevas pistas al artículo de nuestro compañero Manuel Rubio Morano: (https://sociedadcervantinadealcazar.home.blog/2021/01/23/blas-de-cervantes-saavedra/) en el que se decía refiriéndose a Cristóbal: «En las elecciones de 1576 salió elegido para ocupar el cargo de alcalde ordinario o de regidor por el estado de los hijosdalgo y el gobernador lo escogió para alcalde ordinario. En 1594 lo vemos incluido en el censo para la elección de alcaldes y regidores por el mismo estado, pero no tenemos constancia de que hubiese salido elegido». Pues bien, por este documento podemos confirmar que era regidor en 1587 ya que es uno de los firmantes del documento por el que se atestigua la formación de la compañía del capitán Hernando de Olmedo en Alcázar de San Juan. Con la exposición de estos datos, que hasta ahora eran desconocidos, queda ampliada la historia de Alcázar de San Juan y de algunos de sus paisanos que se convirtieron en soldados del ejército real y se encaminaron con paso firme hacia Lisboa, en la compañía del capitán Hernando de Olmedo, pasando por las villas y ciudades que encontraban al paso, acrecentando el número de reclutados, para finalmente embarcarse en la Gran Armada para tomar parte en la pretendida invasión de Inglaterra. Son por tanto unos nuevos datos que vienen a completar muestra historia local, que nos permitirán seguir investigando el destino y peripecias de estos soldados y tratar de seguirles la pista en su aventura militar. Constituyen así un nuevo hilo del que pueden tirar los investigadores con el objeto de seguir documentando y acrecentando la historia de nuestra ciudad en cuantos documentos puedan encontrarse en los archivos y que permanecen aún desconocidos para todos. * * * DOCUMENTOS CONSULTADOS: ARCHIVO GENERAL DE SIMANCAS. CARBONERAS, Juan Víctor. España mi natura., Vida, honor y gloria en los Tercios. Madrid, EDAF 2020. CHINCHILLA, Pedro Luis. Los prisioneros de la Armada Invencible. Madrid, Ediciones B, 2023. RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ, Antonio José. Breve historia de los Tercios de Flandes. Madrid, Ediciones Nowtilus, 2015. RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ, Antonio José y DÍAZ-ORDÓÑEZ, Manuel. El reclutamiento militar en España a comienzos del siglo XVII (1600-1625): problemas y soluciones. Consultado en Internet: https://journals.openedition.org/mcv/13386 RUBIO MORANO, Manuel. Blas de Cervantes Saavedra. Consultado en internet: https://sociedadcervantinadealcazar.home.blog/2021/01/23/blas-de-cervantes-saavedra/ Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan